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La maestra había formado binas para la actividad de clase, se trataba de algo sencillo: hacer un superhéroe y después explicar que poderes tenía.

Para suerte de Matsuno, quedó junto a su gran amiga, Sano Emma. Los dos niños sacaban colores y plumas luego de unir sus pupitres. Esperaron por mientras a que la profesora repartiera las hojas, a la vez que  empezaban a discutir como podían hacer al superhéroe.

—Hagamos a Goku—propuso Chifuyu.

—¡No! Hagamos a sailor moon.

El pequeño desacuerdo se convirtió en una pelea verbal sobre cual personaje era más poderoso y porqué, los niños defendían a sus ídolos de todas las formas posibles.

—Oye, espera— el niño no contrarrestó lo dicho por Emma, más bien pensó en las instrucciones.—Tenemos que tearlo.

La niñita se tomó su tiempo en comprender. Se sintieron tontos y rieron mutuamente. Ya tenían las hojas blancas en el escritorio, y apenas quince minutos para terminar todo.

—¡Manos a la obra!

Emma y Chifuyu eran cómplices, confidentes durante todas las clases. Chismeaban de sus caricaturas, a veces no entendían nada del otro, pero se interesaban demasiado en lo que compartían.
Podían contarse todo, apoyarse en lo que les fuera posible.

El niño era un fiasco en matemáticas, y Emma una niña muy lista en eso. La niña era un fracaso en literatura, geografía y ética, pero Chifuyu no.

No importaba cuanto se cayeran, siempre renacían más poderosos de los tropiezos, como dos aves fénix.
En las tareas les iba bien, decían sus chistes, coloreaban, daban sus puntos de vista, en sí, eran novios. Bueno, según Emma.

—Oye Chifuyu, ¿Comemos juntos en el recreo?

—Me gustaría, aunque comeré con Tora-san, ¿Quieres ir con nosotos?

—¿Cuando podemos comer solo tú y yo?—se quejó y cruzó de brazos.—Nunca tienes tiempo para mí—refunfuñó, haciendo un puchero de capricho.

—Pero si la otra vez comimos juntos...

—Sí, pero debes pasar más tiempo conmigo.

—Pero Emma, ya la pasamos juntos en las clases, y siempre salimos a jugar.

—Mm, sí—analizó la situación, creía que estaba exigiendo mucho.—Tienes razón.

—¿Estás molesta?—preguntó curioso, esperando que no lo estuviera.

—No— volvió a su habitual sonrisa.—¿Sabes?, quiero que nos demos la mano.

—¿Para qué?

—Nada más—Emma pensaba que Chifuyu sabía de lo que eran.—Es lo que hacen los novios, lo vi en una película.

—¿Eres mi novia?

—¡Pues claro!, la otra vez nos dimos un beso, ¿No te acuerdas?

—Si es cierto...espera—estaba impactado —¡¿Todo este tiempo lo has sido?!

—Sí...—sospechó luego de su gran asombro —¿Por qué?, ¿Acaso tú...?

[...]

—¡Emma, vuelve!— gritó Chifuyu, con la mano en el pecho y la otra intentando alcanzar a su amada.

—¡Tú no me quieres!

Estaba destrozado, no supo cómo reaccionar a la rápida perdida de su primera novia.

—Dios mío, que haré...—se tocó la cabeza con desesperación.—Le rompí el corazón a Emma.

—¿Qué?—preguntó Kazutora, que se encontraba justo detrás.—¿Qué te pasa, Chifuyu?—brindó un sutil abrazo por los hombros, lo ocupaba de vez en cuando para descansar sus brazos, debido a lo pequeño que era.

Pecositas(っ˘з(˘⌣˘ )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora