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Definitivamente, jugar con un grupo personas tan grande era emocionante.

Kazutora sentía que estaba viviendo el mejor recreo de todos. Para suerte de los presentes, los vecinos no se quejaron de todo el escándalo, y tampoco porque estuvieran corriendo en el techo, dado que estaban fuera de casa y volvían hasta la noche de sus trabajos.

Shinichiro le había comentado su plan a la madre de Kazutora, ella aceptó, dándole el dinero para las piñatas restantes, pero el se negó, reiterando que era un regalo, para la madre resultó penoso e insistió en que aceptara su dinero.

A todos les empezaba a dar hambre, así que después de terminar su juego de globos, terminaron exhaustos y bajando en busca de sus bebidas.

—Oye, ¡Kazu!—Draken se acercaba amistoso.—¿Podríamos comer todos aquí?, está más fresco. En el departamento se sofoca un poco.

—Buena idea, me agrada.—aún sin conocerlos de todo, había amado jugar con ellos.

Eran un buen equipo, revoltoso y buena onda.

—Oigan, se ve que es simpático Kazutora—expresó Baji.—¿Qué tal si lo invitamos a jugar después con nosotros?

—A mí ya me agrada.

—¡Tora-san!—corría el niño para sujetarle la mano a su mejor amigo —Voy con usted

—Bien—entrelazó sus dedos con él.

—¿Podemos traer sus juegos de mesa aquí?—pidió con ojitos tiernos, convenciendolo con su ternura.

—Mm, no lo sé. Las cartas se podrían ir volando.

—Las sujetamos bien.

—Vale, pero sería hasta que terminemos de comer.

Chifuyu daba sus carcajadas de alborozo, sostener la mano de su senpai, jugar, sentir el aire en sus mejillas. Todo regresaba a la normalidad.

Se sentía lleno, bendecido.

Deseaba revivir ese día, poder saludar a su amigo todas las mañanas, encontrarlo en los recreos, que lo acompañara a medio camino hasta su casa. Lo extrañaba en la escuela.

Cuando empezaron a servir la comida, todos estaban en fila, esperando a que les dieran su plato.
Se sentía como en los recreos.
Chifuyu abrazaba desde la espalda a su amigo, haciendo que este se sintiera con bochorno. No le molestaba, pero había mucha gente viéndolos, le provocaba timidez.

Así como recibieron la comida, volvieron a subir las escaleras hasta la azotea, porque allá estaba fresco y tenían mucho más espacio. De paso se llevaron refrescos, para no tener que regresar a llenarse los vasos.

Tomaron lugares aleatorios, pero al final se integraron en un gran círculo, sentándose cerca de las personas que quisieran. Por la forma en que estaban, después podrían jugar "pato, pato, ganso".

Chifuyu obviamente se sentó al lado de Kazutora, en el izquierdo estaba Yuzuha, y después de ella Emma, luego todos los demás.
El cumpleañero estaba jubiloso de tener a tantos invitados, aunque la organización no fue la ideal, pues llegaron muchas personas.

Todo estaba saliendo bien, el ambiente era ameno, el clima perfecto, la compañía muy cálida.

—Ahora no le puedo pedir nada porque tenemos la misma comida —infló los cachetes, Kazutora reía al verlo curioseando en su plato.—Bueno, tú tienes pimientos y yo no.

—¿Quiere?

—Sí.

Intercambiar comida sigue siendo igual de divertido

Pecositas(っ˘з(˘⌣˘ )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora