Picafresas
El niño era un emprendedor nato.
Chifuyu podría ser un fiasco en las tareas de matemáticas que le dejaban, pero estaba aprendiendo muy bien a manejar el dinero.
Él veía ingresos a futuro...bueno, no estaba a ese nivel, pero tenía una intención de comprarle un regalo a su mamá, por tanto se aventuraba en los negocios, vendía dulces de contrabando en la primaria.
El primer día fue realmente malo, no porque no haya vendido nada, sino porque él mismo se comió casi toda su venta.
"—Tora-san...—venía llorando y frotándose los ojos con rabia.
—¡¿Por qué lloras?!—terminó de lavarse las manos, las sacudió con prisa para acercarse a su mejor amigo.—¿Qué te pasó?, ¿Te pegaron?
El nene negó con la cabeza, seguía con el coraje reprimido.
—¿Qué tienes entonces?, ¿Te duele algo?—bajó la mirada hasta la bolsa que cargaba—Oh...—se tranquilizó y forzó una sonrisa, le pareció genial saber que ahora quedaban pocos dulces, supuso que los había estado vendiendo—Ya casi no tienes, bien hecho —felicitó.
—¡No!—apretó los labios.—¡No los vendí, yo me los comí!
—Ay...Chifuyu—lo hizo llorar más al reírse por su triste situación, y trató de consolarlo con un abrazo—Ya tranquilo, no pasa nada.
—Me voy a quedar pobre y con caries—lamentó.
—¿Por qué no mejor me vendes uno?"
Luego de ese pequeñito problema, Chifuyu decidió conseguir dulces que no le gustaran tanto (algo muy difícil, porque su repertorio de gustos era extenso) para comprar aquellos que fuesen del gusto de sus amigos.
También se esforzaba en su autocontrol.
—¿Tú eres Chifuyu?—un chico rubio de ojitos dormilones se le acercó, se sintió genial cuando el niño afirmó.—Escuché que tú vendes...eso.
—¿Eso?—arqueó una ceja, extrañado—No, yo vendo dul...—le taparon la boca —Mm mmm...¡HMP!—trataba de librarse del otro, buscó con la vista a Kazutora, pero este andaba en un partido de básquet.
—Ssh, guarda silencio, está prohibido vender eso en la escuela—le retiró la mano de la boca, Chifuyu estaba petrificado.
Oh, oh. ¿Lo que hacía estaba mal?
Encaró al niño alto para sacudirlo del uniforme, necesitaba respuestas inmediatas.
—Oye cálmate—lo apartó suavemente.—No te voy a acusar ni nada, te vengo a comprar algunos.
—¡Me lo hubiera dicho antes!—sacó su lonchera, llena de chocolates, paletas, chicles y demás golosinas.—Tengo todos estos, los chicles están a un yen, pero si lleva cinco se los vendo a tres yenes, solo por hoy.
Su forma de vender era linda, claramente se había memorizado los precios y ofertas que hizo con la orientación de su padrastro. Sin embargo, le ponía un turrón de azúcar a su actitud para ser simpático desde el primer momento.
Empatizaban rápido con él, además sus dulces eran más baratos e igual de buenos que los de la tiendita de la escuela.—Quiero de estos, uno de este y...—Seishu siguió hurgando en la lonchera ajena.—¡Ah! Éstos son mis favoritos.—contó todos y los extendió en sus manos, ambos niños estaban detrás de unos salones donde casi no iba nadie—¿Cuánto es?
—Ahí son...—sacó su calculadora para hacer las cuentas, tecleaba rápido—¡Esto!—mostró la pantalla.
Seishu sacó sus monedas, le caía muy bien el niño, pues no paraba de sonreír y festejar en silencio una de sus tantas ventas.
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Pecositas(っ˘з(˘⌣˘ )
FanfictieKazutora prefiere las picafresas antes que cualquier otro dulce. A Chifuyu le encantan las pecositas, y le encanta hacer amigos. ✨Créditos por la joya de portada a: Nay_Tora✨ Secuela: Picafresas 🌻