Capítulo IV

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Kasidy
Madrid, España
Domingo

Por primera vez en un año puedo decir “He dormido 8 horas corridas”, que bien se siente dormir. Es una de las cosas que más adoro hacer pero menos puedo disfrutar últimamente.

Son ya las 11 de la mañana (sí, dormí a la 3 de la mañana estudiando para exámenes), hoy la dirección avisó que no abría clases por la fiesta de la facultad y por qué mañana es la semana MÁS HORRIBLE, ESTRESANTE Y ATAREADA DE TODAS Y LO PEOR CASI SIN DORMIR.

Ayer invité a Félix pero me dijo que no podría porque tendría que estudiar todo el día, por lo que iré con Hugo.
Se que terminaré más ebria que mi abuela en nochebuena, por lo que me pondré unos jeans negros y un top blanco y unos Converse blancos. Muy simple.

Lo primero que haré hoy es estudiar para mi exámen hasta que se de la hora de la fiesta.
Jessi me prestó su auto así que hoy voy a manejar hasta la facultad y me quedaré en el piso de Hugo que no está tan lejos de donde será la fiesta.

√••••√

Ya son pasadas las 9, soy muy puntual pero es imposible llegar tarde a una fiesta universitaria. Me dirijo a el auto de mi hermano, enciendo el estéreo y arranco rumbo a casa de Hugo.

Al llegar la vista es muy graciosa. Hugo está sentado en la acera de frente su casa con cara de resignación, el si que es muy puntual y imagino que está a punto de un infarto por mi retraso.

— ¡MUJEEERRR!, ¡38 MINUTOS!, ¡38!

Grita desesperado.

— Calma que no llegamos tarde, sube y deja tus dramitas

Le digo tranquilamente, todo el camino viene platicando sobre sus planes de esta noche.

Llegamos a la fiesta y me percato de que hay como dos mil personas aquí, que el calor es insoportable. No sé consigue ni un trago, pero me las arreglo para conseguir alcohol porque no me puedo perder de una barra libre.

digamos que he empujado a quien se ponga enfrente...

Después de una cerveza —en realidad son 5—, yo ya me estoy poniendo medio contenta y mareada, pero ese mareo que me encanta no os voy a mentir.

Perdí a Hugo hace más o menos una hora, se lo llevó una pija con pinta de ser popular por tirarse a el que se le ponga frente.

3 horas después...

Joder ahora sí que estoy ebria. Ya no reconozco entre una persona o una mancha, llevo quien sabe cuántas rondas he tomado y también quien sabe desde hace cuánto estoy sentada disimulando que estoy entera.

Intenté levantarme pero no pude, todo me daba de vueltas y caí. Cómo es de esperarse nadie prestó atención. Tres chicos intentaron bailar conmigo pero fallaron en el intento cuando no pude caminar, otros dos intentaron llevarme a la cama al ver qué estaba “vulnerable” pero fallaron cuando se llevaron una patada en la entrepierna de parte mía.

A lo lejos escucho la voz de alguien que reconozco y se me ilumina el rostro de saber quién es. Comienzo a buscar entre tanto gentío pero fallé al no reconocer los rostros, solo veo figuras borrosas. Un de ella se dirige a mí.

Dónde surgen las almas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora