Dónde surgen las almas ©

Capítulo IX

Kilian
Matera, Italia

En este momento se que tengo que tomar una decisión y esto implica una consecuencia que cambiará posiblemente toda mi vida.

Soy consiente de ello. Pero lo quiero hacer, lo necesito. Así que asentí lentamente pero con seguridad.

— Quiero hacerlo, ¿Por dónde empezamos?

— Perfecto, primero debes decirme todo los detalles de tus sueños, describe a las personas que recuerdas como tus padres, incluso si te recuerdas a ti mismo como Kasidy, posteriormente esperaremos a que tus padres investiguen sobre tu pasado y cuando tengamos un recuento sólido te llevaremos a Madrid, para que puedas identificar a las personas, necesito ir contigo para poder asegurarme de tu integridad mental que es lo primero

— Entonces... ¿Comenzamos?

Pregunto nervioso, mis pequeñas manos están empapadas de sudor.

— Por supuesto, primero cuéntame ¿Cómo moriste?

— Bueno, ese recuerdo todavía no lo tengo, aunque algo me dice que fue una muerte trágica, mamá a investigado un poco acerca de las marcas que tengo en mi pierna y mi costilla izquierda, son pequeñas manchas que parecen cicatrices

— Whoa... eso es muy interesante, primero cuéntame algo más importante... ¿Cómo sabes que realmente tuviste una vida pasada?

— Porque... mhm, es extraño porque solo lo sé, tengo la sensación de que no pertenezco a este lugar, de que tengo pendientes por hacer, tengo vagos recuerdos de mi vida pasada como una joven universitaria... también recuerdo como fue mi nacimiento y estar centrado en que este no era mi cuerpo desde ese día, tenía ganas de poder hablar pero solo podía llorar, quería pararme por mi solo y arrancar a correr pero no podía siquiera sostener mi cabeza... además de que tengo sueños que son más como recuerdos y yo no creo que un niño de mi edad tenga la capacidad intelectual que tengo yo...

— Eres excelente Kilian, es un orgullo tenerte como paciente, aunque a decir verdad no tienes ningún tipo de problema mental. —hace una pausa, respira profundamente—, ¿Desde cuándo tienes estos recuerdos?

— Desde siempre venían a mí, osea estaba jugando con una pequeña pelota y veía un color que me recordaba a algo y me ponía a llorar, pero con claridad desde hace como un par de noches y quizá semanas, perdí noción del tiempo

— Puedes describir con exactitud tu primer sueño

— El primero que tuve, estaba pequeña me encontraba en mi habitación, papá entró y me regaló a un peluche muy bonito, lo llamé Nilo, pero después Víctor que estaba más pequeño que yo, lo quería, nos pelamos y al final él rompió a Nilo en dos y también rompió a su peluche, luego le pidió a mamá que los cocinera con las partes del otro y así siempre ibamos a tener el pedazo del otro

— Puedes ser capaz de describir a Víctor por favor, ¿Era tu hermano menor cierto?

— Sí... era mi hermano menor, era de piel clara, muy alto para su edad, cabello castaño largo y un ligero rizado, sus ojos de un color grisáceo como los de mamá, pestañas largas que rozaban en sus párpados, cejas gruesas y desaliñadas pero bonitas, labios delgados y tenía una pequeña mancha en forma de luna cerca de su ojo izquierdo.

Tiene una cara de entera sorpresa. — Eso sí que me sorprende, estoy escribiendo toda la descripción que me diste para así poder dárselo a un especialista en dibujo y me haga el retrato de Víctor y en la siguiente sesión que será dentro de tres días te lo mostraré, ¿Que te parece?

Me pongo nervioso. — Lo haré

Le aseguro.

— Claro que sí, yo confío en que tú lo puedes hacer, ahora continuemos, háblame de el sueño que le contaste a tu mamá, donde todo el día cantaste una canción, ¿La recuerdas?

— Sí, bueno primero estaba en el patio trasero de mi casa, en el jardín porque estábamos celebrando un cumpleaños, estaba con esa niña de la que le hablé, no sé si se trate de una familiar o amiga muy cercana, ella tenía una pelota muy grande de varios colores y mientras cantamos la canción, después de eso me acerqué a un niño, y le dí un beso en la mejilla, él me sonrió, le dije... que, me gustaba y el me decía que había mal interpretado todo eso, y salió corriendo, yo me quedé en el césped tirada llorando y esa niña me abrazó durante el tiempo que me quedé ahí

— Canta la canción para mí por favor

— La foca Ramona, trabaja en un circo, con una pelota grandota, grandota, la rebota para arriba, la rebota para abajo, y la foca ríe así, después de eso comenzamos a mover las manos aplaudiendo como las focas

Mientras hago el ademán mientras se lo explico.

— ¿Ese idioma es Español?

Pregunta pasmado.
Asiento temeroso.

— ¿Me estás diciendo que tú puedes hablar español?

— Sí, puedo hablar en español perfectamente

Le digo en español y posteriormente en italiano para hacer traducción.

— Esto es... increíble, por el momento hemos terminado, debes estar tranquilo, disfruta tu niñez una vez más

Asiento y salgo de su consultorio a paso corto.
Es tan extraño mirar todo desde abajo, de verdad que todavía no me acostumbro.

Mi mamá tiene una cara de preocupación que se desvanece en cuanto le doy una sonrisa de oreja a oreja.
En cuanto me ví el otro día con esta misma sonrisa frente al espejo me enamoré de mí, sin duda soy mega tierno.

— Amor mío, ¿Cómo te fué?

— Muy bien mami, lo necesito hacer, yo sé que puedo, sí podemos.

Me da un cálido abrazo. Un enorme y reconfortante abrazo de mamá.

— Papá nos a dicho que cenaremos en un restaurant,  vamos anda sube al auto cielillo

Después de que mamá maneja durante unos minutos hemos llegado a un restaurante muy elegante y apaciguado, digno de Italia. Donde mi papi está ya en una mesa, en espera de nosotros.

Cuando llegamos a la mesa, mi mami saluda a mi papi con un largo largo beso. Llega el mesero y nos entrega la carta para ordenar.
Yo pido un pastel de chocolate relleno de crema de cacahuate.
Después de un tiempo el mesero está sirviendo los platillos y mi postre, con un enorme jugo de manzana.

Tomo el tenedor y corto un pedazo de pastel y lo llevo a mi boca, permitiéndole a mi paladar disfrutar del exquisito sabor y al mismo tiempo llevando el vaso a mi boca que pedía un poco de jugo.

— Kili, no hagas eso, es de mala educación comer y beber al mismo tiempo, además de que te puedes ahogar

— Lo siento mami, no se de dónde a salido

Una especie de dejà vú se apoderó de mí. Me siento extraño, como si esto ya lo hubiese vívido antes...