Capítulo XXIII

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Kilian

Me duele mucho abandonar a Madrid.
Donde crecí en mi vida pasada, donde reí, lloré, viví y morí.

Ahora toca Italia, disfrutar de mi vida, espero tener mucho por vivir.

He dejado atrás el pasado, me siento mucho mejor, más liberado.

Mamá dice que es madrugada, estamos en el aeropuerto , acabamos de llegar de Madrid hace un par de minutos.

La brisa de Italia me recibe, esbozo una sonrisa.

Después de unas cuantas horas más tarde por fin llegamos a casa, el doctor Lam se a ido a su casa igual a descansar.

Rita nos recibe con los brazos abiertos y un exquisito desayuno.

Después de tomar desayuno todos nos vamos directo a la cama, abrazar a Rabito es muy reconfortante.

Acabo de despertarme y el reloj confirma que es muy tarde, las cinco para ser exactos, tiene el tres y luego el ocho aún lado pero he olvidado de que número de trata.

Salgo de la cama junto con Rabito y veo la habitación de mamá y papá abierta, ellos no están, continuó caminando por el pasillo hasta llegar a la sala de estar, donde están ellos acurrucados en el sillón con palomitas en medio y una manta los cubre, las luces están apagadas y su mirada perdida en la televisión.

Están viendo una película y por la manera en que mamá está aferrada a los brazos de papá seguramente es de terror.

— Hola mami, hola papi

Les saludo, ellos pegan un brinco y me dan una mirada de asombro.
Papá toma el mando y pausa la película.

— Hola cielito, pensamos que no despertarías hasta la noche

Habla mamá con nerviosismo mientras mira repetidas ocasiones a papá, con súplica de ayuda.

— ¿Puedo ver la película con ustedes?

Les pregunto con una sonrisa de lo más inocente.

— No, de ninguna manera estás muy pequeño, es de terror, por la noche no querrás pegar el ojo Kil

Hago un puchero y pongo la cara más triste del mundo, giro sobre mis tacones y lentamente doy un paso cabizbajo, he perdido la fuerza para sostener entre los brazos a Rabito por lo que solo lo sostengo de un bracito, queda colgando.

Doy otro paso lentamente y mi mirada está clavada en el suelo, regresaré a la cama mejor.

— Oh, vamos, Kili, ven aquí

Dice papá, volteo rápidamente y me lanzó a el sillón entre ellos.

Comemos palomitas y golosinas, mientras disfrutamos de la película, sé qué más tarde no podré dormir pero soy valiente.

Hay mountros y momias, zombies y brujas voladoras. Es realmente terrorífico.

Entre los dos me siento cobijado y más por Rabito.

Me siento tranquilo, ahora sí, nada me falta.

Soy feliz.

Dónde surgen las almas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora