Dónde surgen las almas ©

Capítulo VII

Kilian
Matera, Italia

Han sido días difíciles. Tengo pesadillas constantemente sobre mi vida como Kasidy. Que más que pesadillas son recuerdos constantes.

Hoy tuve un sueño relacionado con un chico, que no recuerdo su nombre ni rostro pero me hizo llorar como nunca, su recuerdo viene una y otra y otra vez. Antes de eso una chica, no sé si sea mi hermana mayor o prima, pero me llevaba muy bien con ella. Nos abrazamos y cantábamos una canción extraña justas, que no he podido dejar de cantar todo el día.

La foca Ramona,

trabaja en un circo,

con una pelota,

grandota, grandota,

rebota para arriba,

rebota para abajo,

Rebota y rebota,

y la foca aplaude así.

Y justo ahí comenzamos a reír estrepitosamente y a mover nuestras manos como focas.

Mi mamá ya me preguntó que de donde la saqué, porque la canto en español y ella no la puede entender.
Sí, es muy extraño llamar mamá a otra persona, pero ahora tengo que aceptar que lo es y la verdad es que la amo mucho, ella es súper cariñosa conmigo y hemos creado ese vínculo irrompible de madre e hijo.

No sé si esto de recordar mi vida pasada sea sano para la salud mental de un niño de 2 añitos, pero por lo poco que recuerdo como Kasidy, quería ser psicóloga, así que seguiré los mismos pasos y estudiaré psicología de una mejor manera.
Ya que podré integrar alguna investigación a fondo sobre las vidas pasadas.

Por lo pronto le estoy contando mis pesadillas y suelos frecuentes de los últimos días a mi mamá y a mi papá también, es extraño como ver qué papá si me entiende.

He estado más tiempo con él, me está enseñando a jugar fútbol, aunque para ser sincero me caigo mucho, apenas se correr un poco sin tropezar.
Tengo mucho tiempo con él. Me plática sobre su día de trabajo y como le gustaría que yo de grande estudiara diseño de interiores.
Pues él es arquitecto y con el diseñador de interiores sería lo más perfecto e ideal para crear una inmobiliaria y vender casas con el sello de la familia.

Por cierto, ya se hablar perfectamente el italiano, aunque mis papás dicen que tengo un acento extraño, puedo entender conversaciones y recordar cosas importantes. Como hacer pipí parado, pues las primeras veces lo hacía sentado creyendo que era lo correcto, supongo lo hacía por inercia.
También sé los colores principales y los números del uno al díez, se también algunas letras del abecedario y el siguiente año papá dijo que entraría a el jardín de niños.

No puedo recordar los nombres solo algunas cosas que divagan entre la realidad y la fantasía. Solo sé que mi nombre fué Kasidy Sauceddt, no puedo recordar mi otro apellido.
El nombre de mi anterior mamá tampoco lo recuerdo y el de papá igual.
Se que tuve dos hermanos pero sus nombres no me parecen muy conocidos, según yo tuve un sueño donde yo le gritaba a uno de ellos, creo que era el más pequeño y decía “Victor sal de ahí” y posteriormente grité “Jeison se que estás ahí tu también”.

Tambien recuerdo estar estudiando para psicóloga en la universidad.
Que posiblemente tenía una hermana o quizá prima o amiga muy cercana.

Es tan extraño estar en un cuerpo pequeño cuando ya sabes la sensación de cuando creces y tienes otra perspectiva de las cosas cuando eres más alto.
Le estoy mirando el lado bueno a todo aunque hay días que lloro porque quiero estár con mi anterior mamá.

Pienso que tengo otra oportunidad de empezar de cero, de ser un hombre, de crecer sin cometer errores anteriores.

De disfrutar más mi niñez y adolescencia porque ya sé lo que es estar horas sin dormir por estudiar.

De disfrutar los momentos más pequeños, saborearlos mucho más y siempre recordarles a mis padres cuanto los amo.

Trato de evitar pensar en el dolor que les causé a mi familia con mi muerte.

Imagino que fue trágica, aún no puedo recordar cómo morí pero algo me dice que así lo fue.
No sé cuánto a pasado.
Quizá los puedo encontrar si se lo pido a mi familia después de hablar con ellos.
Pero sé lo que generaría en mí y no se sinceramente que riesgos y consecuencias existan.
Quizá paso mucho tiempo y ellos fallecieron ya. Quizá cuando los busque me dirán que soy un mentiroso.

Quizá, solo quizá, ellos ya me olvidaron.

No quiero olvidarme de ellos.

No quiero pasar de largo todo esto. Necesito buscarlos. Necesito hacerles saber que estoy vivo, que no me dolió y que la muerte no es como la pintan, que no estoy en el cielo precisamente, aunque aquí soy el rey de la casa.

Que no me echen de menos. Quiero abrazarlos por última vez. Quiero decirles que los amo por última vez.

Creo que no valore lo suficiente mi tiempo con ellos. Nunca les dije cuanto los amo cada día. No le hice saber que eran lo más importante de mi vida.

Y ahora que esa vida ya no es la mía.
Que mi cuerpo no es el mismo, quiero despedirme de ellos.

Todo por... última vez.