Capítulo 5. La bicicleta. (Paseos relajantes que no dañan el medio ambiente)
Era un jueves por la tarde, Take se dirigió directamente a su casa después de la escuela a cambiarse la ropa, estaba planeando ir a la tienda de electrónicos ubicada en el distrito comercial de Oborozuka hacer válida la garantía de su celular, al parecer tenía problemas con la pantalla. Salió de su hogar vestido con la misma playera roja que usaba debajo de su uniforme escolar, pantalón de mezclilla azul y tenis de color blanco, antes de cerrar la puerta principal se aseguró de que llevara consigo su cartera, cuando estaba a punto de colocar un pie en la calle, volteó a observar el extraño objeto cubierto por una lona de color azul que se encontraba recargado en la barda que separa su casa de la del vecino, se quedó un momento contemplando hacia esa dirección, hasta que decidió a acercarse a levantar la lona revelando la identidad del objeto, era una bicicleta de montaña de color rojo, hace unos meses que Take no salía con ella a pasear por el vecindario, realmente al lugar donde iba no se encontraba lejos, solo algunas cuadras de la tienda de su abuela, sin embargo sintió la imperiosa necesidad de transportarse con ella.
Se aseguró de que la bicicleta estuviera en buenas condiciones, la cadena y el disco estaban en buen estado, no encontró rastros de óxido en el cuadro, la silla parecía estar fija y los frenos funcionaban, Take se convenció de que era la perfecta ocasión para pasear con su viejo medio de transporte, así que abrió la reja que separa la casa de la calle y saco la bicicleta, cerro bien con llave y se dirigió a su destino. Las calles de su vecindario eran perfectas para andar en bicicleta, eran pocos los autos que se movían por alrededor. - "Había olvidado lo relajante que era andar en bicicleta, parece que llegare más rápido al distrito comercial y tendré tiempo de sobra" -, pensó Take, mientras conducía. No tenía pensado en visitar la tienda, analizó la pregunta que le hizo Ilulu ese día del partido de basketball, quizás no realizaba esas actividades con ella por diversión, sino más bien por obligación, como cuando un padre lleva a sus hijos a los juegos del parque, aunque él no quiera, pero... ¿acaso no es por amor?...
- ¡¡¡¿¿¿AMOR!???!! - pensó en voz alta en las tranquilas calles de su vecindario, - ¡¿Cómo va ser amor?!, Aida Taketo, si no llevas ni siquiera dos meses conociéndola - se convencía a si mismo de lo contrario.
Estaba por pasar la calle donde se encontraba la dulcería; esa calle lo llevaba directamente al distrito comercial, iba a tomar la desviación hacia la derecha, a punto de dar vuelta recordó algo importante, no le había avisado a su abuela que iba a salir, ella estaba el día de hoy trabajando en la tienda junto con Ilulu; después de que su pierna se recuperara por completo, iba los martes y jueves de la semana y uno que otro día cuando estaba aburrida en la casa; al parecer no quería perder la costumbre de atender su negocio. No podía comunicarse con su celular porque había cancelado el servicio del teléfono en el local; al parecer realizaba los pedidos de mercancía desde su hogar, y tampoco ella tenía teléfono móvil, no era muy afín a las nuevas tecnologías. Así que era inevitable, tenía que hacer una parada a la tienda si no quería ser regañado.
Al llegar a la tienda encontró a un grupo de niños jugando afuera, - Miren, es frente seria en una bicicleta; Que increíble bicicleta; Yo también quisiera una -, dijeron algunos de los niños. Ilulu salió corriendo a la entrada a saludar.
- Hola, Take, ¿no sabía que tenías una bicicleta?
- ¿Las conoces?
- Kobayashi me enseño algunas fotos de ella con su antigua bicicleta cuando vivía con sus padres.
- "¿Ella?, ¿entonces es mujer?" - pensó Take.
- ¡Vaya!, Take, ¿qué haces en la tienda?, hoy no te tocaba venir - cuestiono Tsubaki-san
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La Empleada Dragón de la Tienda Oboro.
FanfictionAida Taketo era un estudiante de preparatoria de 16 años ordinario, hasta que la llegada de un nuevo elemento al negocio de su abuela hará que su vida de un giro de 180 grados.