La Empleada Dragón de la Tienda Oboro.

Capítulo 13. La piscina.

Capítulo 13. La piscina. (A refrescarse en los últimos días de verano)

Take y Ushio caminaban por las calles después de la escuela, era un jueves a finales de agosto, faltaba poco para que el verano terminara, pero aun así el calor no perdonaba y azotaba con todo su poder a la población de Oborozuka, los dos amigos estaban jadeando de la sed y el cansancio que los atormentaba,

- ¡DEMONIOS!, ¡Cuánto calor! – afirmo Ushio – creo que me voy a convertir en una fruta seca.

- No nos vendría mal... una bebida bien fría en este momento. – contesto Take.

- Sip, pero por aquí cerca no hay ninguna máquina expendedora, ¿quieres regresar... por un helado?

- Nos queda... más cerca...la tienda, me estoy derritiendo.

- Entonces... no hay otra opción, vamos que... se me seca la garganta.

- ¿Sabes que nos vendría bien?, un chapuzón... en la piscina publica

- Siiiii...eso sería genial.

- Aunque estará... hasta el tope de gente... con este calor.

Llegaron como pudieron a la tienda de dulces, Ilulu los vio entrar, se desconcertó un poco por el semblante que traían, como dijo Ushio se secaban como pasas, ambos pagaron por unas bebidas bastante frías, las ingirieron como si fuera la última de sus cortas vidas, Ilulu seguía observando, viendo como bebían con entusiasmo.

- ¡WAOH!, ¡esto sí que te devuelve a la vida! – exclamo Ushio - ¿qué sabor elegiste, Take?

- Cola sin azúcar.

- Hasta para eso eres quisquilloso.

- Díganme, chicos, ¿en verdad tienen mucho calor? – pregunto Ilulu

- Bastante, Ilulu, a mí me sorprende que tú no tengas – afirmo Ushio algo desconcertado.

El calor no les afectaba en nada a la raza de dragones de Ilulu, aunque en su forma humana no podía evitar sudar.

- Veo que tú también estas sudando, Ilulu – afirmo Ushio.

- Me ayuda un poco que tenga la camisa un poco desabrochada, aún no encuentro el otro botón – Ilulu empezó a ventilarse moviendo su camisa.

Ahora que Tohru le había enseñado a Take a ver de manera natural a Ilulu, las situaciones eran un poco menos incomodas, Ilulu añoraba de manera extraña esos días donde Take la veía con cierto interés y lujuria, sentía algo de nostalgia, pero irónicamente, se avergonzaba de que así fuera.

- Take, ¿qué haces aquí?, se supone que te toca cocinar el día de hoy – salió Tsubaki del cuarto de descanso con un abanico para mitigar el calor.

- Lo sé, abuela, pero Ushio y yo estábamos a punto de desfallecer por el calor, así que venimos a tomar algo – respondió Take.

- ¡Qué sorpresa, Ushio!, ¿cuánto tiempo sin verte? – Tsubaki saludo a Ushio.

- Buenas tardes, Tsubaki-san, espero no molestarla.

- No es ninguna molestia, Ushio, ¿cómo está tu mamá?

- Muy bien, Tsubaki-san, ella también ha preguntado por usted...

Empezaron a tener una conversación solamente Ushio y Tsubaki-san, mientras Take e Ilulu se quedaron escuchando la plática a unos pasos de ellos.

- Oye, Take...

- ¿Qué pasa, Ilulu?

- ¿Aún te incomoda verme?, ¿cierto? – pregunto curiosa.