Capítulo 32. Caminos separados.

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Capítulo 32. Caminos separados (Lo que no podemos soltar)

El miércoles en la noche, Take bajo a cenar con su abuela, ella había preparado algo de curry picante, a Take no le gustaba del todo, hizo lo de siempre, tomó los platos y vasos de la alacena y los acomodo en la mesa antes de que Tsubaki-san comenzará a servir, lo ocurrido el día de San Valentín lo había dejado con los sentimientos mezclados: alivio, culpa, arrepentimiento, aceptación, era una espiral de emociones que traía en conflicto al muchacho, lo hecho, hecho está, no podía echarse para atrás, se convencía que era la mejor decisión que pudieron haber tomado, ¿o que él tomó por propia cuenta?, ya no importaba, tenía que seguir adelante, enfocarse en sus estudios y hobbies lo ayudarían a mantener su mente distraída. Tsubaki sirvió la comida y se sentaron los dos, dieron las gracias y comenzaron a cenar.

- Take, necesito que vayas el resto de la semana a la tienda, por favor.

- ¿EH?, ¿Por qué?, ¿acaso no está ella? – ni siquiera se atrevía a decir su nombre.

- Ilulu-san no ha ido a trabajar desde el lunes, le pregunte a Tohru-san si ella estaba bien, pero me dijo que está enferma.

- ¿No me dijiste que podías tu sola con la tienda?

- ¿Puedes o no?, no tienes que responder así – Tsubaki se molestó.

- ¡TCH!... okay, realmente no tengo muchas ganas.

- En ese caso, ¿podrías decirme que paso entre tú y ella?

- "Tan perspicaz como siempre" – pensó Take – no pasó nada, solo le dije que ya no iba a trabajar en la tienda, eso es todo.

- Bueno...

Tsubaki lo miraba de manera sospechosa, ella sabía bien que estaba mintiendo, terminando de cenar y lavar los platos, Take subió a su cuarto, cerro con llave, no quería ser interrogado más por Tsubaki-san, molesto se recostó en la cama, eran las 10 de la noche y él se esforzaba por quedarse dormido, pero en su cabeza pasaban muchas cosas, vio su celular sobre la mesa de estudio, dentro de sí tuvo el impulso de querer enviarle un mensaje para saber si estaba bien, se dio media vuelta dando la espalda.

- Como sea, no me debería preocupar – dijo enojado, realmente tardo mucho para conciliar el sueño.

A la mañana siguiente se preparó para ir a la escuela, se vistió con su uniforme y tomo su mochila con sus libros y útiles, aún llevaba colgada la muñeca de Ilulu que ella le regalo en Navidad, nunca se le había ocurrido quitarla, quizás su subconsciente actuaba de esa manera, pero en ese momento tomo la muñeca y la arrojó dentro de su armario. No se molestó ni siquiera en desayunar, salió de la casa y se despidió de Tsubaki-san de manera seca y cortante.

Caminando a la escuela, refunfuñaba más de la cuenta, sus compañeros estudiantes sentían el pesado ambiente que acarreaba el muchacho, empezaron hablar de él en voz baja, de esa manera logro percatarse de su mal humor, que le preguntaran por Ilulu lo hacía enfadar, respiro profundo y calmado para dejar atrás esa frustración, se dijo a si mismo que los demás no tenían la culpa de su mala actitud.

- Supongo que me disculparé con mi abuela después.

Era conveniente para él, porque Tsubaki-san era muy aterradora estando enojada. Las clases no eran lo mejor, no se podía concentrar en sus estudios, a este paso Hashiro-sensei lo iba a volver a llamar para tener una plática y no estaba en la mejor situación para recibir un sermón. La eternidad se hacía presente en las clases y el aburrimiento inundaba su ser, - "¿Cómo es que Ilulu le puede parecer divertida la escuela?" – pensó muy apático, para su sorpresa pensó en ella sin querer.

- ¡TCH!, maldita sea – dijo Take en voz baja, o eso creyó el.

- Ocurre algo, Aida-kun, ¿le parece aburrida mi clase? – le llamo la atención la profesora.

La Empleada Dragón de la Tienda Oboro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora