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Si se quiere ascender por cuestas empinadas, es necesario al principio andar despacio

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Si se quiere ascender por cuestas empinadas, es necesario al principio andar despacio.


Pasaron tres días desde que finalmente el FBI había logrado traer a Alicia a los Estados Unidos. Ella ya había hablado con su familia sobre el irse a vivir a otro país pues FBI le había dado una oportunidad de trabajo que no era capaz de rechazar. Su tía desde un inicio no estuvo de acuerdo, pero finalmente accedió, era la vida de su sobrina y era lo mejor para ella.

Las heridas de Alicia aún seguían siendo visibles a simple vista. Los doctores le habían dado recetas y un par de pastillas para la desinflamación y dolores que pudiese tener. Solo sería por una semana y media. Y en ese transcurso, su cuerpo sanaría todas las heridas que portaba en su cara.

Frank le había dicho que tomarían uno de los aviones privados de su organización, por lo que no debía preocuparse por nada.

Durante el transcurso del viaje él intentó sonsacar algún tipo de información extra, preguntando sobre su familia y su mirada sobre el mundo. Eran preguntas genéricas y muy simples, pero que a FBI le otorgaban pistas sobre su modo de pensar, y el ambiente familiar en el que se había criado. Eso podía indicarle si tenía influencia de su padre, pero fue descartado al instante. Ella le dijo que nunca pudo hablar con su padre de forma directa, siempre estaba trabajando y se había vuelto altamente inestable desde la muerte de su madre, por lo que, ella había quedado al cuidado de su tía. Le contó que él trabajaba en una empresa de ciencia, pero que nunca supo para cuál. Pues siempre que le preguntaba por ello, su padre reaccionaba de forma violenta o no respondía. FBI sabía que aquello era real gracias a la información que ONU le había enviado con anterioridad.

Descartó un poco la idea de que ella siguiera los pasos de su padre. No estudiaba ni siquiera la misma rama científica. No tendría sentido que la persiguieran por ser la hija de Santiago Petrov. Tenía que ser por Horus.

Y aunque no la buscaran por ser su hija, y la probabilidad de que ella siguiera sus pasos era muy baja. Sí era una chica exponencialmente importante de mantener lejos de la mafia. Todos preferían que ella trabajara bajo el FBI o CIA antes de ser capturada de vuelta y esta vez le hicieran trabajar en contra de los representantes. Al final, no le supuso un problema hackear las Naciones Unidas y rastrear a USA.

Alzó la vista hasta fijarse en una inmensa mesa redonda, había decenas de sillas negras giratorias totalmente vacías. Frente a ellos había unos carteles con el nombre de países. Repasó la mirada hasta que su mirada se colocó en un hombre muy alto, de piel pálida, cabello gris casi blanco con un par de ojos celestes. Llevaba un traje blanco con una corbata azul.

FBI colocó su mano sobre su espalda y le invitó a entrar a la habitación casi vacía. Le indicó una silla que estaba a unos metros de ella, donde había tres personas sentadas observándole con expectación.

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