Todo inicia por la entrada de Santiago Petrov a Sycorax, empresa de investigación científica dedicada a la anatomía de los representantes. Fundada por ONU en 1950.
ONU le pidió la ayuda de crear una solución a sus dolores provocados por sus territor...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Morir, dormir... tal vez soñar.
ONU se había enterado de lo que había hecho Alicia. Su cara, los miembros de Anarchy, su ubicación actual e incluso su expediente Operación Ciegue donde detallaba con suma presión todo lo que se llevaría a cabo desde el 1950—cinco años después de la creación de la Organización de las Naciones Unidas—donde fue nombrado como el representante siendo un humano. En esos cortos años se había dado cuenta que jamás iba a ser ni tener el control que siempre pensó que tendría en el momento que entrase al edificio y conviviría con los representantes de los países.
No lo entendía. Era la organización más importante del mundo. Intentaba bajo cualquier concepto que los países se llevasen bien entre ellos y llegaran a un acuerdo mutuo de paz y palabras pacíficas, pero casi nunca sucedía, de hecho, ocurría todo lo contrario. Vivían constantemente enemistados y no había modo que se llevasen bien sin intentar matarse entre sí. Siempre intentó mantenerlos distanciados y en sus posiciones para que los problemas no escalaran a más.
Buscó siempre mediar los problemas, asuntos, situaciones y cualquier catástrofe que los países tenían. Pero jamás podía lograr llegar a un acuerdo con ellos o entre ellos. Era como si su función fuese la inutilidad más grande del mundo. ¿Para qué existía si al final ellos iban a hacer lo que les diera la gana? ¿De qué le servía tener Consejos para distintos objetivos si el Consejo de Seguridad era la principal parte de la ONU que denegaba, o accedía dependiendo sus intereses?
No había modo de que sus ideas estuviesen fuera de aquella sala de juntas. No importaba que fuesen 100 votos contra uno, si ese voto negativo era por parte de un miembro con posibilidad de veto, no se aprobaba. Odiaba eso. ¿Cómo se supone que se resolverían situaciones cuando cinco países tenían ese poder dentro de la ONU?
Asumió desde entonces que si quería tener el poder y control que siempre necesitó o quiso tenía que tener a los países miembros del Consejo de Seguridad bajo su mano. Solo así adquiriría el control, teniendo a los representantes más importantes del mundo en la palma de su mano le abría infinidades de puertas y situaciones que antes no podía ni siquiera controlar. Estaba ansioso sobre aquello, no sabía cuál sería su primer paso después de finalizar su plan, pero ya quería probarlo.
El chillido agudo de Alicia lo quitó de su ensimismamiento viéndole caer al suelo de rodillas ante el empujón brusco que le habían propinado. Desvió su atención hacia la azabache que estaba siendo rodeada por tres hombres de negro con pistolas en sus manos, apuntando hacia ella con precisión y firmeza.
Ella les observó pálida mientras miraba a los tres sujetos encerrarla. Devolvió su atención a la persona incubada dentro de aquella inmensa cápsula de cristal reforzado, viendo como aquel líquido verde comenzaba a vaciarse poco a poco y aquella persona descendía hasta que su cuerpo tocó el piso. Enfocó su atención en el peliazul que caminaba con unos penetrantes y muy lentos pasos, como si tratara de torturarla con el pasar de los segundos.
