Capitulo 20

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El reloj de la mesita marcó las dos de la mañana

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El reloj de la mesita marcó las dos de la mañana.

Y yo seguía despierta.

Con la luz de la luna colándose por la ventana entreabierta, recargada sobre el respaldo de la cama y con un brazo sobre mi frente, miraba el techo de la habitación sin poder dormir.

A mí lado en la cama, desnuda, relajada, y durmiendo plácidamente desde hacía una hora, estaba Jennie.

A la que, a pesar de todo lo que Jisoo y yo misma me había dicho esa misma noche, a pesar de intentar alejarla de mí, la había hecho mía apenas unas horas atrás. De nuevo y por enésima vez esa noche, la frase de Jisoo "Aléjate de ella" se repitió en mi cabeza y solté una larga exhalación para después mirarla.

Bien, podía decir que había fallado triunfalmente en esa tarea.

Pero lo más extraño de todo, es que no me arrepentía para nada.

Como si fuera consciente de que la observaba, Jennie soltó un ligero gemidito de satisfacción y me dio la espalda para seguir durmiendo. Sin poder evitarlo, sonreí de medio lado como idiota y de nuevo llevé mi brazo a mi frente para seguir mirando el techo de la habitación.

Sin poder dejar de pensar en la charla que había tenido con Jisoo unas horas antes y en mis sentimientos encontrados. Sin poder dejar de pensar en la increíble manera en la que Jennie se había entregado a mí, sin poder olvidar la visión de ella recibiéndome en su habitación en ropa interior, sus palabras que me habían dejado helado, y su inocencia al pedirme que le hiciera el amor.

Dejándome completamente indefensa ante su maldito hechizo.

Una bruja. Una endemoniada bruja que me tenía idiotizada. Eso era.

-Ay, Jennie- masajeé mi rostro con una mano- Jennie, Jennie-

Como si me hubiera escuchado, Jennie volvió a estirarse para quedar boca arriba de nuevo, causando que la sábana se enrollara en sus caderas para dejar sus deliciosos pechos al descubierto y a mi entera visión.

Contuve una maldición.

Sin poder evitarlo y como si un imán me atrajera a ella estuve a su lado en unos instantes, y acomodándome de medio lado mientras recargaba mi cabeza en un codo, la admiré en silencio mientras mis manos escocían por tocarla de nuevo y acariciarla hasta el cansancio.

Antes de poder hacer algo, Jennie abrió sus ojos. Durante unos segundos se limitó a mirarme, sus enormes ojos castaños recorriéndome como si no entendiera bien lo que ocurría, hasta sonreír ligeramente.

-Hola-

-Hola- respondí mientras llevaba mi nudillo a acariciarla suavemente, recorriendo toda su figura.

-¿No puedes dormir?-

-No- respondí en un susurro- No contigo a mi lado-

Sus mejillas se tornaron rojas y tragó saliva nerviosa mientras yo componía una sonrisa de medio lado.

The Fire Deal | JENLISA G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora