❝Desesperada por sacar de la cárcel a su padre inocente, Jennie acude a la única con el suficiente poder para hacerlo; Su multimillonaria jefa Lalisa Manoban, a quien jamás a tratado. Para cobrar una herencia importante, Lalisa necesita urgentemente...
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Definitivamente aquella respuesta no la esperaba, y sin más remedio que mirarlo serena esperé a que volviera a hablar.
-Y que sé perfectamente que tu matrimonio con Jennie Kim es una farsa-
Aquello fue suficiente. Aunque conocía la mente retorcida de Sehun, aquella aseveración me dio un entendimiento de que sus meras suposiciones las había confirmado de alguna manera, y que estaba más enterado de mi situación con Jennie de lo que yo esperaba.
Contuve una maldición.
-No sé de donde sacas...-
-Sé perfectamente que jamás había tenido contacto con ella antes de su boda- me interrumpió, mirando de nuevo donde se encontraba Jennie- Tu familia no sabía nada, y aparece en el momento justo en que el juez lee el bendito testamento del loco Gong donde pone como cláusula que tenías que casarte-
Incapaz de responder, me limité a mirarlo con ojos de hielo mientras el imbécil seguía hablando con más seguridad que la que le había visto jamás.
-Y todo salió perfecto. Nadie sospechó nada, y al parecer convencieron a la perfección a la trabajadora social- miró a Jennie una vez más- Y como los veo, hasta a mí me habrían convencido. Es obvio que el tener sexo ayuda bastante a que parecen un matrimonio normal-
Apreté mi mandíbula y el puño ligeramente.
-Y no te culpo, con tal cuerpo yo tampoco habría desaprovechado la oportunidad-
Aquello me molestó mucho más de lo que podía soportar, y con la furia acumulándose lentamente en mi interior comencé a ver algo borroso y tuve que tomar aire.
-Sehun, te lo advierto- dije entre dientes- No me provoques-
Al parecer aquella ligera amenaza no significó nada para él, pues en toda nuestra vida ya se las había hecho en diversas ocasiones sin hacer nada al respecto. Además parecía dispuesto a llegar al final de sus retorcidas pero acertadas suposiciones.
Y el saber que en todo ese tiempo había estado investigando me puso los pelos de punta.
-Pero es extraño ¿Sabes? Aunque de ti no me sorprendia, me puse a pensar en que habra llevado a Kim a considerar el casarse contigo-
Dejó su vaso en una mesa a su lado y se cruzó de brazos mientras miraba el cielo. Yo solo esperaba que se callara, o sino la amenaza que había usado toda mi vida contra él la haría realidad cuanto antes.
-Entonces lo descubrí- sonrió- Tenía que ser algo, algún chantaje de tu parte, algo que la llevara a casarse contigo tan rápido sin conocerte. Aunque tu dinero es muy buen incentivo, te conozco lo suficiente para saber que no le darías un solo centavo-
No responde.
-Y entonces hice un poco de investigación. No fue nada difícil, dado que la mujercita es bastante común y corriente en Seúl, obtenga su información fue pan comido-
