Cualquier error me avisan ♡
Capítulo 3
Me puse los guantes de látex amarillos, aunque sabía que ni con ese material de por medio me iba a librar del nauseabundo olor a basura. Mi castigo se resumía en sacar la basura de todos los basureros del establecimiento, lavarlos y ponerles una nueva bolsa ¿Eso es explotación infantil? Yo creo que sí, y ¡Sorpresa! A nadie le importa.
Volví a maldecir a Félix unas ciento cincuenta veces.
Iba a ser una larga tarde, pero el tiempo me serviría para meditar sobre mis decisiones y crecer como persona, o bueno... eso es lo que decía el director al respecto de castigos tan largos y estúpidos como esos.
Lo único bueno era que Charlie, el conserje, me había prestado su reproductor de música, podría haber usado mi teléfono pero tenia poca batería y debía admitir que me gustaba más lo antiguo, sorpresivamente, no tenía mal gusto, sino todo lo contrario.
Usé los auriculares inalámbricos que llevaba en mi mochila, me conecté al aparato vía Bluetooth y dejé la lista en aleatorio.
Sería muy repugnante y terminaría con un olor asqueroso, pero tenía tiempo de sobra para... nada en realidad, ni siquiera para inventar una excusa tonta para mi madre; de todos modos siempre vuelve a casa cuando el trabajo se lo permite, así que nunca se entera si llego finalizando el horario escolar o un par de horas después.
Los primeros cinco casi me hacen vomitar, tuve que colocarme una mascarilla y rociar mucho desinfectante aromatizante antes de poder tocar alguno. También fregar con esponjas de distintos tamaños para llegar mejor a la suciedad de los rincones más pequeños. Fue una tortura de principio a fin y terminé exhausta—desde el primer cubo—, hasta aún más molesta con Félix y con un dolor de cintura insoportable.
Aún faltaban bastantes cubos por limpiar y ya estaba de muy mal humor, indignada de que me dejaran haciendo un trabajo tan pesado y repugnante como ese. Pero entonces, cuando parecía que estaba hundiéndome en mi sufrimiento... el director apareció en mi campo de visión, se dirigía hacia mí con paso firme y demandante.
Me paré derecha y quité los audífonos de mis orejas. Me sorprendió que viniera acompañado de otro chico.
—Es tu día de suerte, Gerard —dijo en un tono agridulce.
—¿Disculpe? —cuestioné en medio de mi confusión.
—Este vándalo te ayudará a limpiar los botes de basura, contrólalo y que no se escape; está bajo tu cargo.
Ignoré el hecho de que había llamado <<Vándalo>> a un estudiante.
Sin decir otra palabra se desplazó por el pasillo con sus largas piernas y lo perdí de vista luego de unos segundos. De esta forma quedamos solo el chico y yo, la paranoia me hizo erizar los vellos de la nuca.
—A la mierda, no me voy a quedar aquí —Anunció dándose la vuelta dispuesto a marcharse.
—¡No! ¡Espera! —lo tomé del antebrazo con el guante sucio, cerré los ojos para no ver la mancha de suciedad que seguramente había dejado.
—¡Oye! ¡¿Qué te pasa?! —se liberó de mi agarre sin ningún tipo de esfuerzo.
—No quiero más problemas, por favor.
Pinché mi sien con mis dedos y dejé salir un largo suspiro, mientras en mi mente intentaba recordar si había dejado caer mi dignidad en alguno de los botes. Así que mientras asimilaba mi desesperada humillación volví a culpar a Félix por meterme en problemas con sus estúpidos mensajes.
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Miles Entre Nosotros
RomanceUn número telefónico. Amistades cercanas y a la distancia. Una chica. Dos chicos. ¿Amigos o pareja? Problemas. Y muchas primeras veces para todo. *** Historia 100% mia, con sus personajes y los sucesos ficticios en su totalidad. Cualquier intento de...