CUALQUIER ERROR LO CORREGIRÉ EN UN FUTURO
Capítulo 7
JEFFREY
Desvié la mirada hacia el espejo. Llevaba un pantalón beige, una camiseta blanca y zapatillas del mismo color; también una chaqueta negra. No estaba peinado ni bañado en colonia, de igual forma estaba bien y no veía necesario agregar algo más, solo mis aretes. Estaba listo para irme. para mi sorpresa, esa noche no tenía ganas de salir de casa. Me sentía fatigado, lo que me llevaba a tener malhumor, ya estaba de malas.
A pesar de mis inexistentes ganas de ir a la fiesta de esa tipa decidí salir y liberarme de la presión de aquella casa por otra noche. Así que sin dar vueltas en el asunto tomé mi teléfono, mis cigarrillos y mis llaves, bajé las escaleras de dos en dos y fui directo a la entrada principal de la casa.
Al pisar el último escalón una botella de cerveza rodó hacia mis zapatillas, la cual regresé a la esquina del recibidor al patearla con mi pie. Fruncí el ceño asqueado por el hedor a cerveza, si había algo que odiaba era la cerveza barata.
Seguí mi camino y estiré el brazo hasta alcanzar la perilla de la puerta, pero en cuanto mis dedos tocaron la misma alguien me detuvo.
—¿Jeff, eres tú? —dijo una voz adormilada y moribunda— ven aquí, ¿Dónde has estado estos días? Jeff, ven acá...
Apreté la perilla bajo mi mano y abrí la puerta. Salí de la casa y me subí a mi motocicleta, en pocos segundos desaparecí en la oscuridad de las calles y aquella voz se volvió un recuerdo amargo de la noche. Aceleré y fui esquivando los autos en el camino, era peligroso y arriesgado, pero a ese punto de mi vida ya nada importaba. «Hoy estas y mañana no lo sabes» eso dicen muchos y tal vez tengan razón... o tan solo la gente debería valorar un poco más su vida y no ser tan estúpidos.
Llegué en pocos minutos, aparqué a unas calles en la cochera de un conocido y el resto del trayecto lo hice a pie. A escasos metros de la propiedad la gente ya comenzaba a alocarse, jugando juegos ridículos con el único propósito de beber y desvestirse, mientras algunos hacían del aire libre su propia habitación de hotel; y otros, como yo, caminábamos relajadamente hacia el interior de la fiesta en completa soledad; seguramente a la espera del encuentro con sus amigos. Yo era un caso aparte en ese ámbito, solo iba para perderme entre el caos y observar de lejos el descontrol hormonal adolescente.
Entré en la fiesta saludando a algunas personas, no podía negar que era popular a pesar de no tener amigos. Las chicas me buscaban para ser su estereotipado chico malo sexy, mientras que los hombres venían a mí por otros asuntos más privados y confidenciales, negocios para ser exactos. Aun así, a pesar de tener tal reconocimiento, no había quien considerase mi amigo. Nadie, aunque los intentos desinteresados de Gerard por ser mi amiga estaban rindiendo frutos de alguna forma... Oh, Camille Gerard sí que era de otro mundo. Aquella chica era simplemente tan corriente que ni siquiera buscaba sobresalir en sus notas, a veces era irritante pero me entretenía. Me sorprendía que aguantara estar tanto tiempo a su lado sin sentir rechazo.
Las personas son molestas.
Las personas son malas.
Las personas son desagradables.
Las personas son una pérdida de tiempo.
Las personas al final te abandonan.
Aquello lo había aprendido desde una edad temprana y para ese entonces aún mantenía aquel pensamiento tan apático.
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Miles Entre Nosotros
RomanceUn número telefónico. Amistades cercanas y a la distancia. Una chica. Dos chicos. ¿Amigos o pareja? Problemas. Y muchas primeras veces para todo. *** Historia 100% mia, con sus personajes y los sucesos ficticios en su totalidad. Cualquier intento de...