11
CAMILLE
Los días pasaban rápido, tanto que apenas me había enterado del pasar de estos.
A la primera semana de nuestro intercambio de favor había sumado otros siete días, ya era viernes, lo que significaba que había tenido otra semana libre de cualquier chismoso.
Los últimos dos días no había sabido absolutamente nada de Jeffrey, me preocupaba que desapareciera así de repente. Aunque Lina dijera que estuviera exagerando, simplemente no tenía sentido que no diera señales de vida. No respondía mis mensajes y no habíamos vuelto a habla por teléfono desde la última vez, hacía siete días ya de eso.
Mientras la idea de no saber de él me carcomía la cabeza Félix apaciguaba mis inseguridades con paciencia.
—¡Oh, por dios! Actúas como una loca y obsesiva.
Mordí mi labio.
Estaba siendo un poco exagerada, pero temía que algo le hubiera pasado.
El tiempo pasaba y todo iba quedando en el olvido, le gente al fin parecía haberse aburrido. Lo único bueno de toda aquella locura fue que nos volvimos más unidos, nos veíamos fuera de mi casa por la mañana, pasábamos los recesos juntos, nos buscábamos al terminar nuestras clases, volvíamos juntos, íbamos al café en las tardes dos veces por semana; solo nosotros, nos mandábamos mensajes y notas de voz. Hacíamos todo eso y más, sin falta, hasta hace dos días atrás. Cuando dejó de ir a buscarme, faltó a clases y dejó de responder mis mensajes.
El día anterior estaba molesta por pensar que me ignoraba, tanto que ni siquiera fui al café.
Tal vez Félix tenía razón y debía relajarme un poco, esperar a que él apareciera solo.
—Lo sé... pero es tan extraño —hice una pausa— si algo le hubiera pasado me lo diría ¿verdad?
—No lo sé, si es tal y como dices dudo que lo haga.
—Genial —comenté sarcástica.
—Parece gustarte mucho.
<<Alto ahí, frena el poni. ¿Cómo dices que dijiste?>>
Me quedé muda.
Me pregunté de donde había sacado aquella suposición tan absurda.
—Okay, por favor, pásame el nombre de lo que fumas.
Él soltó una risa. Fue dulce, y hasta tierna, pero algo me decía que no estaba bromeando ni riendo genuinamente, no lo sabía, pero había algo extraño en su forma de hablar, en su tono. Había algo ausente, faltaba su chispa característica.
—Lo digo en serio, sientes algo por ese chico. Tal vez lo veas imposible, pero te aseguro que vas a terminar sintiendo algo por él, si no es que ya lo sientes.
Me negaba a creer que eso fuera posible, algo como eso podría arruinar nuestra amistad y volver las cosas muy incomodas entre nosotros.
—Estás completamente loco —afirmé luego de un rato.
—Ay, si. Luego verás que tengo razón.
—Si tú lo dices... —giré los ojos— ahora si me disculpas... voy a colgar.
—No me digas que te has enfadado —soltó una risa baja.
—Vete a la mierda, Félix.
Y sin decir algo más colgué la llamada. Así de dramática y orgullosa iba a ser, aunque solo estaba molestándolo por ser un chismoso.
<<¿Qué más le da lo que sienta por Jeffrey? no siento nada más que amistad y no debo sentir nada más que eso>>.
Me recordé aquello una y otra vez, no dudaba de mis sentimientos pero tenía que estar más que segura de mis intenciones y prioridades; las cuales eran sobrevivir hasta el último año escolar y mantener mi amistad con Jeffrey sin complicaciones.
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Miles Entre Nosotros
RomanceUn número telefónico. Amistades cercanas y a la distancia. Una chica. Dos chicos. ¿Amigos o pareja? Problemas. Y muchas primeras veces para todo. *** Historia 100% mia, con sus personajes y los sucesos ficticios en su totalidad. Cualquier intento de...