Capítulo 20

1 0 0
                                    

20

CAMILLE

André tomó mi mano con firmeza al arrastrarme entre la multitud de personas, gente con el sentimiento efervescente de ser liberados unos por unos minutos de las salas escolares.

Intenté seguirle el paso, mas no pude hacerlo por sus largas piernas, mientras caminaba sentía la punzante mirada de alguien sobre mi nuca. Era una sensación extraña, oscura, algo que no podía explicar cómo me hacía sentir tan incómoda.

Giré la cabeza por un momento y di con los ojos maliciosos de Jones, lo cual no me sorprendió, llevaba días andando detrás de mí como una loca. Desconocía la razón de su comportamiento pero sabía que no podía ser nada bueno, no teniendo en cuenta que teníamos una relación algo turbulenta desde el primer momento en el que habíamos hablado.

Al apartar la mirada de aquellos ojos felinos di con la figura de otra persona que me dejó helada, no me sorprendió verla a su lado luego de habernos dicho a André y a mí que había salido de fiesta con ella y sus amigas. Lina estaba de pie a su lado, con su brazo alrededor de la cintura de Aurora y una sonrisa divertida. Se notaba a simple vista que se estaba divirtiendo con ella y sus amigas, que ya no necesitaba de André y de mí para pasar los recesos.

Nunca fui alguien celosa o que impusiera algo en mis relaciones sociales, no podía esperar que fuera solo mi amiga y que se limitara a estar a mi lado siempre. No, no podía ser así y tampoco quería hacerlo, estaba mal y no tenía derecho en decidir sobre sus amistades.

Solo era doloroso ver como poco a poco se iba alejando de nuestro grupo.

Ahora, prácticamente, solo éramos André y yo.

─Solo vamos, déjala. ─La voz de André me sacó de mis pensamientos.

No me había dado cuenta que me había frenado en medio del camino, quedando de piel como una imbécil, mirando fijamente a un grupo de chicas que tenían la manía de mirarme por encima del hombro o murmurarse entre miradas indiscretas hacia mi si me veían pasar.

No me afectaba, no mucho, pero si me molestaba lo suficiente como para que fuera incómodo.

Andrew me llevó fuera de la escuela.

Pasamos junto al árbol de los recesos, ese que compartía antes con Jeffrey; con respecto a él... no sabía hasta qué punto podía perder la dignidad, lo suficiente para enviar mensajes que nunca tenían respuestas y seguir insistiendo cuando todos me dijeran que lo mejor sería dejar de intentar darle sentido a algo que no debería importarme.

Con mi mente nuevamente dando vueltas en el tema de Jeffrey no podía concentrarme en nada, ni siquiera me había percatado de la mirada incesante de André sobre mí. Lucia algo preocupado, tal vez molesto, pero sobre todo entristecido.

─No... no puedo creerlo ─dijo en un susurro lastimado.

Me quedé en silencio.

─No dejes que te afecte, sabes que hace tonterías cuando...

─No ─lo interrumpí.

Él me observó consternado, algo confuso y hasta nervioso.

─Ya estoy harta de justificarla, que haga lo que quiera. ─Me encogí de hombros.

Me tomó la mano y apoyó su cabeza en mi hombro. Caminamos de esta forma sin ningún problema.

─Tienes razón... ─murmuró con un suspiro agrietado de por medio.

André se enderezó y dio un pequeño sacudón a su cuerpo, un brote de energía repentina que le hacía volver a su estado de ánimo habitual. Volvió a ser el André charlatán, ese que sacaban temas de donde fuera para animar el ambiente o al menos intentarlo.

Miles Entre NosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora