Capítulo 8

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Capítulo 8


CAMILLE

Alterné la mirada entre mis mejores amigos, quienes me observaban con seriedad. Llevaba más de veinte minutos siendo bombardeada por preguntas respecto a la noche del viernes, sobre Jeffrey, la pelea y yo. Estaba comenzando a irritarme, era tedioso responder lo mismo una y otra vez. Lina estaba insistente con respecto a la pelea. André solo era una perra curiosa.

—Pero… ¿Cómo terminaste en brazos de ese loco? —quiso saber mi mejor amiga.

—No lo sé, me tomó mientras bailaba con Jeff…—André me interrumpió.

—Espera… ¿estuviste bailando con ese pedacito de cielo?

—¡Se los dije unas diez veces! Y, por favor, no le digas así —hice una mueca y llevé la mirada al techo con irritación.

—Y… ¿pasó algo entre ustedes?
—¿Estás loco? ¿Cómo que sí pasó algo entre nosotros? Solo somos amigos, André.

—Ya… solo decía. —Giró los ojos— como es tan amistoso irse a los golpes por ti…

André tenía esa manía de buscar cosas donde no las había. Estaba segura de que no dejaría el tema ahí, que seguramente el día siguiente me esperaban las mismas preguntas. No me molestaba, ya estaba acostumbrada a ese tipo de cosas, por lo que estaba dispuesta a pasar por lo mismo una y otra vez, las veces que fueran necesarias para acabar con sus ataques de curiosidad extrema.

Estaba dispuesta a responder, ya que como él lo decía no era en realidad. Pero, como siempre, fui interrumpida antes de poder decir algo al respecto.

—Por supuesto que no. ¿Cómo se te ocurre?, ese no es su tipo. Además, no son nada compatible —dijo Lina de repente, descolocándome un poco.

—¿Qué? ¿Cómo qué no es mi tipo de chico? —Me crucé de brazos.

¿Quién era ella para decidir eso? Nadie, solo yo sabría con quién salir y, en realidad, no tenía un tipo de chico. Nunca había tenido alguna preferencia, nunca me había interesado por un chico en los últimos años. Tal vez había puesto los ojos en  algún chico a principio de la secundaria, pero solo eran esos enamoramientos momentáneos de los alumnos más guapos de la clase, nada serio ni que dictaminara alguna preferencia.

No había un patrón, solo diversidad.

—Oye, relájate… solo decía. —Se encogió de hombros, intimidada.

—No veo por qué no me fijaría en alguien como Jeff, sabes que no tengo un tipo de chico. Y él es lindo.

—Espera… ¿Entonces te gusta? —intervino André.

—¿Qué? ¡No! Solo tomos amigos, ¿Por qué el hecho de tener un amigo significa que me guste?

—Oye… relájate, no te pongas así —respondió él.

Lina permaneció callada, estaba molesta al igual que yo.

Negué repetidas veces, reí sin gracia alguna y tomé mis libros. Guardé mis cosas dentro de mi mochila bajo la mirada incrédula de André y la indiferencia de Lina.

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