16
JEFFREY
Me despidieron.
Con el paso de los días la paciencia de mi jefa en Éxtasis Cafetero se fue agotando, las llegadas tarde, los días ausentes y el bajo rendimiento que estaba presentando fue creando una lista larga de razones para echarme a la calle.
A medida que los días pasaban no podía evitar sentirme como una carga para Matthew, aunque él lo negara a toda costa tenia bien en claro lo inútil que estaba siendo al no aportar más que un par de dólares a la casa. Se me fulminaba el dinero en los gastos de mi madre, apenas podía sentirlo en los dedos antes de que lo colocara en el apartado de los gastos.
Me sentía como la mierda.
La escuela era un asco, mi familia era un asco, mi vida era un asco y ni siquiera tenía a Camille como para decir que entre toda la mierda había algo bueno en mi vida. Solo contaba con la familia de Matthew pero tampoco podía estar tranquilo sintiéndome tan invasivo, como una plaga que vivía bajo su techo y se colgaba de su dinero. No podía evitar sentirme como si estorbara.
Necesitaba una solución rápida. Había tenido en mente la propuesta de Matt pero aún no estaba convencido con la idea, seguía comportándome como un mantenido de primera, un sinvergüenza con todas las letras. Así que no podía, simplemente no podía abusar de su confianza y caridad, no importaba cuantas veces me lo propusiera jamás podría aceptarlo. Al menos no por mi cuenta.
Una de esas noches, donde la mierda brotaba de las alcantarillas y lo peor de lo peor se reunía en un mismo punto de la ciudad, tuve la mala suerte de toparme con Decker. Si, el imbécil de la fiesta que se atrevió a tocar a Camille.
Nos cruzamos a la salida del club, en la hora muerta donde las calles estaban igual de llenas que el desierto. Él iba caminando por la acera mientras que yo esperaba a Matthew para que viniera a buscarme en su auto, ya que mi motocicleta estaba en el taller.
Una calle nos separaba.
Su mirada se cruzó con la mía y al instante supe que habría problemas, que él buscaba chocar conmigo y que las cosas entre nosotros terminarían muy mal.
Esa noche no tenía ganas de evitarme los problemas y ambos teníamos asuntos pendientes. Así que sin más crucé la calle y lo tomé del cuello de la camiseta en cuanto lo tuve delante.
─Pero bueno... si es el defensor de zorritas.
Me dio asco tener que escuchar su boca sucia.
─¿Qué mierda haces por estos lados? ─escupí colérico.
Él me sonrió complacido, sus ojos chispeaban con la maldad del peor de los hijos de perra. Le divertía la tensión y el conflicto, casi tanto como a mi me gustaba darle puñetazos en la cara. Lo cierto es que apenas habíamos tenido conflictos en los últimos dos años, por no decir casi ninguno. Los roces de clanes nos habían enemistado pero, aun así, preferimos evitarnos y no generar guerras internas.
Exceptuando esa noche, con Camille presente y en peligro no pude contener el animal que llevaba dentro. No me importó en lo absoluto iniciar disturbios y mover las aguas negras, lo que tuviera que pasarme luego sería después pero esa noche ambos estaríamos bien.
En ese momento el recuerdo en casa de la amiga de Camille llegó a mi mente revolviendo mis ideas. Vi sus ojos y sentí sus toques suaves en mi piel magullada.
─Eres una basura. ─Solté mi agarre con asco y me pasé las manos por la camiseta.
Le tenía mucho asco y repudio, simplemente lo odiaba por querer lastimar a la chica que sin saberlo me ayudaba a mantener la cordura y el camino en mi propia perdición.
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Miles Entre Nosotros
RomanceUn número telefónico. Amistades cercanas y a la distancia. Una chica. Dos chicos. ¿Amigos o pareja? Problemas. Y muchas primeras veces para todo. *** Historia 100% mia, con sus personajes y los sucesos ficticios en su totalidad. Cualquier intento de...