Epilogo
Al abrir los ojos, revisé mi cuarto… mi cuarto. Estoy en casa. Realmente estoy en casa. Estoy en Nueva York… ahora comprendo el porqué escuche la voz de mi mamá. Al parecer es de noche.
Me levante de la cama. Mis piernas se quejaron al sentir de nuevo mi peso, creo que debo de ponerme en línea. Me dirigí al baño y me lave la cara.
-Ok, esto… tu puedes Aria- murmure.
Realmente me sentía estúpida dándome ánimos a mí misma. Al terminar de secarme la cara con la toalla, me fije en el espejo y en el rostro que estaba reflejado. Realmente me sorprendí mucho. Había ojos completamente rojos en lugar de los azules, la piel realmente pálida, los labios rojos… y más delgada. Creo que cambie un poco.
Al salir del baño revise el cuarto, sola, estaba sola. Mi cuarto seguía como lo había dejado al irme a la escuela. Mi cama matrimonial estaba destendida, de que había estado ahí. El tocador parecía que no lo habían tocado, a excepción de unas cosas que tenía en la escuela todo estaba encima de él. Todas las fotos de los lugares que he visitado seguían en la pared junto con los posters de “Enrique Iglesias” y de “True Blood”. Mi juguetero, lleno de todos los peluches que me han regalado. Junto a la ventana que da hacia la ciudad, una hermosa ciudad.
Afuera todo parecía estar en silencio, pero podía escuchar los murmullos de mis papás en su cuarto junto con una tercera voz. Tome aire varias veces antes de decidir abrir la puerta y salir de ahí.
En el pasillo, donde estaban colgadas las fotos familiares por toda la pared, pude notar la luz del cuarto de mis papás y que la puerta estaba entrecerrada. Eso no es bueno, mis padres nunca cierran su puerta, no hay secretos entre nosotros. Al menos ellos no me guardan secretos, yo… bueno… ni yo me conozco por completo.
Me quede cerca de la puerta para escuchar, pues sabía que si entraba ellos iban a parar de hablar y no me iban a contar.
-Es necesario que cuando ella despierte le hagan hablan, en definitiva la Reina ha sido muy comprensiva pero no creo que aguante más- esa era la tercera voz pero no sé de quién es –Ella realmente es muy buena pero no puede seguir escondiéndose de la realidad.
-Nosotros realmente no sabemos cómo hacer que vuelva. Ella es un misterio para nosotros y creo que ella misma se tiene miedo- ¿tenerme miedo? –Hemos hecho todo para que no hiciera lo que hizo… y al final fracasamos.
-No fracasaron Sra. Nuvola, su hija… ella es muy fuerte y junto con mi hijo vamos a hacer que sean grandes pero necesito que dejen de protegerla, si aceptan, mi hijo la va a proteger.- ¿Quién será ese? Y de que hijo habla.
-¿Su hijo? Pero él también es solo un niño- mi papá… está demasiado preocupado y puedo notar que como mi mamá, tienen miedo –Puede que lo haya entrenado y todo pero es solo un niño.
-Lo es, pero él va a conseguir mantener viva y en la realidad a su hija. Entiendan que no lo hago por órdenes, lo hago porque es lo mejor.
-Aunque aceptáramos… no sabemos cuándo va a volver- creo que algo gordo está pasando y me lo perdí.
He causado muchos problemas y todo por ser débil… por no enfrentar las cosas y aceptarlas. Demasiados problemas… no debería yo estar aquí. Debería irme. A un lugar donde no lastime a nadie, donde no tenga que meter en problemas a alguien por mi culpa y sobre todo donde nadie muera por mi culpa.
Sin embargo, si me voy y ni si quiera investigo que es lo que pasa puedo poner en peligro a mis papás al no protegerlos. Ellos siempre han hecho de todo por protegerme, si pasa algo es mi obligación protegerlos. Jamás me perdonaría si les pasará algo por mi culpa.
Me dirigí a la cocina por comida, así podía fingir que cuando me pare fui a la cocina por algo de comida ya que tengo hambre. Lo cual es mentira pero qué más da. Al entrar a la cocina busque en la alacena cereal, al encontrarlo me serví un poco en un tazón y cogí la leche para ponerle. Sí, cereal con leche, parecía lo mejor para mi estomago.
-Cariño, estas aquí- pude notar los ojos rojos de mi mamá antes de que ella me abrazara casi al asfixiarme.
La abrace yo también, la extrañaba y era realmente cálido estar entre sus brazos, me sentía protegida.
-Mamá… te extrañe- cuando mi mamá se separo de mi al segundo estaba rodeada por otro par de brazos, esta vez de los de papá.
-Hija. Por favor, no te vuelvas a ir- sonreí abrazándolo.
-También te extrañe papá.- al separarme de él pude notar a mis papás, ojos rojos y llorosos, sin mencionar las ojeras que tenían ambos –Lamento haber hecho que se preocuparan tanto- mi madre sonrió.
-No es tu culpa hija. Estamos muy felices de que estés de vuelta ¿Cómo… cómo te sientes?- podía ver que tanto mi papá como mi mamá tenían temor de que me fuera de nuevo y que me encerrara por el tema de… Baltazar.
No los culpo.
-Bien… pensé que estaban dormidos y vine por un poco de cereal. Tenía algo de hambre- al terminar de decir eso, un hombre entro a la cocina.
Un hombre que no pasaba de los 35 años, ojos negros, alto y cabello castaño, note el parecido que tenia con… Edwin. Supongo entonces que él es su papá. Él a diferencia de mis papás lucia muy bien, con traje gris perfectamente planchado y zapatos negros lustrados. Su cara en definitiva estaba llena de arrogancia y confianza, la postura en la que estaba parado decía que estaba seguro de sí mismo.
Un hombre realmente musculoso y creo que de no ser porque mis papás confían en el podría apostar que es malo.
-Hija- mi mamá noto que él había entrado y que yo no lo dejaba de mirar, definitivamente no me daba confianza y no sé porque –Él es el Sr. Wentz, estoy segura que conoces a su hijo.
-Mucho gusto Sr., y sí, si conozco a su hijo- el Sr., me dio una mirada fría que oculto aparentemente con una rápida sonrisa.
-Aria, es un placer conocerte. Realmente pensé que no te iba a ver despierta pues me tengo que retirar- la voz de este hombre es realmente gruesa, perfecta para su apariencia.
-Oh, cuanto lo lamento. Espero que su estadía haya sido agradable- le sonreí, él lucio sorprendido por un momento y después volvió su cara con una falsa sonrisa.
-Por su puesto, tus padres son realmente encantadores. Espero que estés pronto de vuelta a la escuela Aria, creo que has perdido bastante tiempo ¿no?- asentí –En ese caso, si tus padres están de acuerdo, me gustaría llevarte a la escuela, voy a ir a visitar a mi hijo.
-No creo que…- corte a mi madre.
-Estaría encantada, si no le hez mucha molestia- le sonreí y después voltee a ver a mis padres –Yo sé que han estado muy preocupados por mi pero les prometo que estoy completamente bien. En cuanto a ese tema que tanto temen mencionar les aseguro que no voy a volver a encerrarme, estar fuera me ayudo e hizo que pensara las cosas. Ir a la escuela es la mejor forma en la que podre superarlo y podre hacerle frente a la Reina. Realmente estoy muy feliz de volverlos a ver y espero que me comprendan- mi mamá estaba llorando y no pude hacer otra cosa que ir a abrazarla.
-Hija… ¿de verdad estas bien? Podemos decir que aún no has vuelto… al menos hasta que estés bien- me separe de mi mamá y me la quede viendo a los ojos.
-¿Y cuándo voy a estar completamente bien, mamá?
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BIEN AHORA SI, ES LO ÚLTIMO ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO...ESPERO SUS COMENTARIOS.
BESOS XOXO
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DESPERTAR El principio (En Edición)
RomanceAria comienza la escuela, nuevos amigos, nueva etapa de su vida y nuevos romances. Desde pequeña sabia que es especial pero jamás llego a pensar que eso llevaría a enfrentarse tanto a aliados como a enemigos... difíciles decisiones tiene que tomar...