Capitulo 3

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Una chica. Levemente más alta que yo, rizos rojizos que le llegaban a la mitad de su espalda. Piel sonrosada, rasgos ovalados y unos ojos azules claros. Llevaba algo pasado de maquillaje para resaltar sus ojos y sus labios, tenerla tan cerca hizo que pudiera oler el olor a tierra mojada aunque era un lindo olor. Llevaba una blusita que apenas y respetaba las reglas con una falda corta y unas botas.

Me aleje de ella para tener un poco de espacio entre nosotras. Atrás de ella pude notar a un grupillo de chicos casi con la misma actitud que ella de “soy la que manda aquí”.

-¿Eres Aria?- vale ¿que aquí ya saben todos mi nombre? Me decidí por solo asentir con la cabeza en lugar de hablar con ella –Me llamo Arethusa ¿es necesario que te diga en qué año voy?- su voz era de alguien que se sentía superior, yo negué con la cabeza al fijarme en su broche que lo traía en el tirante derecho de su blusita. Lo reconocí, quinto –Perfecto, quiero que vengas con nosotros.

-¿Por qué?- creo que hice mal al preguntar y no seguirla sin preguntar pero era para que se enterara que no era su sierva ni nada por el estilo.

-Querida creí haber oído preguntarme algo- wau, mejor dime que me calle y sin problemas, pensé –Ven con nosotros- creo que no acostumbra decir dos veces las cosas pero a mí que.

Vi a Edwin de reojo y él estaba asombrado por la belleza de Arethusa que ni siquiera me prestó atención cuando era evidente que le estaba pidiendo ayuda. Suspiré. Arethusa se volteo y camino hacia las aulas, todo su grupito la siguió. Hasta el final iba yo.

¿Qué hice para merecer esto? Bien Aria es tu primer día aquí y ya te tratan como si fueras una muñeca de papel, debes arreglar eso, me dije a mi misma pero eso no ayudo en lo mínimo.

Caminamos hacia adentro del edificio y recorrimos el pasillo como si fuéramos a subir al otro piso pero en realidad ella abrió una puerta que estaba junto a las escaleras. Yo no pude ver que había allí antes ya que estaba cerrada por lo que me sentía nerviosa de que me llevaran a un lugar que no conocía.

Entre como todos, como era la última vi que un chico espero a que todos pasáramos y él se encargo de cerrar la puerta con llave para mi gran desgracia. A donde habíamos salido era un patio, como si fuera el edificio de deportes ya que había canchas de futbol, basquetbol, tenis y una pista. También había un enorme campo de práctica el cual supongo que debería conocer hasta tercero no ahorita, al menos eso supongo.

Arethusa paro enfrente de unas mesas, todos se sentaron y ella me invito a sentarme a su lado. Para que ya no tuviera más problemas y que esto fuera más rápido me senté a su lado a pesar del remolino que sentía en mi estomago que me decía que algo iba a salir mal.

-Vale chica debo ser rápida y la verdad es que no quiero que estés mucho tiempo aquí- directa, me gusta eso –Estás en el cuarto 106 ¿cierto?- asentí –Vi como llevaban tus cosas esta mañana, se supone que ese cuarto solo se le da a los de quinto o sexto que tengan la mejor nota- no entendí a que quería llegar pero sé que no es bueno, lo presiento, esto no es bueno –Supongo que tus padres están pagando para que te den ese servicio pero te tengo que decir que no te va ayudar mucho que tengas un cuarto para ti sola, las de primero te van a odiar porque te están tratando especial.

-¿No que sin rodeos?- se sorprendió.

Sí, seré nueva pero no voy a dejar que me trate como trata a todos los demás. Que no he visto como trata a los demás pero supongo que los ha de tratar como basura. Justo como me está tratando a mí.

-Bien, quiero el cuarto.

-Sueña querida- me pare. Use el “querida” tal y como ella me lo había dicho –Si me lo dieron es por algo y a ti no ¿algo más con lo que te pueda ayudar o me puedo retirar?- me fulmino con la mirada.

DESPERTAR   El principio (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora