Capitulo 2

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Dios eso sí que fue extraño y divertido. Vale que sé que no debo de juntarme con nadie hasta… los ¿20? Claro papá, ya ahorita, pff… tal vez si mi papá se diera cuenta de esto me quisiera sacar de la escuela entonces ya no tendría que soportar todo esto.

Si claro Aria, sigue soñando.

Sentí mi bolsa vibrar y después empezó a sonar la canción de “Tonight” de Enrique Iglesias. Saque mi celular y lo conteste. No esperaba que nadie me hablara más que a los únicos que conocía eran a mis padres y… pues algunos de mis tíos. Y de toda mi gran familia solo me llevaba con una de mis primas, Daphne, la cual está en Londres, pasando su año sabático. 

-Bueno- seguí subiendo las escaleras en lo que hablaba.

-Bueno niña tú sí que te oyes fatal en tu primer día ¿tan mal esta?- Daphne.

Aunque me caía súper bien que casi era como una hermana para mi yo solo quería que me dejaran en paz por un rato. Quería salir de aquí.

-No. De hecho hasta ahorita va bien solo que me siento cansada y todo mundo está algo loco aquí – pensé en todos los tipos que estaban buscando los salones, casilleros y todo –Y es raro no tener a nadie con quien hablar.

-Vale que por eso te hable. He tomado una decisión Aria… sé que tal vez no te guste pero tal vez me inscriba a la escuela de aquí.

-¿Por qué?

-Me gusta- oí el tono de culpabilidad en su voz –Aparte estoy segura que es mejor así, vas a conocer a muchas personas y después ya ni te vas a acordar de mí.

-¿Por qué siento que sería al revés?- camine hacia mi cuarto por el pasillo del segundo piso.

Había más pisos arriba de este pero por suerte mi cuarto estaba en el segundo piso. Por lo que sé no es normal que una estudiante de primero este en el segundo piso, normalmente aquí me voy a encontrar a las de cuarto, quinto o sexto. Solo espero que mis compañeras sean de primero o sino juro que voy a terminar matándome. Las de primero están en el cuarto piso. Ósea en el más alto.  Cada año que vayas cursando se te va cambiando de piso.

Qué suerte la mía.

-No, claro que no- me daban ganas de reír.

La adoraba y sabia cuando me mentía. Por lo que tome la decisión de decirle que no importaba que siendo sincera tal vez y si me la iba a pasar bien y que la llamaría tan pronto algo pasará. Con eso me refería a los chicos. Algo que ella quería oír y tan pronto ella encontrará algo “bueno” me llamaría. Con eso cortamos y seguí mi camino a mi cuarto.

Mi cuarto. 106. Estaba enfrente de mí, tuve un poco de nervios al abrir la puerta. Examine el pasillo, observando que nadie me estuviera viendo y qué pensará que estaba loca. No había nadie, estaba completamente sola. Al final, suspiré y abrí la puerta.

Me quede parada como tonta enfrente del cuarto. Yo pensaba que no tenía el nombre de mis compañeras porque realmente todavía no me las habían asignado pero era completamente lo contrario. ¡Tengo un cuarto para mi sola! Dios esto jamás se me había pasado por la cabeza.

Cerré la puerta al entrar. Al final no todo era tan malo. Había una ventana que daba una hermosa vista al jardín de la escuela y pasando el jardín se podía ver el dormitorio de los niños. También había un ropero, el cual abrí y ya estaban mi ropa colgada, mis zapatos ordenados y supongo que toda mi demás ropa en los cajones. Además de la puerta del baño que estaba junto al ropero.

Abrí la puerta del baño solo para revisar como era. Grande, blanco y limpio. Y solo para mí, no iba a compartir baño. Las cosas iban bien.  La regadera era grande y ahí ya estaban mi champo y jabón que tanto me gustaba. En el lavamanos estaba mi cepillo de dientes, mis cremas que me pongo en la noche y la pasta de dientes. Mis toallas estaban ahí, dobladas y perfectamente arreglado. Salí. Un escritorio se encontraba junto a la cama que ya estaba tendida con mi edredón.

DESPERTAR   El principio (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora