Banco De Esperma (Changlix)

Capitulo Cuarenta y tres

Amor. Esa palabra se mantenía dando vueltas en su cabeza. Se sintió tan bonito cuando escuchó a Changbin llamarlo de esa forma.

Suspiró mientras se sacaba la toalla que cubría su cuerpo para ahora mirarse en el espejo.

-- ¿Ustedes también están emocionados? Bin es un lindo chico... ¿Deberí...? -- sus bebés se movieron -- Sí, debería apresurarme.

Se apartó del espejo para tomar sus cremas, se las colocó muy lentamente, dándole caricias a su vientre. Cuando terminó, tomó su ropa para vestirse. Se sacó la toalla que tenía en su cabello para cepillarlo y salir de su habitación.

Changbin lo esperaba en su auto, se veía tan pacífico, como si estuviera pensando en varias cosas. Seguramente esto con relación a Seungmin, no habían vuelto a tocar ese tema pero sabía que Changbin estaba mejor ahora, no se había olvidado de Seungmin tan fácilmente pero poco a poco lo iba superando. Al parecer si fue bueno cerrar ese ciclo con el menor, eso lo ayudó para olvidar más rápido el amor de pareja que sentía por él.

Felix salió de su casa llevando consigo algunos alimentos y demás cositas para pasar una agradable tarde con su familia. Changbin lo recibió sonrojado y con una sonrisa.

Sí, sus palabras tenían un gran impacto en el palido, sabía... Mejor dicho, quería comprobar si Changbin se pondría de tal manera al decirle cariño y sí, había funcionado.

-- ¿Tardé mucho? -- preguntó sonriente y con voz inocente.

El palido negó para pronto encender el auto. Felix sonrió y se colocó el cinturón de seguridad.

En pocos minutos ya se encontraban en casa de Hyunjin donde sería el almuerzo. Al parecer Chan y Woojin ya habían llegado pues el auto del pálido se encontraba aparcado fuera de casa.

Changbin logró buscar un lugar donde aparcar para después bajar y ayudar al embarazado. Le tendió su mano y Felix la tomó sin protestar. Ambos se sonrojaron, parecían dos adolecentes enamorados y si, puede que algo de eso sea cierto.

Felix llamó a la puerta después de soltar al palido. Acomodó sus cabellos junto a su gran buzo rosa pastel y esperó por el dueño de casa.

La puerta se abrió dejándolos mirar a un sonriente Hyunjin quien los recibió con total felicidad para después lanzarse y llenar de besitos el vientre del mayor.

Jeongin llegó donde ellos para tomar la bolsa que Changbin llevaba en manos, el pálido le indicó que era cortesía de Felix para después mirarlo llevarlo a lo que supuso era la cocina.

Woojin fue el primero en saludarlos después del dueño de casa y Jeongin. Ambos amigos se dieron un gran abrazo, lo mismo sucedió con Chan que no se separaba de su novio, ahora más que nada tenía miedo hasta de mirarlo levantarse. Woojin y Changbin también se abrazaron, eran mejores amigos después de todo y estando juntos se la pasaban genial.

-- Hyungs, por favor, vengan por aquí, almorcemos para darles la sorpresa -- Hyunjin anunció emocionado.

La pareja, Changbin y Felix los siguieron sonrientes. Tomaron lugar en la gran mesa donde los platos ya estaban colocados, algo llamó la atención de Felix, un séptimo plato estaba colocado pero lo ignoró, seguramente era alguno de sobra por si alguien necesitaba.

Jeongin ayudó a su novio a servir la comida en cada plato, ambos tramaban algo, Felix conocía a Jeongin como si él mismo lo hubiera parido, sabía cuando ese chico ocultaba algo. Eso solo logró entusiasmarlo más, quería saber de que se trataba.

-- Bien, antes de comenzar a comer quiero agradecerles por venir –- Hyunjin sonrió transmitiendo ternura en los mayores que lo miraban con una sonrisa -– También quería decirles que estoy muy agradecido de tenerlos en casa, somos como una familia ahora... Claro, la familia no estaría completa sin Seungmin, es por eso que dejamos un séptimo plato... Seungmin esté en Samseong-dong, Seúl, del otro lado del mundo o donde sea que esté, él siempre nos estará acompañando...

Los chicos asentían, era verdad todo lo que el menor decía.

-- Bueno, el motivo de este almuerzo es porque después de algunas semanas, la familia está casi completa al fin –- sonrió.

Los chicos se miraron sin entender hasta que alguien apareció en su campo de visión, mirándolos a todos con felicidad, lágrimas retenidas y una hermosa y sincera sonrisa.

-- Hola, hyungs...-- dijo.

Los cuatro se pusieron de pie, unos muy felices mientras otro estaba asombrado de verlo.

Felix corrió con toda precaución hasta tenerlo en brazos. Besó sus cabellos con cariño, sus lágrimas mojaban sus mejillas mientras le decía cuanto lo había extrañado en esas semanas. Woojin y Chan no se quedaron atrás, esperaron a que Felix lo soltara para refugiarlo en sus brazos.

Había sido una buena sorpresa para todos, Seungmin estaba de nuevo en Seúl y se miraba realmente cambiado, transmitía un aura brillante y elegante. Felix había notado el sufrimiento en sus ojos al momento de encontrarse con la mirada de Changbin pero aún así su bebé había sonreído para él, nuevamente reafirmaba su teoría, Seungmin era un angelito.

El rubio se paró enfrente de Changbin, ambos se miraron por un corto tiempo para después abrazarse fuertemente.

Los chicos los miraban felices, ahora podían seguir su almuerzo, festejando la llegada del rubio.

Tomaron lugar para pronto comenzar a comer mientras charlaban de diferentes temas, reían y se la pasaban increíble, la familia estaba reunida, era un día que nunca olvidarían.

Cuando terminaron de almorzar comenzaron a sacarse fotos. Las fotos que servirían de recuerdo cuando nuevamente estén en diferentes lugares del mundo, al menos tendrían esa foto para recordar lo bien que se la habían pasado.

Woojin y Felix se mantenían al frente de las imágenes presumiendo sus vientres que también eran parte importante de la familia.

Todos sonreían y reían haciendo poses extrañas o lindas, nada podía salir mal, se la estaban pasando increíble.

Las risas pararon cuando Woojin soltó un gemido de dolor. Chan había llegado a su lado para tomarlo en brazos mientras su pareja se retorcía de dolor. Pronto todos se alarmaron.

Woojin llevó sus manos a su vientre mientras los miraba con lágrimas en los ojos.

-- ¡Ya viene! –- gritó con dolor.