Capitolo 12

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ORLENA

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ORLENA

Mi hermano pequeño aun no se había percatado de mi presencia, mi hermana por otra parte, si lo había hecho. Esta, se quedó petrificada en el sitio sin poder apartar sus ojos azules me abrasaban. Siento que se avecina una muy mala escena de hermanos y estoy casi segura, podría apostar que es por mí la discusión.

Ahora bien, si lo pensamos con detenimiento, no comprendo porque Agnese se sorprende tanto. Cesare les debe haber informado que me encontraba en su hospital. Aun así, si son personas normales y ven las noticias que trasmiten por la televisión se hubieran enterado de que su hermana desaparecida de la faz de la tierra ha retornado a su origen gracias a su padre y abuelo.

—¿Qué hacemos aquí Cesare? ¿Para qué nos has llamado? —coge la iniciativa Agnese.

Demos se pone a la par que su hermana y ahora sí que me mira. Pese a todo, su mirada no demuestra ningún cariño. Sus ojos claros destilan odio en su máximo esplendor. ¿Qué le he hecho yo a este niño para que me odie tanto?

—Ese tono de voz te lo reservas para hablar con tus amigos, estás hablando con tu hermano Agnese —habla duramente dirigiéndose a ella.

Vaya, vaya, ¿voy a presenciar una pela de estos dos?

Por lo que puedo ver el temperamento de los Lepori a la hora de expresarlos lo tenemos los cuatro como si fuera pate de nuestro ADN, inyectado en vena.

Me daba cosilla decir algo por si Demos y Agnese unían fuerzas y hacían un complot contra mí.

Se supone que cada uno es libre de hablar cuando se le plazca para eso hay libertad de expresión. Y si no les gusta escucharme que se tapen los oídos. Al parecer están muy consentidos estos dos y van por el mundo creyéndose los reyes del mambo.

Antes de que pueda articular alguna palabra existente en el diccionario, Cesare responde a Agnese.

—Debo hablar con Orlena —empieza. Lo que les dice a los dos los deja descolocados pensando seguramente en que les repercute esa acción a ellos, así que agrega más cosas —. Queráis o no verla es vuestra hermana y si no queréis que os deje en ridículo ahora mismo es mejor que dejéis esas caras de amargados.

—Cesare no intentes ejercer ahora de padre, no te pega para nada —que tío más repelente, ¿esto es mi hermano pequeño? Vaya formas de contestar a una persona. El respeto se lo mete por donde no ve la luz al parecer.

—¿Las mierdas que consumen te han dejado sin neuronas acaso? —estoy a punto de estallar en carcajadas. Nos ha salido rebelde el nene —¿O por jugar a partidas ilegales en bares nocturnos y apostar te hace más machito? —Cesare se está liquidando a Demos en menos de un segundo y lo está dejando por los suelos.

¡Señoras y señores el raund se lo lleva Cesare Lepori!

La tensión de los dos hermanos se siente en toda la habitación. El enfrentamiento es fuerte, por una parte uno le reprocha al otro. No obstante, el hermano no sé dejó por nada del mundo, dejando al pequeño expuesto.

Il passato torna sempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora