PREFAZIONE

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Ya han pasado cinco años desde que escapé de la mansión y Clan Lepori como se hacían llamar toda la familia

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Ya han pasado cinco años desde que escapé de la mansión y Clan Lepori como se hacían llamar toda la familia. Nuestro apellido era conocido en toda Italia, a la misma vez era respetado por muchos y odiados por otros. Ahí entraba yo; repudiaba mi apellido con toda mi alma.

El día de mi fuga me llevé conmigo algo muy valioso para nuestro linaje. Se trataba de un joyero antiguo con una piedra preciosa. Si concretamos más en este tema, podría decir que se trata de un cuarzo. Este objeto valía toneladas de euros.

No les sustraje eso tan valioso para poder bañarme en oro, no. Era algo más simple: venganza.

Ellos me habían arrebatado mis primeros dieciocho años de vida. Me la hicieron de cuadritos. No tuve una verdadera infancia, me quitaron de cuajo mi dignidad y mis ganas de seguir viviendo, hasta que llegó el día de mi huida. Lo llevaba planeando semanas antes.

Mi abuelo Isacco era la última persona en irse a dormir dejando todo estrictamente calculado y perfeccionado. Cada madrugada sobre las doce se reunía con todo su personal, más concretamente con sus guardias para que hicieran sus rondas correspondientes alrededor del perímetro de nuestro hogar.

¿Cómo logre burlar a los guardias? Estuve madrugadas enteras vigilándolos, a ver que supervisión les tocaba. Lo que logre con aquello fue saber que mi abuelo paterno no era tan inteligente como solían pensar el resto de las personas.

En la semana cada negrura se disponía en recorrer el trayecto marcado por mi abuelo, era distinto cada jornada de trabajo. Al cambiar de semana volvía a ser el mismo.

Por eso mismo actué el día de mi cumpleaños. Nadie se percataría de que yo me fuera a escapar, puesto que ellos estarían muy entretenidos aparentando ser la familia más perfecta de la historia, aunque fuera todo lo contrario. Ellos eran todo un fraude personificado.



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Il passato torna sempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora