ORLENA
Si alguien me preguntase como hubiera querido que acabase la noche, no sería ni mucho menos como acabó.
Acabé en el hospital. El médico de emergencias me informó que no tenía nada rato y que no tenía torcedura de tobillo, pero que si me dolía me tomará unos calmantes para que disminuyera el dolor.
El chico que acudió a mí cuando me senté en el suelo por el dolor que me producía el tobillo —que luego no fue nada —, nos acompañó hasta el hospital para cerciorarse que no era nada grave. Le di las gracias una vez le dijimos que todo estaba en orden, y se marchó en la penumbra de la madrugada.
Llegamos a casa súper tarde, solo necesitaba una cama para descansar. No permitiría que ninguna pesadilla me atormentase. Y efectivamente dormí.
En estos momentos estoy saliendo de mi habitación rumbo a la cocina —pasando, primeramente —por el salón donde raramente se encuentran mis amigos ya despiertos —haciendo bulla —viendo la televisión. Si tiraba mi tele a la basura, ¿qué harían? Lo mínimo sería tirarse por la ventana.
Mis tripas resuenen en cuento, el olor a bollería llega a mis fosas nasales. El hambre no se me va a quitar hasta que desayune algo contundente. Y para ello me preparo un rico chocolate caliente y camino hasta donde el plato lleno de cosas ricas me esperaba expectante llamándome.
Me llevo el cruasán a la boca mientras mis pies giran para que yo pueda ver la pantalla de la televisión.
Mala elección.
Mi vientre se retuerce llevándolo al nivel más alto. Lo primero que pueden apreciar mis bellos ojos es ver la foto de la gran familia Lepori al completo —para los que no sepan que falta una integrante en ese retrato —. En el centro de la imagen sale mi abuelo Isacco, acaparando toda la atención a su lado derecho, acompañando a su esposa se sitúa mi abuela Graziella. Al otro extremo de mi abuelo se encuentra Davide, su primogénito; el sucesor del Imperio Lepori. A su lado se ubica mi hermano mayor Cesare; no me sorprende hablando sinceramente. Títere de nuestro padre y abuelo. Otra marioneta más en esa familia. Mi hermana Agnese está tomada del brazo de nuestra abuela, y justamente a su lado está Demos. Por último, mi nuestra querida madre se encuentra colocada al lado de su hijo favorito; Cesare.
Para todas las personas del mundo que no sepan cómo es nuestra familia en la intimidad jamás se darán cuenta de que esa imagen que está saliendo en los cotilleos que echan por las mañanas por la televisión es puro marketing y hacer creer a los habitantes del planeta que son una familia unida. Que no tienen una brecha que se puede apreciar a kilómetros.
Lo que me preguntaba yo era: ¿Qué ha pasado y porque salen en la televisión?
Aunque el apellido Lepori sea famoso, ellos no suelen salir así por así. Siempre hay una razón. Yo procuro no ver sus primicias por ningún canal, me suelen aparecer directamente en mi móvil sin tener que buscarlas.
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Il passato torna sempre
Mystery / ThrillerSINOSSI Venecia es un lugar maravilloso, pero... ¿qué hago aquí? Escapar. ¿De quién? De mi familia. Llevo aquí más de cinco años. Llegué a esta fabulosa ciudad al cumplir mis 18 años, el mismo día de mi cumpleaños escapé de mi infierno personal. Mi...