ORLENA
Después de que me diera la noticia que teníamos más familiares de parte de Isacco y que jamás supimos de ella; Cesare me llevó a mi habitación prometiéndome que investigaríamos más a fondo sobre ellos.
Ahora me encontraba esperando a Giotto, quien estaba metido en el baño hace media hora haciendo no sé el qué. Yo ya estaba preparada para abandonar este hospital. Mi hermano me había traído algo de ropa para poder salir del lugar decente; había que dar buena impresión aquí dentro, según los chicos el centro médico había tomado un buen prestigio.
Valerio salió de la estancia hace menos de cinco minutos para poner a punto el coche y poder marcharnos una vez hayamos bajado. A Cesare ya lo vería más tarde en casa del pelinegro, cuando terminara su jornada laboral.
La persona que tiene mi hermano como amigo —estoy hablando de Giotto —sale del baño acomodándose bien los pantalones todavía.
—No tengo porque presenciar estas cosas —le señalo de arriba abajo su cuerpo. Una sonrisita burlona surcan sus labios y yo lo que procedo a hacer es dejarlo solo allí.
Llegué a este lugar sin nada, así que me voy sin llegar n siquiera una mochila colgada del hombro.
Y me siento aliviada, después más de una semana por fin voy a respirar aire libre, ver las calles —aunque sea montada dentro de un coche, puedo apreciar el paisaje que hace años que no contemplo.
Camino por el pasillo sin apresurar mi paso y me encuentro de nuevo con el cuarto abierto que tienen disponible las enfermeras. Flora y las demás chicas se encuentran allí. Me acerco al mostrador y la llamo.
—Flora —me miran todas sin excepción alguna. La susodicha se levanta de la silla donde estaba sentada y llega hasta mí.
—¿Ya se va? —yo asiento sonriente. ¡Voy a ser libre! Bueno, no tan libre.
—Me temo que sí, ya he estado por bastante tiempo aquí, y según mi hermano me he recuperado —lo más seguro es que ella esté al tanto de todo. Después de todo, ella ha sido mi enfermera —. Solo venía a despedirme.
Alguien posa su mano en uno de mis hombros y me alivia saber que es el bueno. Mi cabeza se inclina para atrás y veo al pelirrojo justo detrás de mí con una sonrisa radiante.
—¡Hola señoritas! —saluda a todas en general.
—Hola señorito Ricci, ¿cómo le va? —habla una de las enfermeras que está detrás de Flora.
—Todo correcto —le dice amablemente —. ¿Nos vamos? —ahora se dirige a mí persona.
—Claro —respondo asintiendo con la cabeza a la vez. El cuerpo de Giotto se pone en posición para seguir caminando hacia el ascensor —. Espero volverme a encontrar con usted, y no en estas circunstancias —me dirijo a Flora —. Fue un placer enorme conocerte —digo con toda la sinceridad del mundo.
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Il passato torna sempre
Mystery / ThrillerSINOSSI Venecia es un lugar maravilloso, pero... ¿qué hago aquí? Escapar. ¿De quién? De mi familia. Llevo aquí más de cinco años. Llegué a esta fabulosa ciudad al cumplir mis 18 años, el mismo día de mi cumpleaños escapé de mi infierno personal. Mi...