Capitolo 29

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ORLENA

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ORLENA

Poco a poco me voy despertando muy aturdida. Mis ojos se despegan, pero tengo que parpadear un par de veces para que estos están adecuados por fin.

Oigo voces desconocidas, me retuerzo en mi sitio y cuando por fin abro los ojos para poder enfocar bien donde estoy.

Primeramente me fijo en los asientos, los cuales deben de pertenecer a un avión. No es un vuelo comercial, ni es un avión de los cuales hay pasajeros de cualquier parte del mundo que van de regreso a sus ciudades o van de turismo, no, este es otro tipo, y lo tengo clarísimo cuando fijo mi vista en unas butacas y un sofá donde un par de hombres charlan.

—Hay que avisar al jefe de que falta poco para que aterricemos en la pista. El piloto nos avisó hace unos minutos —la persona que habla es la que estuvo con Cesare y conmigo, y por lo que aprecian mis ojos, ahora parece una persona agradable y no da tanto miedo.

—¿Qué hacemos con los chicos? ¿Si se despiertan y empiezan a hacernos preguntas? —el moreno del grupo con pelo afro, se dispone a hacer preguntas.

De todos los que se encuentran allí en tertulia, parece ser el más joven. De todos.

Por inercia me escondo, me coloco —despacio —sin hacer ruido y cierro los ojos. Se dé buena tinta de que ellos girarían sus cabezas hacia mi dirección.

No me ha dado tiempo a verificar si los chicos están también aquí, un fallo mío, no obstante, no te tenido oportunidad de hacerlo.

Oigo pasos que se acercan y una sombra aparece a mi lado derecho.

—Sé que has despertado —respira muy cerca de mi cara —, no hay motivo alguno para que te hagas la dormida —mantengo los cerrados aún. ¡No quiero abrirlo! No hasta que sea totalmente necesario.

No sé a dónde nos dirigimos, quienes son, si son del bando bueno o del Clan. Lo que he podido escuchar ha sido entre poco y nada y sinceramente no capté casi nada, justo me estaba despertando y hablan en clave más que nada por si nos despertamos, no nos enteremos de nada y quedemos como idiotas sin saber que andan diciendo.

—¿Está dormida? —es una voz distinta la que escucho.

—Sí —sabe que le acaba de mentir, pero a mí me viene de perlas.

—Hay que ir despertando a los invitados del jefe —la voz se me hace conocida de haberla escuchado hace nada, y creo que es del moreno de pelo afro —. Deben llegar despiertos. Además, tenemos que proporcionarles algo de información; la mínima al menos.

Algo de información ya tengo, ha hablado en plural, entonces eso quiere decir que estamos todos aquí.

Aplausos se escuchan por todos lados y yo sé quién es el causante de este alboroto.

—¡Niños, hora de despertarse! —sigue aplaudiendo para despertarnos —No queremos personas perezosas en este jet.

—Cállese maldito hipócrita, nos tienen aquí secuestrados —es la primera vez en días que algo que sale de la boca del pelirrojo me parece inteligente y acertado.

Il passato torna sempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora