Capitolo 14

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ORLENA

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ORLENA

—Lo que necesito de vosotros es que me ayudéis a desaparecer de la faz de la tierra —mis propias palabras calan en mis huesos como cuando coges una rosa y te pinchas con sus espinas y duelen.

Soy consciente de que es doloroso tomar esta decisión. Lástima que por mi propia protección tenga que esconderme en una región que no conozco y empezar una nueva vida.

—Me estaba imaginando algo parecido, ¿estas segura Orlena?

—Es la única forma que veo de que el abuelo y papá me dejen tranquila. ¡Debo morir para todos! —a estas alturas las lágrimas cubrían mis mejillas. Era duro, iba a ser duro.

—Podemos intentar otra cosa Orlena, otra que no sea tu irte lejos y cambiarte de identidad.

—¿Qué propones entonces?

—Te podríamos poner protección las veinticuatro horas del día —hago una mueca con mi boca.

No puedo permitir eso. Me atosigaría siempre y tendría que estar alerta todos los días sin tener un mísero segundo para poder respirar. No quiero eso. Prefiero hacerme pasar por muerta, hacerme una identidad nueva y poder vivir con tranquilidad en otro país. No dejando de lado mis investigaciones. Lo único que pido es una vida normal y corriente como las personas normales deberíamos tener.

—Prefiero irme al exilio mil veces —mi hermano capta la seriedad en mis palabras —. Ves por eso quería que no supieras que intenciones tenia —lo acuso.

—Gracias al cielo que me lo has dicho. Estas apunto de hacer una estupidez. ¡Eres una insensata! —esta escena me quedará siempre grabada en mi retina. Sí, sé que es un regaño en toda regla y podría perfectamente gritarle y decirle cualquier cosa, cosa que no iba a pasar.

Por instantes me he sentido completamente arropada por mi hermano. He sentido como se ha preocupado por mi bienestar. No todos los días alguien te trasmite esos sentimientos de protección absoluta.

—No pienses que te dejaré hacer eso. Te acabo de encontrar, no te voy a perder de nuevo —esto va a ser difícil, me lo estoy viendo venir —. ¡Me niego!

Tengo que coger aire y recordarme que debía respirar. Mi hermano al parecer tiene la capacidad de pasarme de un extremo a otro en menos de lo que canta un gallo.

Tengo casi la certeza que si yo no cedo en lo que dice, él no va a dar su brazo a torcer para que mi plan se lleve a cabo.

—Lo tengo decidido hermano. Lo que ahora debo hacer es buscar un país y una localidad en la cual instalarme para vivir, tener a algunas personas de confianza, cambiar de identidad y un par de cosas más.

—¿Y lo dices tan campante?

Tengo casi la certeza que mi hermano no se ha puesto en mi piel muchas veces. Puede que haya miles de alternativas mejores a las que he pensado sí. Lo que ocurre es que quiero alejarme de Italia, necesito sanearme de tanta mierda que ha salpicado durante muchos años en mi piel. Quiero descubrir el porqué de todo lo que me ocurre y lastimosamente si no me voy a ser el anzuelo perfecto para Davide e Isacco.

Il passato torna sempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora