Capítulo 2: Lost Time

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Una mirada hacia el reloj;

10:59am

Solo habían pasado 5 minutos desde que se encontraba mirando fijamente por esa ventana pero en su mente parecía una eternidad.

Aquella persona que cautivo su atención por aquellos escasos segundos esta vez se había detenido y solo se sentó en aquel banco que yacía en la calle frente a su ventana. Sentado allí, pensativo, tal vez inmóvil. Su aspecto era un poco difícil de determinar a esa distancia, también porque desde que se sentó allí llevaba la cabeza gacha y era muy poco lo que se podía apreciar sobre él.

Éste personaje que a los ojos de Taekwoon parece ser interesante, solo se limitó a sacar un libro y pasar algún tiempo allí, a pesar del clima sin sentido con el que había comenzado el día, a pesar de que todos parecían estar en sus rutinas habituales, esta persona seguía sentada allí. Esto sin duda era curioso para él chico que observaba desde su ventana. ¿Qué tenía de atractivo ese lugar?, realmente no era nada especial, era más bien un espacio más de la calle que aparentemente pasaba desapercibido.

Habían pasado unos pocos minutos pero su mirada ya se sentía temblorosa, le sudaban las manos y tenía un poco de escalofríos por todo el cuerpo. Esto solo era generado por aquello que lo atormentaba día a día y que le impedía de cierta forma salir de donde se encontraba y acercarse a las personas. Pero esa mañana, esas extraña mañana, la sensación era un tanto diferente, a pesar de que para él el simple hecho de asomarse si quiera a la ventana he imaginarse fuera de la protección de su habitación ya representaba una tortura, esa mañana el sentimiento cambió haciéndolo sentir diferente.

Aun no era consciente de lo que pasaba, de hecho ni siquiera estaba pensando, solo había quedado allí de pie rindiéndose ante esa nueva sensación de seguridad que recorría su cuerpo.

Luego de unos minutos más, el chico que se encontraba frente a él se marchó y en ese instante, parecía que el tiempo estuviese corriendo de nuevo y lo trajera a su terrible realidad. Comenzó a sudar y temblar, así que pensó que lo mejor era hacer lo que ya era habitual para él, volver a su habitación y perderse entre sus libros, pensamientos y su música.

Posa su taza de café ya fría y sin contenido sobre la mesita de noche contigua a su cama, se recuesta y cierras sus ojos, no piensa en nada.

Ya habían pasado varios minutos desde que se acostó en su cama, logró estabilizar su ansiedad y pudo relajarse. Y ya que debido a que en aquella mañana se había levantado tan temprano como últimamente pasaba sin ninguna explicación, decidió dormir un poco para no sentirse cansado durante todo el día.

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4:49 a.m.

Un día más, y tal vez un reto más.

A diferencia de la mañana anterior este día pareciera una noche eterna. Por alguna razón, aun se mantenía oscuro pero esto no era algo realmente importante para él porque ese era el clima característico dentro de su propio mundo, el mundo de sus pensamientos que lo atormentaba constantemente y en ocasiones no le permitía dormir.

Al igual que otras veces su momento de despertar era extraño. Siempre que observaba el reloj era como si el tiempo jamás estuviese completo. Siempre faltaban un minuto para completar la hora y eso era tan común que ya ni le daba importancia a tal fenómeno.

Esa mañana decidió no levantarse de su cama, así que permaneció allí tumbado con su mirada fija en el cielo raso de su habitación, como buscando algo que no hallaba o tal vez alguna respuesta a tantas preguntas que como siempre se agolpaban en su cabeza...

- ¡Basta!

Por más que gritara o se dijera a si mismo que ya era suficiente, los pensamientos, las voces todavía eran escuchados por él... Dormir de nuevo ya no era una opción puesto que había decidido dejar de medicarse para lograr conciliar el sueño ya que a veces no podría distinguir qué era la realidad o cuando se encontraba en una de sus pesadillas.

Consideró que un baño con agua helada acallaría las voces en su interior, por lo que decide salir de la cama luego de unas horas. De forma lenta fue colocando sus pies sobre el frio suelo de mármol, a veces pareciera que ni su piel lograra reaccionar a ningún estímulo externo porque aun ese frio piso no logró sacarlo de su estado. Un paso, otro paso. De forma casi automática trata de guiar su cuerpo hasta la ducha, no sabe si está vivo o está muerto.

Fue deslizando su mano por la fría pared de la habitación mientras avanzaba, sus pies eran arrasados, sus ojos no se abrían. Justo cuando llega a la ventana contigua al cuarto de baño se detiene... Y una vez más llega ese pensamiento que parece eterno y que se repite constantemente, como tratando de darse ánimos de alguna forma.

- - Debo salir de aquí

Es una frase que repite una vez más.

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