Capítulo 23: Mistery

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Y la mañana silenciosamente se convirtió en tarde, y la tarde en noche, mientras se hilaban espontáneamente nuevas historias que de seguro tenían comienzo pero que su final era incierto, porque era imposible para ellos determinar a dónde los estaba llevando el caprichoso destino entre sus hábiles manos.

Ese extraño día, como ningún otro, se sustituyeron tazas de café humeantes por besos, tormentosos pensamientos por cálidas caricias, desespero y ansiedad por buenas memorias, todo bajo la dulce melodía del piano que en ese instante había sido desempolvado para ser tocado, trayendo un poco el recuerdo de la forma sutil en que ambos lo hicieron la noche anterior, generando sonidos que eran expresiones de ellos mismos y que ahora mataban por completo el silencio que antes regía aquella habitación.

Casi anocheciendo, el sonido de un teléfono los trae de vuelta a tan abrumadora realidad, estampándoles en la cara que las dañadas agujas del reloj habían seguido su habitual camino, intruso de aquella fantasía en la que ambos chicos se encontraban sumergidos. Una llamada y solo se le escucha decir unas cortas frases al moreno, su voz no se sentía tan segura o más bien, aparentaban algo de nerviosismo y misterio, a lo que Taekwoon decidió ignorar porque su cuerpo y mente aún seguían embriagados con la fragancia de la piel de su compañero.

Unos cuantos segundos en silencio, mientras la mirada dubitativa de Hakyeon parecía que hablaba más que lo que realmente podía salir de su boca. Había llegado el momento por el que tanto había trabajado, pero aun así no sabía qué hacer o cómo reaccionar.

Sin ningún tipo de miramientos, Taekwoon que acostumbrara a ser un poco más imperturbable, había notado el semblante del chico, llegando a comprender que esa última llamada había traído consigo alguna noticia inesperada que los obligaría a volver de su maravillosa utopía. Es así como Taekwoon decide tomar con ambas manos el rostro de su compañero para intimar con él y poder tener una lectura más exacta a través de su mirada de lo que estaba sucediendo, también porque era necesario hacer reaccionar a Hakyeon de alguna manera.

Solo bastó que ambos se miraran fijamente para que al chico que no le salían las palabras hacía unos minutos atrás, abriera sutilmente su boca para decir "debo irme".

Si antes el corazón de Taekwoon estaba cubierta de una fuerte corteza que evitaba cualquier tipo emocionalísmos sentimiento que él pensara que podría dañarlo, ahora el estaba realmente vulnerable. Por lo que las inútiles palabras del chico no lograron aliviarlo sino poner a su corazón en un suspenso que no esperaba que llegaría tan pronto. Aun así, Hakyeon era muy sabio, y tanto tiempo de observar a su chico en silencio le habían enseñado lo frágil que éste realmente era; esto definitivamente le hizo reanimarse, más que por él mismo, por su compañero quien ahora estaba frente a él sosteniendo su amablemente su rostro. Así que con una dulce sonrisa completó lo anterior diciendo "no pasa nada, todo está y estará bien". Pero justo cuando terminó aquella refrescante frase para Taekwoon, el chico sintió que su corazón se turbaba, pero pasó de largo sobre esos pensamientos y decidió continuar sonriendo.

Mientras Hakyeon comenzaba a arreglarse para salir, Taekwoon iba a su armario a buscar alguno de sus abrigos para darle al chico, ya que el otoño poco a poco se estaba despidiendo y el clima comenzaba a estar realmente frío esa temprana noche.

Hakyeon silenciosa pero apresuradamente fija su mirada en el espejo de la habitación intentando verse lo más presentable posible, parecía que el chico se estuviera preparando para un evento muy importante porque su desespero por verse bien era angustiante. En presencia de esto, Taekwoon se queda mirando fijamente a su compañero, y solo puede sonreír porque le parece hermoso la forma en que éste comenzaba a desesperarse un poco mientras intentaba arreglar su cabello. Era inevitable solo quedarse allí parado mirándolo, por lo que decide acercarse a él por la espalda mientras que suavemente coloca su abrigo sobre los hombros del chico y recuesta su quijada sobre el hombre de éste, mientras lo acerca en un sutil abrazo, con la mirada de ambos fija en el espejo observando el avergonzado rostro del contrario.

Hakyeon no pudo sino sentirse relajado ante tal acción, era como la medicina que en momento justo llegaba para liberarlo de su ansiedad creciente, más sin embargo, y a pesar de ver detenidamente el comportamiento de éste, Taekwoon se coartó de hacer algún tipo de preguntas porque no quería presionar al chico, o tal vez era que no quería escuchar alguna respuesta que acabara con el encanto de todo lo que había ocurrido ese día.

Ambos se acercan hasta la puerta, uno con un sentimiento de vacío, porque había llegado a tener el universo entero en un instante que traducido en las horas del día comenzaba a ser su todo, y que de solo pensar que ahora cruzaría esa puerta le hacía sentirse perdido ante ese sentimiento de tener que alejarse, y el otro, con el corazón dividido entre vagos pensamientos y emociones hilarantes que le requerían en ese momento.

Separados ahora bajo la barrera invisible que dibuja el dintel de la puerta de salida de aquel lugar, no hay palabras sino miradas, y ambos prefieren acelerar las cosas por su propio bien, así que solo dicen adiós mientras uno da la espalda y el otro lo observa seguir lentamente como si algún mágico hilo los uniera y no permitiera que se separasen.

En un lánguido movimiento poco a poco Taekwoon fue cerrando la puerta tras de sí, le era increíble reconocer qué clase de emociones comenzaba a sentir de forma tan mezclada, muchos de ellos no eran reconocidos si quiera pero él sabía que lo que sentía era algo más que alegría por lo que había ocurrido, también comenzaba a sentir temor.

Y es que cuando se comienza a querer algo con todas las fuerzas, también se comienza a temer por ese algo, porque el corazón es egoísta y no conoce de razones o no se rige por órdenes cerebrales, sino que con libertad ama, y se da a la tarea de querer, de desear con locura extrema, de esa que no permite que abandones aquello que conseguiste... se cierra la puerta, y traes ese último sonido, todo queda en silencio de nuevo, como ya debía de serle costumbre, pero que al parecer, esas ultimas horas le habían cambiado hasta la forma de vivir y ahora, ese silencio que fue su compañía, ahora solo era un espejo, donde reflejaba lo solo que se encontraba en ese momento tras la extraña partida de su chico.

No hubo arrepentimientos esa noche, y el reloj fue más lento de lo normal, o tal el volver a la dimensión real le golpeaba y cada tic y cada tac de ese reloj ahora eran torturadores.

En su mente ronda ahora una sola frase "te extraño"

SomedayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora