"No puedo explicarlo, estoy enamorado... Al igual que un niño enamorado"
Se levanta estrepitosamente de la cama pero permanece sentado sobre ella, sus parpados aun siguen pesados pero esto no es impedimento para que los tenga abiertos de forma exagerada mientras su sudoroso cuerpo comienza a tener cierto espasmos y un frío inexplicable, mira a su alrededor intentando ubicarse en tiempo y espacio pero no consigue ni siquiera relajarse un poco, aun no puede aceptar esa realidad que comienza a revolotear inquietamente en su interior, él no podía permitirse generar sentimientos por alguien porque estaba seguro que esto le traería mayor dolor, ya estaba familiarizado con eso, pero no quería vivir el infierno que había vivido hace un tiempo atrás en el que tuvo un triste episodio en su vida y que ahora desea borrar definitivamente de su existencia porque había sido tan grave y punzante que lo había presionado a tomar su actual decisión de aislarse del mundo de manera definitiva.
Miedo. Tal vez esa era la palabra que mejor describía su actual situación, es ese enemigo silencioso que va consumiendo el alma y que se convierte en una amenaza porque se vale de los recuerdos de cada quien para hacerse más grade y lograr hundir los corazones en un abismo de locura y como toda persona que está siendo rodeada por el miedo, su reacción es defenderse agresivamente para tratar de alguna manera de hacerle frente aunque no siempre esto funcione de esta forma, pero al menos haciendo sentir un falso sentimiento de valentía el cual es necesario para poder continuar y no vencerse más. Eso era exactamente lo que estaba pasando en ese instante en la vida de Taekwoon y que de alguna manera podría llevarlo al caos.
Como si fuera una madre que le está dando duras lecciones a su pequeño, la vida se estaba encargando de llevar a Taekwoon por un empinado camino que a cada paso le dejaba experimentar algún tipo de emoción, desde las más bajas y oscuras, hasta las más hermosas y anheladas, con el fin de mostrarle que para poder superar sus dificultades primero debía ser más humano, y eso consistía en ser el ser viviente más vulnerable pero también más capaz y racional de toda la creación.
Con su mente divagando en aquella frase con la que había despertado, y ya un poco más calmado, Taekwoon tomó la decisión que pondría fin a cualquier posible sentimiento que pudiera estar naciendo en él hacia aquel chico, sin darse cuenta que eso era algo inevitable pero que en su terquedad ya había comenzado a rechazar desde el momento en que sacó tan estrepitosamente a Hakyeon de su casa y aunque ahora se sentía avergonzado definitivamente eso era algo necesario para él para poder alcanzar su objetivo de que el chico n o volviera a acercársele.
Finalmente decide comenzar de nuevo con la rutina en la que consistía su vida, se pone de pié frente al espejo y dándose unas cuantas palmadas en la cara para hacerse reaccionar, va en busca de lo único que le ayuda a calmar sus nervios, una taza de café.
Al llegar a la cocina, desliza su mano por los lugares donde anteriormente el chico había estado recorriendo en aquella oportunidad en la que el curiosamente espiaba desde la puerta. Con sus dedos como si ellos pudieran capturar de alguna forma la esencia del chico, se desliza por la superficie de cada lugar y solo trae recuerdos a su mente, los cuales intenta ahogar porque debe arrancar de raíz cualquier rastro de sentimiento que tuviera intenciones de seguir creciendo y esto debía ser radical porque Taekwoon era el tipo de personas que por más doloroso que fueran las cosas tomaba decisiones drásticas y las aplicaba inmediatamente sin perder tiempo.
Sirve un poco de café en su taza, el fuerte aroma que emana de este lo trae siempre a la realidad y lo ayuda a mantener los pies en tierra. Sentado en el frío taburete comienza con el ejercicio de bloquear pensamientos en donde el nombre de Hakyeon estuviese involucrado; con sus ojos cerrados para degustar mejor, sorbe un poco del oscuro café y abre los ojos de nuevo, agradecido por lo reconfortante que este líquido suele ser.
Observa por la ventana que el sol ya había comenzado a ocultarse y al mirar el reloj este le señalaba que ya había pasado bastante tiempo sin hacer nada, porque eran las 5:59pm y aun permanecía divagando así que se puso en marcha y tomó un suéter con el que quedaba cubierto hasta la cabeza y que reglamentariamente utilizaba para salir sin ser notado y tener que detenerse a hablar con alguien, tenía la necesidad de salir porque había notado que se había quedado sin provisiones y no tenía nada que comer para esa entonces; Taekwoon había resuelto ir a un pequeño supermercado que quedaba a algunas cuadras de allí y lo haría durante la noche para evitar la mayor cantidad de gente posible.
El asomarse al exterior representaba un desafío entero para él, por lo que antes de hacerlo tenía que estar concentrado tratando de relajar su cuerpo y respirar profundamente, eso ya era natural, así que con ese sentir fue caminando a través de las calles que lo llevarían a su destino el cual estaba a unas cinco cuadras de allí cuando mucho.
-Un paso mas, un paso más, ya casi llegas- era lo único que podía decirse a sí mismo para darse ánimos y seguir, pero en el transcurso del camino algo capto poderosamente su atención; en la poco iluminada calle una luz resplandecía desde el interior de un salón atrayendo su mirada hacia aquel vidrio que dejaba al descubierto lo que ocurría allí adentro como a modo de exhibición, de esa forma se consigue dentro de aquel lugar la más hermosa imagen que jamás pensó ver en su vida y que en ese momento le estaba atrapando por completo haciéndole no solo detenerse a contemplar sino sonreír. Ese musculo de su rostro que creía que ya no funcionaba en ese momento había tenido una reacción natural al encontrarse con tan semejante obra de arte frente a sus ojos.
Armónicos pasos se desprendían de tan sutil cuerpo que hablaba sin palabras sino con movimientos que parecían místicos en su esencia, porque cual brujería, atrapaban la mirada de los débiles corazones que quedaban prendidos y encantados ante tal derroche de divinidad, no era algo exagerado pero si profundo, cada movimiento cobraba significado en la mente de Taekwoon, armando una historia cargada de melancolía y que iba dejando un sabor agridulce con cada paso, que aunque él no podía entender en teoría por no ser experto, le parecían realmente dotados de hermosura sin igual.
Su corazón latía rápidamente, le estaba alertando que se acercaba a una nueva carga de emociones si permanecía con la mirada fija en ese lugar, pero esa alerta era tan frágil que fue cubierta inminentemente en el momento en que aquella hermosa danza se detenía y los ojos de quien anteriormente mostraba sus mejores artes, se posaban sobre los de Taekwoon y ambos se reconocieron.
Miedo. Nuevamente esa palabra lo alarmaba y en el acto le hizo dar media vuelta y comenzar a huir como de costumbre.
-¡Detente!- se escuchó gritar a Hakyeon quien salía a toda prisa del salón de práctica, con una voz tan poderosa pero suave, que parecía que todo a su alrededor debía obedecerle incluyendo el tiempo.
¿Culpable o inocente?, era imposible determinar en ese momento cómo se estaba sintiendo Taekwoon, pero esta vez simplemente se detuvo...
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Someday
Fiksi PenggemarÉl estaba perdido entre las sombras, ajeno a la mirada carismática de quien ya había empezado a amarlo. Una historia para recordar o para olvidar