Capitulo 25: Nightmare

204 30 5
                                    

Susurro infinito del viento recorriendo la habitación, rayos de sol ocultándose tras la máscara de luna, ya casi no se escucha su llanto porque simplemente ya no está llorando, había dejado de hacerlo cuando ya no tuvo más fuerzas y se tumbó sobre el suelo perdido entre extraños pensamientos; Taekwoon había permanecido horas en esa posición, ajeno a la realidad, prisionero de su mente que recelosa lo reclamaba como su esclavo robando sus pensamientos y dejándolos a merced de sus desbocadas emociones que parecían que fueran a salir de su pecho haciendo un hoyo en éste. Finalmente, logra quedarse dormido allí tendido, su respiración parece tranquila, pero su cuerpo está rígido, no puede existir la armonía dentro del caos.

Unos ruidos extraños le hacen despertar, y al abrir sus ojos queda impresionado por la oscuridad en la que estaba la casa, no era normal, ni siquiera podía ver algún destello de las luces de la calle reflejando sobre el vidrio de la ventana, todo era abrumadoramente oscuro por lo que opta por levantarse muy despacio, tanto como su adormilado cuerpo le permitía en ese momento, y queda de nuevo inmóvil ante los ruidos que comienzan a envolver el espacio, eran realmente extraños, parecía como si algún animal corriera asustado por todo ese lugar, aun así, no siente miedo, solo sorpresa.

Ya completamente de píe y con sus perceptivos sentidos a la expectativa de lo que pudiera pasar, siente un peso en su hombro en señal de que alguien intenta llamar su atención desde atrás, haciendo que venga a su mente el pensamiento de que no está solo y que hay uno más en aquel lugar; son solo microsegundos los que le toma para que su habilidosa mente traiga el recuerdo de Hakyeon por lo que se le escapa un suspiro con nombre de esperanza.

Aun así duda, porque no era posible que Hakyeon pudiera entrar sin haberlo notado, al caer en cuenta que no era posible, su corazón comienza a turbarse y aunque su respiración ya no es para nada pausada, decide darse la vuelta para enfrentar lo que sea que estuviera tras de él.

Voltea, no hay nada... Solo oscuridad lo rodea.

Taekwoon está ahora errando entre pensamientos que buscan respuestas a esa extraña situación, solo logra reaccionar en el momento en que siente que la temperatura de la habitación comienza a volverse más fría de lo normal, al punto de que debe abrazarse a sí mismo para intentar atenuar el frío que comenzaba a escurrirse rápidamente entre su piel dejándolo es una condición bastante frágil.

Una ráfaga de calor se siente sobre su rostro, intenta tocar lo que sea que está frente a él. Su mano hace contacto con aquello, él desea atraparlo porque el calor que genera le hace sentirse aliviado, así que se acerca más, sin miedo, no siente que tenga nada que perder pero si mucho que ganar porque poco a poco el frio de la habitación se hacía más rudo, al punto de que comenzaba a faltarle el oxígeno; Ahora necesitaba acercarse a esa fuente de calor si quería sobrevivir, por lo que avanza en su indagación y cuando por fin logra estar cerca de la fuente de calor y que su mano roza con aquello, comienza a erigirse a partir de ese toque una figura errática, más bien abstracta, algo que nunca había visto en su vida y aunque no era común en él la valentía, solo atinó a preguntar - ¿qué eres? - mientras ese rostro sin forma, parecida a una sombra, crecía imponentemente frente a él.

Seguía sin sentir miedo, hacía ya algunos días que lo había perdido, hacía ya algunos días que la sonrisa de Hakyeon lo había encantado, y con ella, logró disipar muchos de esos sentimientos que en otra oportunidad le habrían consumido y derrotado, porque en el momento en que conoció a Hakyeon, conoció también la esperanza, y tenía claro que el perder y el temer ya no eran prioridades en su vida, sino el vivir. Por eso, aunque aquella figura le estaba retando en cierta forma, él permanecía quieto, absorto sí, pero tranquilo.

Fuerte voz como de viento en tormenta se escucha estremeciendo el lugar, sea lo que sea que fuera eso que se encontraba allí estaba realmente enfurecido y trataba de llamar su atención a como diera lugar. Esa sombría voz solo logra fortalecerse intentando convertir sus palabras en dagas que fueran quebrando a un aparente seguro Taekwoon, - Tú jamás podrás deshacerte de mí por completo, yo seguiré siendo el dueño de tus sueños, así como una vez me dejaste ser el dueño de tu vida - decía aquello de forma demandante.

Seguía en su aterrador discurso intentando acabar con cualquier indicio de fortaleza o seguridad que alguna vez lograba asomarse en Taekwoon - No hay forma de escapar, ya se acerca el tiempo en que te des cuenta que estas de nuevo solo, ¡ja!, ¿realmente pensaste que todo tu dolor había terminado?, ¿creíste que por haber encontrado a alguien que te tiene lastima ya todo había mejorado?, lo siento pero sigues siendo el mismo de siempre, la gente te seguirá odiando, ¡tú no has cambiado en nada! - decía de manera burlona - Ni pienses que la gente va a cambiar, todos siguen siendo iguales porque todos los seres humanos están llenos de monstruos internos, miedo, avaricia, coraje, ira, y tú no te escapas, tu, tu siempre estarás solo, o es que no te das cuenta que Hakyeon ya te abandonó? ¡Qué iluso eres al creer que el volvería!, ¡pobre niño inseguro e inocente...! -

Con cada palabra que soltaba aquella cosa Taekwoon iba desfalleciendo, como si ese algo tuviera un poder sobrenatural en él, lograba llevarlo hasta lo más mínimo, le confrontó con lo que era la realidad, él estaba solo, Hakyeon, su Hakyeon se había ido dejando tras de sí una falsa promesa que intentó acomodar entre rosas con el fin de no ser tan duro al marcharse. Seguramente notó que Taekwoon no era alguien para él, pensaba, seguro se dio cuenta que no era lo que creía y terminó alejándose.

De pronto su mente se fue nublando y su visión desapareciendo, ya ni siquiera lograba ver u oír a la criatura, no era fácil para él conseguir el aire y su cuerpo ya comenzaba a sentir las consecuencias de esto mientras se retorcía buscando un alivio que no llegaba, no había solución aparente a todo lo que estaba pasando y en de su mente querían escapar aquellos pensamientos que lo habían dañado por tanto tiempo. Dentro de su angina angustia se dice a si mismo que no volverá a llorar, porque si antes lo hizo en tantas ocasiones, esta vez no tenía ni fuerzas de hacerlo, esta vez le estaban ganando y no ya no quería luchar más, por lo que en un último grito de frustración se enfrenta a la criatura frente a él imprimiendo todo el odio que sentía por su fracaso en una estocada que no logra acertar pero que le despierta de forma infranqueable trayéndolo de vuelta a la realidad y haciéndolo consiente de que todo había sido una pesadilla...


"Mi Hakyeon, ¿en verdad no volverás a mí?"...

SomedayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora