Capítulo 9: Change

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El otoño estaba por llegar a su fin para darle paso al invierno; a pesar de que parecía a veces que el clima no se definía o que jugaba alegremente cada día a cambiar de trajes el cielo y presentarse de diferentes estilos, unos días lluvioso, otros soleados, otros fríos pero despejados, pero aún sin caer la primera nevada, por lo que todavía no había que preocuparse de esos cambios que ocurrían día a día sino solo disfrutarlos de alguna forma.

Esa noche y luego de que aquel chico emprendiera el camino de regreso a su casa tomando como dirección la calle siguiente a la mirada de Taekwoon, el clima repentinamente se volvió más frio de lo que estaba y aunque él aun no volvía en sí, pudo sentir como una fría brisa golpeo su rostro lo que lo hizo reanimarse del trance en el que se encontraba hasta ese momento.

Eleva su mirada al cielo como para tratar de comprender qué era lo que acababa de ocurrir y cierra sus ojos ante el frío toque del viento que le hacía estremecer el cuerpo a pesar de haberlo cubierto antes de salir de casa, solo para darse cuenta de que finas gotas comenzaron a acariciar su rostro y lo trajeron a la realidad.

Cuando abre sus ojos y nota que aquella lluvia que había comenzado como algo inesperado estaba tomando otro color, y al percatarse que era realmente tarde en la noche, un primer pensamiento cruzó por su cabeza y fue lo único que logró acallar todo ese mar de reflexión que comenzaba a surgir dentro de él. El chico que acababa de irse lo pasaría muy mal si aun permanecía en la calle para el momento que la lluvia llegase a su máxima expresión.

A diferencia de la vez anterior en que tuvo que tomar una decisión rápida y que gracias a sus horribles temores no logró tomar a tiempo, esta vez no lo pensó dos veces y se echó a correr hacia la calle en la que el chico había desaparecido algunos minutos atrás.

Todavía no entiende qué es lo que lo motiva a hacer eso, o de dónde está sacando las fuerzas para hacerlo, solo siente un poco de preocupación y la verdad es que no desea pensar en nada mas sino hacer algo distinto a lo que había hecho hasta ahora y a como había manejado su vida hasta ese momento, no haciendo caso a la razón o a lo que estaba en su cabeza sino dejándose llevar por el simple impulso, el que desconocía, con el cual no tenía experiencia trabajando y que en realidad se llamaba, sentimientos, corazón, o como sea el nombre que a la gente le gustaba darle, la verdad es que él ni siquiera era consciente de eso en ese preciso momento, y ¿para qué serlo? Si de eso se trataba dejarse llevar por los impulsos.

Mientras corría por las calles aparentemente sin sentido, se agolpaban en su cabeza miles de pensamientos los cuales encerró dentro de una habitación en su mente para no dejarlos salir y comenzar a sentir miedo. Solo podía pensar cual sería el siguiente camino que tomaría.

Como se esperaba, la lluvia comienza a caer pesada y rápidamente, si seguía de esa forma prontamente se encontraría empapado, cosa que no le quitaba el ánimo en lo absoluto sino que lo hacía correr con más fuerza y buscar desesperadamente con su mirada a aquel chico que posiblemente ya estaría en casa o habría cogido un bus pero que él sentía que de alguna forma no era así y que estaría tal vez en algún lugar tratando de protegerse de la lluvia. Recuerda que el chico lleva los papeles en su mano y piensa en lo importantes que estos eran para él por lo que se asusta al darse cuenta que posiblemente estarían mojados y los perdería. Corre más rápido.

Al llegar a una bifurcación cercana a su casa en donde la calle principal se dividía en dos, no puede sino sentirse frustrado porque nuevamente estaba siendo puesto a prueba al tener que decidir qué camino elegir. Es algo aparentemente tan sencillo pero que él no puede evitar comparar con lo que es su vida en sí misma. Una toma de decisiones constantes en las cuales siempre había elegido el camino equivocado aparentemente ya que siempre al final de ese camino lo que conseguía era nada, mas era lo que perdía.

Al detenerse en medio de aquel lugar sin saber que hacer o por donde seguir, algo lo estremece, como si hubiese sido llamado por su nombre, aunque en la soledad de aquel lugar debido a la lluvia y a las horas de la noche sería imposible, hace que vuelva su mirada a un lado de él solo para notar como bajo las oxidadas láminas de aluminio de lo que antes formaba parte de un techo de una casa abandonada se encontraba aquel chico haciendo un intento de refugiarse pero por sobre todo de no dañar sus apreciados papeles.

Justo en ese momento y sin entender el por qué, no pudo sino sentirse enternecido pero asustado, había llegado el momento de darle sentido a la razón por el cual había llegado hasta ese lugar, de esa forma y por ese chico, así que para no confrontarse con aquella realidad que posiblemente lo hiciera huir, solo dio un paso y otro más mientras se repetía a sí mismo y de forma constante, "tu puedes hacerlo", "solo un poco más", "luego te lo agradecerás a ti mismo".

Antes que pudiera alcanzar al chico, quedó perplejo al ver como este se desplomaba frente a sus ojos y caía al suelo haciéndolo reaccionar precipitadamente y correr hacia él para tratar de sostenerlo.

Al llegar a él, quitó con cuidado los papeles que sostenía en su mano y los puso a resguardo dentro de su suéter para que no terminaran en peores condiciones de las que estaban. Aunque no sabía cómo accionar en ese momento, su intuición le decía que algo no estaba bien para que aquel chico se hubiese desmayado de aquella forma tan inesperada cuando hace unos minutos atrás podría decirse que era la persona más vivaz y saludable que había visto en su vida, al menos eso aparentaba, pero el panorama ahora era diferente por lo que se enfrenta con el hecho de que debe tocar al chico y su mente comienza a convertirse nuevamente en un caos, así que toma aire tan fuerte como puede y coloca una de sus manos en la frente de aquel quien estaba sudando a pesar del terrible frío que hacía, sintiendo su temperatura que no era para nada normal y que lo alarmó inmediatamente.

No había nada que hacer, si corría a un hospital bajo la lluvia probablemente llegaría peor de lo que está debido a lo lejos que se encontraba y que a esa hora de la noche ya era bastante difícil conseguir algún tipo de transporte que le facilitara el trabajo de trasladarlo, no tenía otra opción más que llevarlo al resguardo más cercano, su casa. Decisión bastante contradictoria con lo que sus normas, pensamientos y lineamientos establecían porque al fin y al cabo estaba llevando a un extraño a su casa, a un extraño que por mala o buena suerte se encontraba justo en ese momento en una condición tal que de haberlo dejado ahí la culpa lo perseguiría de por vida.

Con manos delicadas como aquellas que toman algo de cristal quebradizo y sin detenerse a pensar en nada, toma al chico entre sus brazos asiéndolo contra su pecho mientras sostiene su cuerpo. Si esto le representaba algún peso o molestia en ese momento nada de eso era realmente relevante solo importaba la seguridad de aquel que acunaba en su regazo mientras corría de forma desesperada por las calles tratando de llegar rápidamente a su casa para protegerlo de la incesante lluvia que no retrocedía en lo más mínimo sino que lo retaba en su propia cara.

Si Taekwoon alguna vez dudó que el destino podría dar lugar a un acontecimiento como este, era seguro que ahora su perspectiva iba a cambiar, no había forma de dar marcha atrás con los acontecimientos que comenzarían a suceder desde ese momento en adelante

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