Capítulo 22 Parte I: Beginning

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"Cuanto más pasa el tiempo, pierdo más mi razón. Sólo quiero estar contigo, Sólo quiero abrazarte"

-Sabes que tu acabarás con esto más pronto que tarde- se escuchó una voz que le hizo volver en si estrepitosamente, abrió sus ojos de par en par intentando descifrar de dónde provenía aquella voz, cerró sus ojos de nuevo porque de pequeño había creído que al hacerlo podría escapar de cierta forma, aun así nada más pasó en ese instante, por lo que prefirió ignorar aquello y de esa manera, siendo más consciente de su entorno, quiso permanecer en silencio para seguirse sumergiendo en ese mar de sensaciones desconocidas.

Taekwoon se descubre a sí mismo en una situación que nunca antes había vivido, porque aunque ya había tenido la oportunidad de estar en brazos de alguien más, por su cabeza jamás había pasado esa escena en la que la voz de sus pensamientos fuera silenciada por ese forastero casual que eran sus emociones y que en ese instante habían ganado terreno sobre sus acciones de la forma más natural, como un ser humano normal que simplemente quiere amar y ser amado, y que generó en él el más maravilloso milagro de sonreír sin siquiera poder ser consciente de ello, sin siquiera notarlo.

Al fin logró sujetar sus pensamientos lo cual no era muy común en él, se sentía realmente enternecido porque su compañero dormía a profundidad sobre su pecho y esa imagen era algo realmente confortante, pero no suficiente. Había empezado a conocer lo que era la ambición y la codicia, que a diferencia de verlo como sentimientos humanos negativos, tenían un efecto diferente sobre él, simplemente le impulsaban a querer tener más de lo que ya tenía, insatisfecho y anhelante, comenzaba a sentir que la ansiedad le quitaba el aire mientras le hacía un hueco en el estómago, pero definitivamente esto no era doloroso en lo más mínimo, solo eran sensaciones que le inducían a intervenir ese plano espacio tiempo donde se encontraba en su búsqueda perseverante de eso que le ayudara a alcanzar sus deseos.

Como si de una clase teórica se tratara, uno a uno fueron apareciendo sentimientos y sensaciones nuevas, que lo iban llevando como infante de la mano en su intenso recorrido. Es de esa forma como a pesar de ver al chico dulcemente dormido sobre él, comenzó a sentir egoísmo y a pensar solo en sí mismo, por lo que fue inevitable dejarle dormir por más tiempo aun cuando por su mente pasaba la idea de que éste podría estar muy cansado.

Deslizó a Hakyeon a un costado de él de forma tal que el cuerpo del más pequeño quedó tendido sobre la cama acurrucado de una manera infantil, y él imitó también esta postura quedando frente al chico con muy poca distancia entre sus rostros mientras que aparentemente el otro ni siquiera se perturbaba por todo aquel movimiento, o tal vez esto formaba parte del juego que su personalidad traviesa comenzaba a construir a partir de ese instante. Dormido o no, hay cosas que solo la ciencia podría explicar con fórmulas químicas y que los religiosos podrían ver de una forma más espiritual, ese lenguaje entre las almas que no necesitan de interpretación sino que de una forma figurativa piden y dan permisos para moverse más allá de lo que la mente de quien los contiene pueda percibir.

En ese lugar donde no hay palabras, donde no hay tiempo y donde las barreras que coloca la mente no tienen cabida, siempre es necesario despojarse de orgullos tontos porque la honestidad del alma puede apartar todo eso sobrante con tal de llegar a su objetivo principal.

Todavía quedaba un poco de oscuridad en la habitación la cual colaboraba con ese sentimiento pueril de sentirse avergonzados. No había mucho tiempo que perder, si Taekwoon estaba curioso sobre otros sentimientos que podían ir apareciendo, el momento para descubrirlo era ese. Alzó su mano por encima del cuerpo del chico y solo posó su dedo índice sobre él para apartar los mechones de cabello que tapaban despreocupadamente su rostro, como siempre, solo quedaba perplejo por unos segundos porque le parecía hermosa la composición entera de su rostro, sus formas, su color, su aroma; así fue recorriendo esos espacios mientras que en su mente lo tallaba a pulso para que su imagen permaneciera allí eternamente; pasó su dedo por sus ojos, su nariz y su boca, y solo se detuvo allí unos segundos mientras trataba de entender qué era lo que estaba sintiendo en ese momento en el que esa ansiedad se lo estaba consumiendo al punto de sentir calor sobre su pecho mientras comenzaba a temblar, simplemente no pudo soportarlo más, y como un grito en el silencio acerco su rostro al del chico y lo besó.

En ese instante ya no hubo más razonamiento alguno, e inclusive la creación de pensamientos e historias en su cabeza que alguna vez le hicieron detenerse, no aparecían, todo había sido apartado, todo había sido consumido por el mayor de los sentimientos que lo estaba tocando con una intensidad que no había ocurrido hasta entonces. Deseo.

Tocar los labios del chicos con sus manos, con su propia boca, aun no llenaba el vacío, y aun a sabiendas de que podría despertar decidió besarlo con más ímpetu, aun así Hakyeon no despertaba. Egoísmo, ambición, avaricia, codicia, deseo, todo al mismo tiempo, no podía detenerse, pero a la vez comenzaba a sentir que posiblemente se estaba aprovechando de él estando en esa indefensa condición, y precisamente eso era lo que quería Hakyeon poniéndolo a prueba, dejando que estuviera sin control, era la forma de demostrarse a sí mismo que realmente todo valía la pena y que Taekwoon no se iba a arrepentir luego.

El calor que sofocaba la habitación le había dado un nuevo tono que antes ese espacio no tenía, aunque el sol no había salido y la mañana que comenzaba a nacer parecía ser fría y nublada, ese parecía ser un espacio en un mundo paralelo, mundo que Taekwoon comenzaba a erigir a partir de su propio sacrificio, a través de incesantes besos sobre la dorada piel del rostro del chico, decidió no retenerse más, posó su cuerpo sobre el del más pequeño quedando justo sobre él mientras construía caminos con besos por todo su rostro y cuello, se sintió preocupado, no sabía si continuar, sabía que de ir más allá no habría retorno para ninguno de los dos, pasó su mano sobre la nuca del chico y lo presionó contra su cuello, en ese instante solo pudo recurrir a lo que una vez temió tanto hacer, se acercó a su oído y con la sutil y tranquilizante voz que lo caracterizaba, solo se le oyó decir, -te deseo-, mientras aflojaba su agarre, después de eso solo pudo besarlo delicadamente sobre su oreja para luego retirar al chico de su torso, pero se encontró con que éste se lo impidió colocando su brazo alrededor del cuello de Taekwoon, aferrándose a él, y sin dejar que se vieran mutuamente a los ojos solo se acercó un poco más y respondió con voz temblorosa, -recuerdo haberte dicho que quería ayudarte a cumplir todos tus deseos, y esto también es importante para mí-. Eso era todo lo que él necesitaba en ese momento.

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