Inmersos en la oscuridad de una habitación que hacía unos días atrás era la cárcel que albergaba el alma desesperada de un hombre sin esperanzas y que sin esperarlo se estaba convirtiendo en el lugar que ahora era escenario de una nueva historia, de la que aún no se conocía el final pero que había tenido un comienzo extrañamente inusitado, solo se podía ver el dibujo de dos sobras que se extendían por la pared diseñando la más compleja escena, interpretada por aquellos dos que habían decidido dejar de correr, porque en la carrera de sus vidas corrían desesperadamente con su mirada fija en la nada como objetivo y con la esperanza de conseguir felicidad plena, sin advertir que ambos corren en paralelo teniéndose el uno al otro y que con solo mirar hacia un lado conseguirían la respuesta que tanto estaban buscando.
Un nudo se fue formando en la garganta de Hakyeon en el momento en que Taekwoon cayó en ese estado ante él, sabía que debía evitar el llorar porque debía convertirse en el apoyo de aquel chico que había sucumbido cayendo en el suelo y que aún permanecía allí sin mostrar señales de nada. No había tiempo que perder, no podía permitir que los ánimos cambiaran, tampoco quería ver a Taekwoon llorar, solo quería saber la causa que desató esa serie de reacciones, solo quería conocerlo más, solo quería protegerlo.
Frente al rostro desencajado de Taekwoon ahora se encuentra la mano de Hakyeon la cual se extendía con la intención de levantarlo del invernal suelo y que buscaba hacerlo sentir mejor de alguna manera.
El cuerpo de Taekwoon reposaba entre las piernas del chico y su rostro simplemente estaba enterrado entre su cuerpo para no ser visto, y en medio de esa oscuridad era cierto que sería bastante difícil saber lo que le estaba pasando, solo podían escucharse suspiros y sollozos ahogados entre un murmullo de palabras que para Hakyeon no tenían mucho sentido; estaba claro que si Taekwoon tomaba su mano en ese momento, estaría aceptando de cierta forma la situación que había comenzado a ocurrir aquella noche, estaría aceptando que sus emociones lo convertirían en alguien débil pero que esa debilidad es de las que más gusto le ha causado en la vida porque sentía que la persona que tenía frente a él le estaba brindando una segunda oportunidad de al menos estabilizar su existencia, aun así, las dudas son cazadores implacables de sueños, viajan por las agitadas mente cazando cualquier pensamiento que pudiera trascender en esperanza o más aun en amor, las dudas podrían consumir la vida de cualquiera en solo segundos, y más cuando no se era capaz de dominar tales bestias.
-a partir de ahora yo no permitiré que vuelvas a caer de esta forma, así que levántate, limpia tu rostro y ve a descansar- se le escuchó decir a Hakyeon con voz firme y sin titubear, a diferencia del otro él jamás dudaría de lo que estaba haciendo, así que se acerca un poco más y con su brazo ya extendido toma la mano de Taekwoon la cual estaba tendida en el suelo, solo para notar que la temperatura de su cuerpo no era normal en ese momento.
Aunque para Hakyeon no era desconocida la enfermedad de Taekwoon, esto no lo hacía un experto, por lo que ignoraba en absoluto las posibles reacciones que éste pudiera tener y cómo comportarse o tratarlas, pero algo si tenía claro, eso no le haría retroceder, eso solo le animaba a querer hacer las cosas bien para él, así que en ese instante, al notar que aquel chico bajo él comenzaba a tener un poco de fiebre, reaccionó inmediatamente. Efectivamente Taekwoon estaba teniendo un episodio más, justo en ese tiempo y sin querer buscar los motivos, por ahora, solo debía tratar de estabilizarlo.
Levemente inclina su cuerpo sobre el del chico para intentar levantarlo, coloca sus brazos a los costados y nota lo gélida que se encuentra ahora su piel, como si en ese momento no estuviera vivo. Esto lo alarma de inmediato, él sabe que en esos ataques podría darle hasta hipotermia a pesar de tener una especie de fiebre porque su cuerpo no paraba de sudar así que como puede lo hace llegar hasta la cama y lo recuesta suavemente mientras corre por toda la habitación en busca de frazadas y cobijas que puedan abrigar su cuerpo y devolverle el calor que estaba perdiendo. En ese proceso solo logra oírlo delirar un poco, eran más bien quejidos, como si tuviera una especie de lucha interna entre él y sus demonios, pero Hakyeon solo esperaba verlo mejorar y que pudiera salir airoso de todo esto, porque de hacerlo, muchas cosas cambiarían a partir de allí.
Coloca una cobija más sobre el chico y al intentar levantarse siente la fuerza tirante de quien lo sostiene por un brazo haciendo que se detenga a lo que sea que fuera a hacer. Hakyeon voltea ante la sorpresa de tal movimiento imprevisto y se acerca un poco preguntando dulcemente cómo se sentía, pero solo pudo escuchar la errante respuesta entre murmullos que se animaban a salir como cuchillos cortando la delicada seda que era el ambiente que los cubría en ese momento, -vete o te haré daño- esa frase por ningún motivo rompió el ánimo un tanto adolescente que mantenía de pie a Hakyeon para continuar con toda esta locura, así que de forma irrespetuosa y sin darle mayor importancia, decidió ni siquiera responderle, lo ignoró por completo, y a manera de desafío ante aquel chico, hizo a un lado sus zapatos, se tumbó sobre la cama y lo abrazó para darle calor.
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Someday
FanfictionÉl estaba perdido entre las sombras, ajeno a la mirada carismática de quien ya había empezado a amarlo. Una historia para recordar o para olvidar