Capítulo 18 Parte II: Conffesion

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Mirada fiera y punzante como espadas era la única respuesta que Taekwoon podía dar, no sabía que cosas sentía al escuchar tan absurdos y poco creíbles comentarios que el chico le soltaba sin anestesia en la cara, era inútil tratar de entender algo de lo que pasaba en ese momento porque su ser se encontraba en un caos absoluto, era como encontrarse justo en el punto donde el rio desemboca al mar, que no se puede entender si es frio o caliente, si es agua dulce o salada, y solo se observa una fuerza entre ambas corrientes que van arrastrando todo a su paso, de esa forma se sentía Taekwoon y la verdad que aunque pensara mucho en ello, como solía hacer siempre tan metódicamente, jamás conseguiría una respuesta o sabría cómo debía reaccionar ante lo que ocurría, así que lo que consideró mejor para él en ese momento consistía en lo más animal y poco racional a lo que un ser humano podía caer, dejarse llevar por los instintos y emociones, sin medir consecuencias por supuesto, ya que la razón no funciona mucho cuando el sentimiento tiene libertad.

Hakyeon se encontraba en su grado máximo emotividad mientras trataba de explicarle a alguien que no tenía la más mínima idea de las emociones humanas, qué era lo que estaba sintiendo, y no se conformaba con eso, sino que explicaba en detalles cómo fue que llegó a la conclusión de que definitivamente estaba enamorado de un desconocido al que conocía pero de una forma indirecta y del cual posiblemente su cariño jamás sería correspondido hasta que el destino decidió darle alas, el caprichoso destino.

Como dos universos absolutamente distintos que comienzan a aproximarse a gran velocidad y cuyos mundos poseen una gran carga de energía que de chocar podría convertirse en un caos seguro, Taekwoon y Hakyeon seguían aproximándose cada vez más, cada uno con su propia carga de emociones y sinsabores al haber vivido vidas totalmente disímiles, uno completamente emocional que conoce y ha experimentado todas las sensaciones que un ser humano pudiera experimentar, y otro enteramente racional, calculador, pensador, objetivo, casi perfectamente controlado al punto de ocultar sus emociones y distinguirse por ser alguien frio y posiblemente hasta sin alma, culpa de una sociedad que le costaba comprender su forma de ver y entender la esencia que se escondía bajo capas que ocultaban la verdad.

-Esta vez no pienso retroceder, puedo parecerte alguien egoísta que solo estoy pensando en mí, pero créeme que cuando puedas entenderme tú me lo agradecerás- comenzó a gritar Hakyeon entre sollozos desesperados ante el aun inmóvil Taekwoon que no reaccionaba.

-¡Espero que entiendas que esto no tiene marcha a atrás y que de ahora en adelante yo voy a lograr que tú me quieras también, yo voy a lograr que me necesites, yo voy a sacarte de este estado en el que te encuentras y tú me pagaras todo lo que haré por ti correspondiendo mis sentimientos, eso júralo!

En ese momento se hizo un silencio que permaneció inquebrantable por unos segundos, podía olerse la mezcla de miedo, exaltación, ansiedad, angustia y más, pero como ya era de esperarse en medio de todo aquello que se fraguaba en aquella habitación, Taekwoon no pudo seguir conteniéndose más de lo que ya lo estaba haciendo, y como aquel animal salvaje al que le cortan su amarre, se levantó bruscamente de donde se encontraba y en cuestión de segundos se colocó frente al chico, que aunque más bajo que él, no le impedía acosarlo físicamente como tratando de hacerlo sentir insignificante ante su presencia, la que violentamente había posado a unos pocos centímetros del chico al punto de poder percibir, en la sensibilidad de su piel, el miedo que este emanaba.

-¡BASTA!, ¡QUE TE CALLES YA!, tú no tienes ni la menor idea de lo que estás diciendo, ¿qué creíste?, ¿Qué la vida es así de fácil?, ¿Qué puedes ir por ahí contando historias de fantasía y creyendo que se cumplirán solo porque tú las dices? ¡TE EQUIVOCAS!, no sabes, ni te imaginas quien soy yo realmente, ni lo que soy capaz de hacerte si continuas apareciendo frente a mí

-Yo... yo...

-¡QUE TE LARGUES DE ESTE LUGAR TE DIJE, Y VAS A HACERLO AHORA MISMO!

Al encontrarse tan cerca el uno del otro y ver la reacción que Taekwoon había tenido, cualquier otra persona habría corrido despavorido de aquel lugar o en su defecto habría comenzado a juzgarlo por comportarse como un maldito psicópata sin corazón, pero en cambio Hakyeon no podía sino sentirse triste, no por él mismo, sino por Taekwoon; le dolía verlo en ese estado, al punto de importarle muy poco lo que sea que éste le estaba diciendo o la forma tan agresiva en que lo hacía, lo que realmente le preocupaba era ver lo miserable que se sentía Taekwoon en ese tiempo y no poder reconocerse a sí mismo la persona maravillosa que era y que Hakyeon trataba de describir en el hermoso relato en el que no solo se limitaba a contar acontecimientos pasados o a simplemente confesar sus sentimientos, sino que también detallaba al Taekwoon que veían sus ojos, al que admiraba, al que había empezado a querer y posiblemente era esto lo que más terror causo en el chico y por lo que posiblemente reaccionó tan drásticamente como un mecanismo de defensa ante lo que le parecía una mentira.

Un enfurecido Taekwoon continuaba gritándole a la cara miles de improperios con la finalidad de hacerlo huir, y más se enfurecía al ver que el chico ni se inmutaba, no porque no sintiera miedo sino porque su tenacidad podía más que todo aquello, así que en una acción desesperada, Hakyeon alzó su mano con la inocente intención de tocar al otro, pero sin que pudieran pasar un segundo si quiera, fue detenido por un fuerte golpe ocasionado por el toque del brazo del contrario quien al verse indefenso ante ese posible toque de su mano prefirió detenerlo tan rápidamente como pudo al punto de estrellarlo contra la pared de la habitación y quedar con su brazo sobre la garganta de Hakyeon lastimándolo en el acto.

Cegado completamente por miles de emociones en las que la furia predominaba, Taekwoon presionaba con fuerza el cuello del chico mientras gritaba que lo dejara en paz ante un Hakyeon indefenso al cual ya casi ni la voz se le escuchaba debido a que se le hacía difícil respirar para ese momento por la presión tan fuerte que tenía sobre su garganta.

-Por...favor...te pido... que me sueltes...- Se le escuchó decir apenas, pero no surtía ningún efecto o al menos no el que él estaba esperando, por lo que retomó lo que había pensado hacer cuando esa fuerza estalló, aun tomando el riesgo de que las cosas pudieran ponerse peor y todo acabaría mal o con un final lamentable, a pesar de eso, algo dentro de él le hacía seguir, por lo que con la poca fuerza que le quedaba a su debilitado cuerpo, puso todas sus energías en levantar el brazo que aún tenía libre y cautelosa pero cálidamente colocó la palma de su mano sobre el rostro de Taekwoon y acarició su mejilla mientras una lágrima aventurera decidió salir de sus ojos y en aquel momento el tiempo se detuvo para ambos.

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