Drake
Regresar a casa y a los brazos de mi madre es lo mejor que me ha podido pasar. Estuve por díez años viviendo en España, luego que me saliera la beca que tanto soñé para poder especializarme en esta carrera que escogí desde que era tan solo un niño. Dejar a mi madre cargando una responsabilidad que no era suya, era lo menos que quería hacer en ese momento en el que mi hermana se marchó en la búsqueda de una mejor oportunidad, pero ella misma fue quien me convenció de ir a cumplir mis sueños.
Formé una vida tanto profesional como personal en España, por lo que cada vez el volver a casa se hacía una posibilidad más lejana, pero hoy por fin tengo la dicha de estar de nuevo en mi hogar; junto a mi madre y a mi sobrina.
Había olvidado lo que era la calidez y la fuerza de mi madre. En España me acostumbré a vivir solamente enfocado en mi trabajo y a mis estudios. Siento un cosquilleo muy agradable con cada una de las atenciones que me da mi hermosa madre. Hubiera querido regresar antes, quizás de esa forma podría haber reparado la enfermedad de mamá, pero lamentarme por lo que no sucedió, no hará diferencia. Ahora que tengo la oportunidad de estar nuevamente con ella, la cuidaré de esa misma forma en la que lo hizo cuando yo era un niño.
Nos encontrábamos hablando tranquilamente en la sala, esperando a que Mabel llegara de su supuesta ida a la playa con el director de la universidad, aunque para ser honesto, no me sorprende que tengan una relación, pues Mabel es una chica bastante guapa.
La vida es irónica, la misma chica que vi en la mañana y que tanto me llamó la atención por lo hermosa que era, es mi sobrina. Me maldigo una y mil veces por cada uno de los pensamientos impuros que tuve por sus senos y, para qué negarlo, por su redondo y firme trasero. Tiene un culo de infarto.
Debo estar muy mal de la cabeza como para seguir pensando en los atributos de mi sobrina. Más porque la pude contemplar mejor hace un par de horas antes de que saliera de casa. Fue imposible no mirarla con otros ojos.
—¿Mabel suele llegar tan tarde a casa? — le pregunto a mi madre, solo para sacar esos absurdos pensamientos de mi cabeza.
—No, pero cuando va a la playa se le va el tiempo — deja varios golpecitos en mis muslos— Tranquilo, no tienes de qué preocuparte, además de que está con su amigo.
Me raya un poco que tenga una relación bastante cercana con el director Mackey, pues se sabe que esos lazos entre profesor y alumna traen grandes problemas. Si no abro la boca, es porque mi sobrina se ve implicada en el asunto, pero sigo pensando que no es nada ético lo que hacen los dos.
—Deberías ir a descansar, yo estoy al pendiente de que Mabel llegue a casa.
—Te tomaré la palabra, hijo, estoy cansada — la ayudé a ponerse de pie—. Me siento tan feliz de verte convertido en eso que tanto soñaste de pequeño. Estoy muy orgullosa de ti.
—Gracias, mamá, todo te lo debo a ti — beso su frente y la acompaño a su habitación—. Descansa.
—Ve a descansar tu también, ya que no lo has hecho desde que llegaste del viaje. Mabel no tarda en llegar, por mucho, llega pasada la media noche, así que no tienes por qué esperarla. Además de que no le gusta.
—Es un chica bastante... — no encuentro la palabra correcta para describir esa forma tan arrolladora y sarcástica de ser.
—Es jodida, lo sé — se ríe suavemente—. Pero es un ángel cuando te ganas su corazón. Sé que ustedes dos se llevarán muy bien.
—Pasa buena noche, mamá — la abrazo una vez más y mi pecho se llena de felicidad.
La calidez y el cariño que brota su ser es inigualable. Salgo de la habitación de mi madre tan pronto rompemos el abrazo y me dirijo a la mía, cruzando frente a la de Mabel y la curiosidad me gana, más dejo ese pensamiento de lado y me adentro rápidamente a mi habitación. No suelo irrumpir la privacidad de alguien, mucho menos la de mi sobrina. Sí quiero conocerla, ganarme su confianza y hacerle ver que mis intenciones al regresar son buenas, pero también sé que no será nada fácil. El odio que nos tiene a mi hermana y a mí es fuerte, según las palabras de mi madre.
Tomo una ducha por largos minutos, ya que ha sido un día extremadamente largo y agotador para mí. Una vez toqué el aeropuerto, no tuve tiempo de descansar, debía asistir a mi primer día como profesor.
El agua tibia tiene el poder de relajar la tensión de mis músculos, por lo que me quedé bajo la ducha por largos minutos, dejando que el agua cayera libremente por mis hombros y mi espalda. Salgo de la ducha treinta minutos después y, para mi sorpresa, me estrello de cara con Mabel en el pasillo.
Me mira por completo, enarcando una ceja y escaneando mi cuerpo sin disimular en lo absoluto, mientras mi vista recae en su rostro y en las zapatillas que cuelgan en su cuello. Pensé que tardaría más en llegar, a no ser que el director Mackey no le dé talla...
—¿Vas a irte de sapo con el decano? — es lo primero que dice, dejándome totalmente sorprendido por la falta de sus modales.
—¿No crees que te hace falta un poco de educación?
Una sonrisa se expande en ese rostro que parece ser de un ángel recién caído del cielo.
—Me importa poco lo que pienses de mí. Solo quiero saber si vas a contarle o no al decano sobre mi relación con Mackey.
Oh, era de esperarse. Tal parece que el director sí tiene miedo de perder su trabajo, pero tampoco quiere soltar a la estudiante con la que mejor la pasa. ¿Qué tipo de manipulación habrá usado en ella? Aunque pensándolo bien y en las dos escasas palabras que he cruzado con Mabel, ella no parece ser de las que se dejan manipular así como así.
—No le diré nada, pero es mejor que dejes de verlo por tu propio bien. Hoy fui yo, mañana puede ser otro quien los descubra — me pasé la mano por la frente, limpiando una lágrima de agua que resbaló de mi cabello—. Tómalo como un consejo. Lo que menos quiero es que te suspendan de la universidad por algo tan irrelevante.
—No te pedí un consejo, te hice una simple pregunta — sigue su camino y se detiene en la puerta de su habitación—. Házle caso a las palabras de mi abuela, pues es por ella que acepto que vivas bajo mi mismo techo, pero si no lo comprendes en su lenguaje, te lo aclararé yo misma; no me gusta que se involucren en mi vida, menos alguien que no forma parte de ella en ningún aspecto. Sácate de la cabeza que tendremos una relación hermosa de tío y sobrina, porque nunca será así. Para mí eres un igual de la calle, no alguien que forma parte de mi familia. Hasta mañana, Messer.
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Deseos Prohibidos[En Físico]
RomanceMabel quedará presa en el juego de lujuria y desenfreno que ella misma creó. Nunca se llegó a imaginar que su corazón podría amar tan intensamente a dos hombres y a un mismo tiempo. Entre dos amores, sus deseos más prohibidos salen a luz cada noche...