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—¡Aún no puedo creer que tremendo papacito sea tu tío! — chilló Fer, haciendo que la poca paciencia que me quedaba explotara en cientos de pedazos en mi interior.

Si no se calla, estoy muy segura de que le romperé la madre. Me tiene harta con el mismo divino tema de hace un par de semanas atrás. Nunca debí haberle dicho que ese idiota bueno para nada es hijo de mi abuela. Realmente no sé en qué estaba pensando cuando se lo conté.

—Grita todo lo que quieras, el imbécil no está en la casa. Así que bájale dos a tus hormonas, Fernanda.

—¿En serio no está? — hizo carita de cachorra triste—. Me estás diciendo mentiras, ¿no es así? ¡No rompas mis ilusiones!

—No está...

—Pero para caerte del culo, como que estamos muy pendientes de si está o no en casa, ¿eh? Digo, si fuera mi tío, le saltó encima sin pensarlo dos veces.

—Eres asquerosa. Nunca le saltaría encima a ese imbécil. Además, deja de decir que él hace parte de mi familia, porque nunca lo será así — le recuerdo, ya con la vena de la sien latiendo de irritación.

—Los resultados de ADN lo confirman. ¡Se parecen tanto, ahora que lo pienso! — se encoge de hombros despreocupada.

—Si has venido exclusivamente para hablarme del idiota que te trae tan desesperada, mejor lárgate, Fernanda — gruño.

—No te enojes, cariño — se ríe cínicamente en mi cara—. ¿Qué te ha hecho de malo ese bombón? Es la primera vez que lo ves en la vida, ¿por qué tanto odio?

—Las razones las conoces de sobra. No me pasa que quiera venir a hacer el buen hijo, cuando en su momento dejó sola a su madre con una pequeña que no era su responsabilidad.

—Ese odio te está sentando muy mal. Además, ese rencor debería ser para tus padres, después de todo, ellos eran los que tenían que haber cuidado de ti, no ni tu abuela ni tu tío. Tu tío el sexy profesor no tiene culpa de las malas decisiones que tomaron esos que te procrearon.

—Sigue sin gustarme, y nada me hará cambiar de opinión.

—Bueno, si tú lo dices, digamos que te creeré.

—¿Tiendes a levantarte un sábado tan fastidiosa, Fernanda?

—Ese fastidio tuyo contra el mundo es como que muy serio, ¿no? En fin, ¿por qué mejor no mueves ese lindo culo y te apuras? Lo que menos quiero es llegar tarde a la playa.

—Uy, quizás tu ligue se enoje si llegas un poco tarde, ¿no?

—Ese estúpido no es mi ligue, pero como irá aquel DJ que tanto me gustó, no podía dejar pasar la oportunidad.

Termino por vestirme con una sonrisa irónica en los labios. Entre más nos negamos lo que a fuerza nos quiere hacer ver la realidad, más estúpidos nos vemos. Tan pronto me aplico un poco de labial en los labios, salimos en dirección a la playa.

Me siento tranquila, pero a la vez tengo una espina en el pecho que no sé cómo explicar. El inútil de Drake llevó a mi abuela hace dos días a su pueblo natal para que pudiera descansar del estrés de la ciudad por recomendación médica, por lo que estos días he estado absolutamente sola en la casa, pensando en que su presencia no es más que un mal augurio. No quise ir con ellos, porque lo que menos quiero es crear un vínculo que en ese idiota. Cada día que pasa, peor me cae. No lo soporto, estar cerca de él es exasperante y sofocante.

Deseos Prohibidos[En Físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora