No encuentro ni cómo dirigirme a Mabel. Ese vestido tan corto y poco revelador que se puso para nuestra cena me está haciendo sudar frío. No es que me esté haciendo ilusiones o algo por el estilo con ella, pero tener una cena y que venga de su parte es un paso que significa mucho para mí. Eso quiere decir que de a poco ha cambiado su forma de verme.
Creí que la cena sería en el hotel, pero me sorprendió muchísimo al haberme traído a un restaurante que parece ser un poco costoso.
—¿Por qué mejor no cenamos en el restaurante del hotel? — propongo, antes de que entremos al restaurante.
—Quiero aprovechar los últimos días en la ciudad y cenar en un buen restaurante. Todo sería el doble de maravilloso si mi abuela estuviera con nosotros, pero bueno. Ya tendremos tiempo de salir a cenar con ella.
Siempre que se trata de mi madre, sus ojos brillan y una sonrisa dulce aparece en sus labios. ¿Cómo puede lucir como un ángel y a la misma vez como el mismísimo diablo?
—Entonces disfrutemos de esta noche — le ofrezco mi mano y la recibe con una sonrisa ladeada.
Debía confesarme a mí mismo que me encontraba nervioso por lo que pudiera ocurrir en la cena, más al tratarse de ella y todo lo que me hace sentir.
La cena estuvo muy rica. Debo darle la razón a Mabel cuando dijo que debíamos aprovechar este día para distraernos un poco y despejar la mente. Mientras cenamos nos dimos el tiempo de conocernos y, aunque tenía temor, todo salió mucho mejor de lo que había pensado. Que ella quisiera saber de mi vida en España me emocionó de sobremanera.
—¿Por qué no ejerces como abogado?
—Porque aún no cuento con una licencia en este país. La de España no me sirve para ejercer la abogacia.
—¿Por eso el trabajo como profesor?
—Sí, pero no es del todo malo. Debo confesar que me ha gustado más de lo que llegué a creer.
—Pagaría por verte en juicio — su comentario me sacó una sonrisa—. Necesito darme cuenta de dónde sacas inteligencia para defender a alguien.
No pude evitar reír, aunque estuviera burlándose de mí como la mayor parte de tiempo suele hacerlo. Creo que sin esos comentarios tan mal intencionados de su parte no sería lo mismo.
—¿Por qué estudiar artes? ¿Qué fue lo que te llamó la atención de esa carrera?
—Desde pequeña he amado dibujar todo lo que me gusta y amo, así que lo volví parte de mí como una meta y un propósito. La licenciatura de artes me llena, aunque aun me falta mucho por aprender. No solo es el dibujo o los diferentes tipos de expresión, es toda la historia que está centrada en el arte.
—He visto muchos dibujos de mi madre. Realmente tienes un gran talento. Sé que serás una excelente profesora.
—Gracias — suspira—. Mi abuela lo es todo en mi vida. Es la única persona que amo con locura sobre esta tierra. Por supuesto que encontrarás cientos de retratos de ella.
—Bueno, espero que llegues a amarme — recapacitando mis propias palabras, quise arreglar mi comentario, pero ya había sido demasiado tarde—. Digo, espero que algún día me puedas dibujar.
—Si es sin ropa, entonces sí — suelta una risita traviesa—. Digo, solo para alimentar la inspiración. Tendrás que trabajar mucho para que llegue a ese extremo punto de dibujarte.
—Tendré que esforzarme el doble.
—Incluso el triple, tío — se lleva la última cucharada de su postre a la boca, y trago saliva.
Que difícil es mantener el autocontrol con esta chiquilla y sus descaradas insinuaciones.
—¿Quieres caminar un poco o ya quieres ir al hotel?
—Caminemos un poco. La verdad no quiero encerrarme en esa habitación tan fría y solitaria — confiesa, aferrándose de mi brazo.
¿Es normal sentir esta taquicardia tan terrible en el pecho con ese acercamiento tan repentino? Cada día me encuentro más perdido y confundido. Es un gusto, un placer para deleitar el cuerpo y no el corazón, ¿entonces por qué me siento así? ¿Está mal sentirse tan bien con su presencia?
Caminamos por las calles entre bromas y risas. Incluso hubo un momento en el que me robó un beso de lengua y me agarró descaradamente la entrepierna en la calle, como si no le importara quien nos viera, como si nada se lo impidiera; como si no fuéramos tío y sobrina y estuviera bien hacerlo. Si sus planes son tenerme comiendo de su mano y a sus pies, pues ha logrado su objetivo. Y para ser completamente honesto, no deseo que el gusto y la atracción acabe por el momento.
—Gracias por la cena, estuvo muy rica — le digo tan pronto llegamos a la puerta de su habitación—. La próxima vez invito yo.
—¿Que te hace pensar que habrá una próxima vez...?
Ataco sus labios, silenciando sus palabras y perdiéndome en esos besos que tanto me enloquecen. No puedo y tampoco quiero escapar de esa red tan única en la que ella me envuelve. Necesito arrancarle todo de sí, pero es ella quien arranca de raíz toda mi cordura.
ESTÁS LEYENDO
Deseos Prohibidos[En Físico]
RomansaMabel quedará presa en el juego de lujuria y desenfreno que ella misma creó. Nunca se llegó a imaginar que su corazón podría amar tan intensamente a dos hombres y a un mismo tiempo. Entre dos amores, sus deseos más prohibidos salen a luz cada noche...