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Tres meses han bastado para acabar con la poca cordura que me queda. Si antes amaba quemarme en ese fuego tan ardiente del que me deparaba lujuria y desenfreno, ahora no veo el momento para que todo termine. Estar entre la espada y la pared me resulta sofocante y exasperante. Me siento tan agotada mental y físicamente, pues rendir entre dos es más difícil de lo que me pareció en un principio. Necesito estar lo más lejos posible de ellos. No puedo seguir dividida entre dos hombres que se han vuelto esenciales para mí y, para mayor frustración, que he empezado a querer con la misma fuerza. 

—¡Eres una maldita desgraciada, Mabel! ¿Y así dices ser mi mejor amiga? — chilla Fer, caminando de un lado a otro de su habitación—. Acepto que te andes ligando al direc, pues después de todo hacen bonita pareja, pero el sabroso de tu tío. ¡Esto es una falta de respeto!

—Cállate, Fernanda — me tiro de espaldas a la cama y resoplo—. Te conté para que me ayudes a pensar en una solución a este problema, no para que me juzgues. Lo que pasó, pasó, no hay nada que pueda hacer para devolver el tiempo y no meter las patas hasta el fondo como lo hice.

—¿Dónde quedó tu inteligencia? ¿Acaso no decías que un hombre nunca te iba a...?

—Ahora mismo no tengo nada, así que deja de burlarte de mí y ayúdame a pensar.

—A ver... — toma asiento en el borde de su escritorio, luciendo pensativa y seria, pero ¿qué se puede esperar de mi coquito?—. No se me ocurre nada. Estás bien jodida, hermana.

—No, pues gracias — bufo.

El silencio que nos rodea se vuelve largo y abrumador. Pensé que Fernanda sabría qué hacer en este tipo de casos, ya que ella tiene más experiencia lidiando con relaciones múltiples, pero parece ser que me he equivocado de lugar. Mi mejor amiga no asimila que me haya enrollado con Drake y que aún me esté tirando a Mackey.

—Por un lado tenemos a sexy Mackey y su relación furtiva de meses, ¿no?

—Sí, pero...

—¿Qué sientes por él? Sé clara, a mí no me vengas con mentiras y excusas baratas que ya no creo en ti.

Me quedo pensando, recapitulando todo lo que nos hemos unidos en estos últimos meses.

—Me gusta que me dé flores, aunque siempre use de pretexto que son para los muertos y aún así me las quede. Me encanta que se tome el tiempo para hablar de mi abuela y saber cómo se encuentra. El sexo se ha vuelto más apasionado, no lo voy a negar. Me fascina lo cariñoso y cursi que pueda llegar a ser en la intimidad, aunque me resulte un tanto incómodo y me haga explotar el corazón de lo rápido que late. Me agrada pasar tiempo con él, y no precisamente tienen que ser para tener sexo, sino porque de verdad la paso muy bien a su lado — frunzo el ceño, y ella me sonríe—. ¿Estoy enamorada de Mackey?

—Eso solo lo sabes tú. Y por el otro lado tenemos al sabroso del tío. Aun no puedo creer que no me hayas contado que llevas más de tres meses teniendo sexo con él. No sabía que el incesto te ponía caliente. En fin... ¿qué sientes por el profesor Messer?

—Ese idiota bueno para nada — se me escapa una risita tonta tan solo de pensarlo—. Lo odiaba, ni siquiera lo podía ver porque ya tenía ganas de matarlo y devolverlo por donde mismo vino, pero la vida me calló la boca de la mejor manera que pueda existir. No sé qué tiene ese imbécil para ponerme como me pone. No solo me tiene con las ganas de brincarle encima todo lo tiempo, sino que estoy empezando a depender de esos tratos tan tiernos y poco agradables para mi gusto, pero que me hacen estallar por dentro. En solo unos cuantos meses ha hecho que lo aprenda a tolerar y, acá entre nos, a querer. Ahora bien, es un hijo excelente. Se preocupa mucho por mi abuela, incluso estoy segura que daría la vida por ella y por verla bien. Además de que su forma de tratarme es muy dulce. Siempre busca las mejores palabras para decirme, a pesar de no haberle pedido mi opinión. Sigue queriendo entablar una amistad conmigo, como si el sexo que tenemos no le fuese suficiente y quisiera más de lo que puedo darle. Me gusta muchísimo, no quiero que eso que haya entre nosotros acabe, pero duele pensar en la reacción de mi abuela al enterarse de lo que estamos haciendo a sus espaldas...

—Lo reitero; estás bien jodida, Mabel — suspira sonora y dramáticamente—. Según mi criterio; tú, mi querida amiga, estás más que tragada de esos dos hombres. Sea por el buen sexo que te dan o no, lo estás. Te dejaste llevar por los sentimientos y no te diste cuenta en el pozo en el que has caído tú solita. De ti me quedo con los dos, pues, ¿quién no daría la vida por tener a tremendos papacitos devorandote toda?

—No me estás ayudando, Fer.

—Piensa, medita, recapacita. Date cuenta quién de ellos merece todo tu amor. De Mackey estás bien llevada, de eso no me cabe duda. Pero de Drake no sabría decirte lo que sientes. Hay un fuerte gusto por él, más no sé si eso sea amor. Aléjate de ellos y piensa en cómo te hace sentir tenerlos alejados de tu vida así sea por unos días, semanas o meses. El tiempo te dará las respuestas que necesitas, ya que ahora estás jodidamente confundida. Cuando ya tengas todo claro en tu mente, en tu corazón y en esa cochambrosa calenturienta que tienes en medio de las piernas, habla con ellos y quédate con el que tu corazón eligió.

Deseos Prohibidos[En Físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora