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6:10 am.

Hora de despertar, Warren se despertó por el sonido de la alarma, tan ruidosa que molestaba sus oídos, la apagó con un golpe y se levantó de la cama sabiendo que si se quedaba acostado dormiría más de lo debido. Tomó la toalla que estaba sobre una silla entre un montón de ropa que debía acomodar en sus cajones, tendría que hacerlo regresando de la escuela.

Caminó hacia el baño de su casa, su madre aún no despertaba o eso asumió ya que no la escuchaba cantando en la cocina como solía hacer todas las mañanas, entró al cuarto de baño y se sacó la camisa blanca que usaba para dormir, luego de ello la ropa interior y abrió el agua caliente de la ducha dejando que cayera por unos segundos antes de entrar.

Su cabello comenzó a humedecerse mientras mantenía su mirada perdida en la pared con azulejos blancos, apretó sus ojos y dejó que el agua cayera directamente sobre su cara para despertarse. Tomó la ducha lo más rápido que le fue posible, ya que, no debía perder ni un solo minuto.

6:30 am.

Warren salió de la ducha, con una toalla envuelta en su cintura mientras que con otra más pequeña secaba su cabello, había crecido bastante desde la última vez que lo cortó y al llegar a su cuarto y verse delante del espejo se preguntó si era hora de cortarlo otra vez.

Colgó las toallas sobre la silla mientras sacaba la ropa que había dejado lista la noche anterior, no le gustaba perder el tiempo eligiendo lo que vestiria así que procuraba tener preparado el conjunto que usaría para ir a la escuela, casi siempre era la misma combinación de ropa así que tampoco era un problema elegir.

Se vistió, pantalón de mezclilla, su madre detestaba que usara esos pantalones rotos, decía que le harían tener una mala imágen delante de los adultos, que sería visto como un chico problema y él solo podía pensar que estuvo condenado a ser visto de esa manera desde el día que nació ya que su padre era su padre.

Jamás le confesó a su madre que tenía esos pensamientos, no deseaba hacerla sentir mal, finalmente se colocó la chaqueta de cuero que había encontrado en un baúl viejo mientras urgaba el ático, sin duda, a excepción de cuando iba a trabajar, esa chaqueta era algo que nunca debía faltar en sus conjuntos de ropa.

6:40 am.

Salió del cuarto, su madre aún no despertaba así que aprovechó para preparar el desayuno de ambos, huevos con tocino como comida, algo de pan tostado con mermelada para acompañar y un delicioso café caliente que inundó la casa con su aroma.

6:55 am.

El desayuno estaba terminado, su madre ya había despertado, viéndose radiante igual que todos los días, muchas personas dudaban que él fuera su hijo y en momentos como ese él pensaba lo mismo.

—Hoy podemos ir a visitar a tu padre —comentó repentinamente mientras tomaba un poco del café que para este punto ya estaba tibio.

—Está bien.

—... Warren, no tienes que sentirte mal por esto ¿Si? tu padre hizo cosas malas pero no debes-

—Mamá —Warren le mostró una sonrisa tratando de calmarla—. Está bien, en serio, me das está charla todas las veces que vamos a visitar a papá, realmente no me afecta.

La mujer confiaba plenamente en las palabras de su hijo, Warren solo se estaba esforzando en que su mentira sonara lo suficientemente creíble para dejar de tener esa conversación con su madre cada día que debían ir a ver a su padre.

7:10 am.

Ambos terminaron el desayuno, la madre de Warren se encargaría de lavar lo que usaron al comer mientras Warren iba a buscar su mochila al cuarto pues el autobús no taradaba en pasar por su casa.

—Ten un buen día en la escuela, Warren, por favor no te metas en problemas.

—No lo haré mamá —aseguró, un tanto cansado de tener que oír esa petición todas las mañanas.

Salió de casa, con su mochila colgando de un hombro y se mantuvo fuera de la misma hasta que el autobús llegó a recogerlo, era de los primeros por quiénes pasaban así que al subir apenas y habían dos o tres personas sentadas, personas que ni siquiera le dirigían la mirada, quizás por temor o quizás por desagrado, realmente no le importaba; caminaba hasta el final del autobús y tomaba lugar en los asientos de fondo donde no molestaría a nadie y nadie podría molestarlo.

Miraba por la ventana todo el camino, observando como todos los chicos subían al autobús, evitando sentarse a su lado y si era sincero lo agradecía, pero a la vez lo detestaba ¿Por qué su madre insistió en inscribirlo en la escuela de héroes? hubiese preferido fingir no tener poderes y ser capaz de llevar una vida normal, en una escuela normal donde pudiera tener amigos sin poderes, donde nadie supiera que su padre fue un villano y que ahora estaba en prisión gracias al Comandante Stronghold.

7:50 am.

El autobús se detuvo una vez más, última parada, Layla Williams subió al autobús y detrás de ella caminaba el hijo del hombre que le había arruinado la vida a él y a su familia, Will Stronghold, a veces se destaba a si mismo por odiarlo, aún sabiendo que él no era el culpable de los actos de su padre, pero no era capaz de evitarlo.

Warren odiaba a Will, en un principio, por ser hijo de ese hombre y en segundo lugar lo envidiaba por tener una vida mejor que él (o al menos lo que él imaginaba), el chico era hijo de dos de los dos más grandes súper héroes de la ciudad, rodeado de gente que aparentemente lo apreciaba y quizás su mayor problema era el no tener problemas y pertenecer a la clase de asistentes, pero hasta eso que para Will era un infierno, Warren lo envidiaba.

Si no tuviera poderes, tendría excusa para que su madre no lo enviara a la escuela de héroes y entonces, quizás de esa manera, su vida podría haber mejorado un poco.

No se gastó más, no perdería su tiempo pensando en Will, aunque eso mismo se decía todas las mañanas luego de repasar mentalmente la envidia que sentía hacia ese chico, algo bastante dañino para si mismo, pero, siendo obligado a ver su rostro todas las mañanas era algo que no conseguía evitar.

8:00 am.

El autobús se detuvo, llegaron a la escuela, las clases dan inicio y la verdadera pesadilla comienza.

OH FATHER, PLEASE FATHER | will x warrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora