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Will sostenía con fuerza el cinturón de seguridad, estaba a solas en el carro con la madre de su novio y aunque ella era una buena persona sentía que lo iban a interrogar hasta sacarle cada uno de los errores que había cometido desde el momento en el que nació hasta la actualidad ¿Era algo que hacían las madres? suponía que cualquiera quería que su hijo o hija saliera con una buena persona, pero jamás había tenido pareja así que no es como que supiera que esperar al encontrarse en esa situación.

La música de la radio sonaba en un volúmen bajo, no reconocía la canción por el nombre pero estaba seguro de haberla escuchado antes, mantenía la mirada ocupada revisando cada esquina del automóvil antes de desviar sus ojos al exterior observando a las personas pasar por la calle, entrando a tiendas o restaurantes de los cuales acababa de descubrir su existencia.

—A Warren le encantaba ir a comer ahí cuando era un niño —comentó de la nada, señalando un establecimiento sin levantar la mano del volante—, recuerdo que siempre pedía lo mismo, una hamburguesa con papas fritas y un refresco de naranja.

Will observó el restaurante con atención, no era la primera vez que oía de él, pero sus padres jamás lo habían llevado a comer ahí, agradecía el esfuerzo de Adeline por sacar una conversación a flote con el único tema que tenían en común, solo esperaba no terminar arruinandolo.

—Entonces no ha cambiado mucho, pidió lo mismo en la cita de anoche —mintió en un intento de que la conversación no terminara, detestaba la idea de quedarse en un silencio incómodo.

—¿En serio? y yo que creía que su dieta había mejorado un poco —negó con la cabeza soltando una risa.

—Igual terminó tomando de mi comida y yo le quité todas las papas para estar a mano —agregó con una pequeña sonrisa.

La velocidad del carro comenzó a disminuir antes de encontrar un lugar donde estacionarse, Will buscó con la mirada qué podría ser aquello que Adeline quería mostrarle pero había varios establecimientos y quizás lo que la mujer quería que viera ni siquiera era uno de esos lugares.

—Este restaurante —indicó dando golpes a la ventana del carro con su dedo—, es un lugar al que tu madre y yo solíamos venir cuando íbamos a la escuela, todos los viernes sin falta comíamos aquí.

—¿Ustedes... Eran amigas?

—Las mejores amigas —respondió con calma—, luego nos distanciamos.

—¿Por qué...?

—¿Te parece si te cuento adentro? adelantate por favor, debo buscar mi bolso.

—Oh sí, claro, claro —respondió con rapidez mientras se quitaba el cinturón.

Bajó del vehículo caminando a la entrada del restaurante, las paredes del exterior tenían la pintura desgastada y el letrero había perdido color, no le sorprendió que al entrar no hubiese casi nadie en el restaurante, quizás era popular en la juventud de su madre pero con el pasar de los años eso ya no era así, al menos se veía como un lugar tranquilo y eso le gustaba.

—Will —escuchó que lo llamaban y al instante se giró sobre sus pies para encontrarse con una mirada llena de lágrimas—, oh dios mío, sí eres tú Will —repitió cubriendo su boca para ocultar los sollozos que se escapaban de su voz.

Él sintió como si por un segundo el mundo se hubiese detenido, su cuerpo ahora estaba temblando y no podía creer lo que se presentaba ante sus ojos, sintió un nudo formarse en su garganta intentando formular alguna oración coherente pero su boca no parecía reaccionar a las órdenes de su cerebro.

—M-mamá —su voz salió quebrada en ese instante y es que para ese punto se estaba haciendo a la idea de que no podría volver a verla, una débil sonrisa se formó en sus labios antes de acercarse para abrazarla y poder romper en llanto, esta vez no tenía pensado soltarla por nada del mundo.

Josie correspondió a aquel abrazo, había estado tan preocupada desde que Steve había corrido a Will de su casa y aún cuando Adeline le había dicho que estaba sano y salvo en su casa apenas podía sentirse aliviada en ese momento cuando finalmente pudo confirmar esas palabras al ver a Will delante suyo. Ambos se separaron del abrazo luego de unos minutos, solo porque sabían que debían hacerlo, pero la realidad es que ese abrazo no era suficiente para expresar toda la preocupación que tuvieron por el otro.

—Lamento haberte dejado sola, debí haber sido fuerte, realmente no quería que las cosas sucedieran así y-

—Will, tranquilo —tomó los hombros de su hijo y lo obligó a mirarla a los ojos—, hiciste las cosas bien ¿Si? sobrevivisre y eso era lo que necesitabas hacer, fui yo la que falló al no protegerte de tu padre.

El cuerpo de Will se tensó al escuchar esas últimas palabras, no quería que nadie más volviera a referirse a Steve Stronghold como su padre, pero era consciente de lo imposible que eso era.

—Él... Te hizo daño ¿No es así? él ya no es mi padre.

Josie lo miró con preocupación, no podía culparlo por pensar de esa forma, pero no quería que Will se amargara teniendo rencor en su corazón, al final de cuentas, Steve ni siquiera estaría presente pare resentir ese odio que Will había adquirido por él.

—Sentemonos —pidió señalando la mesa que estaba al lado de ambos—, necesito hablar contigo algunas cosas con más calma.

Ambos tomaron lugar en la mesa, uno delante del otro, Josie tomó la mano de Will para transmitirle un poco de tranquilidad.

—Todo va a estar bien ahora ¿Si? tu p- Steve —aclaró su garganta—, él ya no estará relacionado a nosotros de ninguna forma, a partir de ahora solo seremos tú y yo, conseguiremos una nueva casa y entrarás a una nueva escuela, ya no tendrás que sentirte presionado por no tener poderes y estar en la clase de asistentes, eso queda en el pasado ahora ¿Eso está bien para ti?

Will apretó sus labios por un segundo, eso hubiese sido una solución para el antiguo Will, aquel que lloraba todas las noches esperando la aprobación de su padre, el que no tenía algo para ofrecerle al mundo; pero ahora había algo, podía ayudar a las personas y eso siempre sonó como un estupendo plan de vida ¿Ser un héroe? por supuesto que era mucha presión, pero si tienes la oportunidad de darle esperanza a otros,  entonces valía el sacrificio.

Steve Stronghold ya no era el padre de Will, él no lo vería de esa forma nunca más, pero era imposible deshacerse de todas aquellas ideas que se le inculcaron desde que era un niño, sobre todo porque esas ideas eventualmente se transformaron en su razón de vivir, la cual ahora podía cumplir.

—En realidad... Yo también necesito hablar contigo sobre algo importante.

OH FATHER, PLEASE FATHER | will x warrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora