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Will sabía que no era correcto estar en ese lugar, le dejaba un mal sabor de boca adentrarse una vez más en su casa o lo que alguna vez fue su hogar, no porque ya no vaya a serlo, si su madre aparece, sin duda regresará, solo que ya no sería capaz de sentirlo como un hogar en su totalidad. De cualquier forma, era un movimiento veloz, ir a su habitación, tomar algo de ropa e irse a la casa de Layla quien lo estaba esperando a fuera para avisarle por si sus padres regresaban por alguna razón.

Llegó a su habitación, solo tuvo que abrir la puerta para que todos sus recuerdos lo golpearan uno tras otro, recordaba a la perfección esa primera mañana de clases donde le metió a su padre acerca de haber obtenido poderes y se cuestionó a si mismo si las cosas habrían sido difetentes de haber dicho la verdad; pensó en Warren y una ligera calidez se apoderó de su pecho en ese instante, aunque así fuera, no estaría dispuesto a cambiar ninguna de las decisiones que hasta el momento había llegado a tomar.

Se acercó a sus cajones, tomando algo de ropa, no solo para su cita sino para unos cuantos días más, no podía evitar sentirse sorprendido ante el hecho de que sus cosas siguieran en el lugar donde las dejó, quizás gracias a su madre o tal vez estaba exagerando con la idea de que su padre se desharia de todo aquello que era suyo porque "deshonraba a la familia Stronghold". Apretó su ropa que curiosamente seguía oliendo al suavizante que usaba su madre para lavar, no quería distraerse demasiado con los recuerdos así que se apresuró a salir de la casa con sus cosas en la mochila que utilizaba para la rscuela.

—¿Estás bien? —preguntó Layla en el instante que lo vió salir, tomándolo por sorpresa, pues estaba demasiado concentrado en sus propios pensamientos.

—Lo estoy, vamos a tu casa que no quiero perder el tiempo aquí.

—Estás emocionado por tu cita ¿No es cierto? —comentó con una sonrisa en sus labios que detonaba un poco de burla amistosa.

—¿Cómo no estarlo? —respondió evitando mirarla, manteniendo una sonrisa nerviosa sobre sus labios— Quiero que todo salga bien, pero no sé nada de citas ¿Qué pasa si hago el ridículo?

—¿Para este punto? si te soy sincera creo que "lo ridículo" es parte fundamental de por qué Warren gusta de ti —bromeó recibiendo una mirada fulminante por parte de Will—, pero hablando en serio, no creo que las cosas vayan a salir mal y si es así ¿Qué importa? seguro que al final de la noche estarán abrazados en la misma cama tratando de animarse y por la reacción que tienes asumiré qur ahora rezas por hacer el ridículo —decía sin voltearlo a ver mientras abría la puerta de su casa, pero siendo consciente de que las mejillas de Will debían estar bastante enrojecidas.

—No e-exactamente eso, pero creo que ahora estoy menos nervioso —confirmó caminando detrás de Layla fantaseando con las cosas que podrían pasar antes, durante y después de  la cita.

( • • • )

Warren sentía sus manos sudorosas, decidió con Will que se verían en el restaurante, de esa manera evitaban tener la necesidad de buscar al otro para luego irse, aunque necesitaba admitir que el "misterio" de no saber cómo se veía Will lo estaba matando, se preguntaba a si mismo si era correcto lo que vestía para ir a una primera cita, no era nada formal, pero tampoco algo demasiado casual, no estaba seguro de cuál sería la manera apropiada para describir su atuendo.

—¿En qué piensas? —escuchó una voz al lado suyo que lo hizo sobresaltarse, al girar su mirada se encontró con Will quien la estaba mostrando una sonrisa gentil—, perdona por haber tardado.

—Tampoco es que me hayas hecho esperar demasiado —aseguró antes de girarse para abrir la puerta, sin quitarle la mirada de encima a Will, eran polos opuestos en todo sentido, pero por lo que podía ver no se había equivocado con la elección que hizo para vestir.

Ambos entraron al restaurante, sintiendo como si por un momento dejaran de tener una inmensa cantidad de problemas sin resolver sobre sus hombros, estaba casi vacío lo cual era agradable para ambos, las luces tenues que iluminaban el establecimiento lo volvían acogedor, aunque quizás para Warren fuera porque pasaba gran parte de su semana trabajando ahí y era como una especie de segundo hogar, más de lo que la escuela aseguraba que era.

Buscaron una mesa y tomaron asiento, los nervios de ambos se encontraban al máximo, incluso cuando ninguno lo admitía, aún cuando no fuera obvio

—¿Quizás esta no fue la mejor opción para una primera cita? tal vez hubieses querido algo más privado —Will fue el primero en tomar la palabra, luego de que Warren se mantuviera callado por tanto tiempo comenzó a dudar de sus elecciones.

—No, no es nada de eso —aseguró extendiéndole su mano consiguiendo que las entrelazaran—. Solo es raro ¿No crees? una cita, tú y yo, no era un escenario que tuviera planificado.

—Las cosas salen mejor cuando no las planeas, o eso dicen —Apretó sus labios sin poder alejar la mirada de sus manos unidas.

—Bueno, si no salen como las planeas suelen ser decepcionantes, así que hay un punto por ahí.

Warren se giró, sin soltar su mano de Will y buscando con la mirada al mesero o mesera que atendía, jamás había ido al restaurante los días que no le tocaba trabajar, así que, desconocía quién tomaba su turno, por ello no sabía a quien llamar o buscar. Finalmente una chica se acercó a tomar la orden, dejando dos menús sobre la mesa y, a pesar de que Warren podía deletrar al derecho y al revés todos los platillos, decidió echar un vistazo, como si pudieran agregar algo nuevo solo por su día libre.

Will parecía estar ahogándose con las opciones, como si quisiera probar todo lo que había pero sin poder decidir con cuál empezar, Warren tuvo que darle una recomendación para que pudiera elegir, además de proponerle que compartieran de su comida generando que Will se sintiera un poco apenado.

—¿Estás bien? no quiero que te la pases mal —murmuró Warren luego de que la chica se alejara al haber tomado el pedido.

—Estoy bien, solo se siente algo raro, quiero decir, había salido a cenar a solas con Layla, pero somos amigos y no era la gran cosa, esto se siente tan... Diferente y eso me encanta pero me pone nervioso a la vez.

Una sonrisa se hizo presente sobre los labios de Warren al oírlo decir aquello, acarició de manera cariñosa los dedos de su novio, como si pudiera transmitirle alguna especie de tranquilidad a través de ello, cuando ni siquiera él se sentía en calma.

—Todo estará bien, no tiene por qué ser perfecto ¿Cierto?

—Claro, claro —apretó sus labios e hizo una pausa—, pero si lo fuera, tampoco me quejaría.

—Obvio sería la mejor opción y me encargaré de dar lo mejor de mí para que esto sea bueno, si tú prometes dar li mejor de ti.

Las miradas de ambos se encontraron por unos segundos, como si el mundo se detuviera para ellos y todos se quedaran en silencio para que solo ellos pudieran escucharse.

—Lo prometo.

OH FATHER, PLEASE FATHER | will x warrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora