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Eran pasado de las 10, habían pasado un rato caminando antes de llegar a casa de Warren, para Will esos ¿15?, quizás 20 minutos de caminita habían sido los más difíciles de recorrer en lo que llevaba de vida, sin duda fue gracias a Warren que no se terminó desplomando en el suelo a medio camino.

—Esperame un momento aquí ¿Si? necesito asegurarme que mi madre esté dormida —explicó, deteniéndose en la puerta, antes de siquiera abrirla.

Will asintió con la cabeza y se hizo a un lado para no estar a la vista si es que Adeline se encontraba despierta. Warren sacó la llave de su bolsillo, abrió la puerta y entró unos pasos, observó la sala y la cocina, probablemente su madre si se encontraba dormida o al menos en su habitación, tampoco escuchaba nada en el cuarto de baño y cuando terminó de revisar la casa permitió que Will entrara.

Cerró la puerta con llave y tomó el brazo de su invitado.

—No hagas ningún ruido, no digas ninguna palabra —murmuraba mientras básicamente arrastraba al chico a su habitación, debía ser extremadamente cuidadoso.

Llegaron a la habitación de Warren, abrió la puerta y dejó que Will entrara, le pidió que esperara ahí unos minutos y luego fue a la habitación de su madre solamente para avisar que había llegado, que no debía preocuparse; quizás porque ya era solo una costumbre que se le había quedado desde hace años, pues claramente Adeline ya se encontraba profundamente dormida como para reaccionar a la llegada de su hijo.

Warren regresó a su habitación, pensando que Will iba a tomarse la libertad de sentarse en su cama o ponerse más cómodo, no fue así, parecía que aún se encontraba en shock, se había mantenido en la misma posición unos 2 minutos en lo que había ido a comentarle a su madre sobre que se encontraba en casa.

—Realmente pasó algo muy malo ¿No es cierto? —comentó mientras caminaba hacia su cama para sentarse en la orilla— Puedes sentarte.

Will le dirigió la mirada y caminó a la cama, sentandose en la orilla contraria. Warren sabía muy pocas cosas de la situación, sabía que Will no podía eatar en su casa, pero desconocía el porqué; sabía que no contaba con la ayuda de Layla, pero no sabía que era porque habían peleado; además, era consciente de que algo muy grave estaba ocurriendo dentro de la mente de Will y era capaz de asumir qué era lo que sucedía, pero no era algo que deseara hacer, no iba a crearse escenarios falsos en su cabeza, debía esperar a que su refugiado se sintiera cómodo para hablarlo.

—Sí.

—¿Hm?

—Pasó algo muy malo —aseguró Will, en ningún momento había dejado de abrazarse a si mismo.

—Pero no quieres hablar de eso ¿Cierto? —recibió un sonido como afirmación—, está bien, no voy a obligarte.

Hubo silencio, uno realmente incómodo, Warren no sabía como ayudar y Will solo quería desaparecer de la faz de la Tierra en ese mismo instante.

Las ramas de los árboles golpeando contra la ventana, el sonido del reloj avanzando, el tiempo de sueño se estaba escapando de sus manos; la noche no iba a ser eterna y ninguno de los dos podría esperar para siempre a que el otro hablara.

—Hm ¿Dónde voy a dormir? —se atrevió a preguntar luego de que pasaran 5 minutos en silencio.

—¿En dónde más? en mi cama, no es como que pueda meterte en otro lado —respondió Warren mientras se levantaba de la cama.

—Supuse que sería incómodo si suermo en tu cama.

—La incomodidad es lo que menos importa ahora, Will, no te haré dormir en el suelo mientras te encuentras en ese estado.

Escuchó un agradecimiento en voz baja al cual no respondió, tomó algo de ropa de sus cajones, básicamente lo que usaba como pijama aunque sin ser realmente una.

—Iré a cambiarme, siéntete cómodo, supongo, pero recuerda que no es tu casa.

—Está bien, lo tengo presente.

Warren observó al chico durante unos segundos, preguntándose si sería correcto dejarlo solo aunque fuera por cinco minutos; sin duda se estaba preocupando más de lo necesario, pero no era algo que pudiera evitar. Salió de su cuarto y caminó al baño para cambiarse de ropa.

Will, por su parte, solamente se quitó el suéter que llevaba puesto y luego de ello los zapatos, esta vez se sentó en la cama dudando si era correcto lo que estaba haciendo ¿Pedirle ayuda a Watren? definitivamente debía estar perdiendo la cabeza, era realmente irónico como se sentía más protegido estando en la casa de quien era su enemigo que estando bajo su propio techo.

Subió sus pies a la cama, sabiendo que después de eso había tomado una decisión, quedarse ahí esa noche ¿Qué pensaría su padre viéndolo de esa manera? tan vulnerable, tan patético.

La puerta de la habitación se abrió nuevamente, Warren entró con la ropa sucia en sus manos, echándola en el sesto y luego cerrando la puerta para girarse hacia la cama. Observó a Will durante unos segundos, notó que se había perdido en sus pensamientos.

—¿Crees que puedas dormir? —preguntó mientras sacaba una segunda cobija de su armario para lanzarsela a Will.

—Eso intentaré —aseguró mientras tomaba la cobija antes de que golpeara contra su rostro.

—Bien, solo no hagas ruido, no quiero que mi madre se despierte.

La luz de la habitación se apagó y Warren caminó hacia la cama para recostarse, cada uno en el extremo opuesto al otro, evitando la cercanía con el otro, a pesar de que hace unos minuros Warren sostuvo a Will todo el camino a casa.

—Warren.

—¿Qué?

—Gracias por ayudarme.

—... De nada, ahora duerme, tengo que despertar temprano mañana.

—Está bien.

Silencio nuevamente, ambos dándose la espalda. Esa noche, Will se refugió entre las cobijas, como si estando debajo de ellas nada, ni nadie fuera capaz de dañarlo; igual que cuando era un niño y creía que el monstruo de su armario saldría para comerlo.

¿Una hora? quizás un poco más, fue el tiempo transcurrido antes de que Will pudiera cerrar los ojos y descansar. La cama dejó de moverse, pues Will ya no daba vueltas en busca de escapar de las pesadillas que aparecían cuando cerraba los ojos.

Y esa fue la señal de Warren para poder cerrar sus ojos y dormir también, agradecido de que Will no pasara la noche despierto, pues de otra manera, él tampoco se hubiera permitido descansar.

OH FATHER, PLEASE FATHER | will x warrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora