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Los pasos de Warren eran rápidos, se había atrasado un poco para llegar al trabajo, no era problema, pero prefería llegar a tiempo. Tomaba del brazo a Will para que no se quedara atrás, aunque fácilmente le estaba siguiendo el ritmo.

—¿Estás seguro que te quieres quedar a esperarme?

—No me molesta —afirmó—, tampoco es que tenga otras cosas que hacer.

—Wow, que honor ser tu única opción —Warren sonrió ligeramente.

Will le devolvió la sonrisa, tampoco le prestó demasiada atención a su comentario en ese momento, su mente estaba distraída con el tema de su madre; quería hablar con ella y asegurarle que todo se encontraba en orden pero de por medio estaba el problema sobre cómo haría eso sin tener que pararse delante de su padre.

Will estaba aterrado.

No había otra manera de describir lo que sentía, por más fuerte o valiente que deseara creerse, dentro suyo solo existía un niño atemorizado que buscaba protección. Sabía que sería un suicidio el pararse delante de su padre, sobre todo luego de haberse ido de casa y que su primera opción fuera ir con Warren Peace; esto, por supuesto, su padre no lo sabía o eso deseaba creer, pero, ¿Qué se lo aseguraba?

Su padre era un hombre indecifrable, pudo esconder con facilidad que no tenía poderes y que estaba en la clase de asistentes, pero esto era un nivel más arriba de eso; directamente había escapado de casa y se refugió junto al hijo de uno de los mayores enemigos de "El Comandante". Eso dañaría la imágen de Steve en muchos aspectos.

¿Qué importaría una decepción más?

Se preguntó Will a si mismo tratando de sentirse más seguro, aún así, era consciente sobre que era imposible obtener un sentimiento de seguridad con esa clase de ideas en su cabeza ¡Claro qué importaría mucho una decepción más!, no sabía a que nivel sería capaz de llegar su padre pero ¿Qué lo podía hacer afirmat que ya había tocado su límite?

—Will —Warren chasqueaba sus dedos delante de su rostro tratando de hacerlo reaccionar.

—¿Eh? ¿Ah? perdón —rápidamente salió de sus pensamientos mostrando una sonrisa nerviosa.

—No importa —murmuró un tanto preocupado—. Ya llegamos, puedes pasar y sentarte en una de las mesas del fondo, mientras no haya clientes puedo acompañarte ¿Te parece bien?

Will miró a Warren por unos segundos ¿Qué clase de persona era él?, no podría decifrarlo, hace unas semanas Warren lo hubiera amenazado con darle una paliza si tan solo le hablaba y ahora se estaba ofreciendo a pasar tiempo con él, voluntariamente.

—Sí, eso está bien —afirmó, apartando la mirada al hablar mientras apretaba sus labios en una línea recta.

Ambos entraron al restaurante.

Warren se quitó la chhaqueta que llevaba puesta, ese día no era especialmente frío pero estaba seguro que más tarde la temperatura bajaría; la guardó para recogerla cuando fuera hora de salir y se ató el cabello en una coleta para cuando tuviera que empezar con el trabajo.

Will por su parte, hizo lo que Warren le había indicado, caminó a una de las mesas de fondo que se encontraban casi al lado de la puerta que daba a la cocina y tomó asiento, apoyaba su cabeza sobre una de sus manos a la vez que analizaba los diseños de las paredes como si tuvieran algún secreto que ocultar.

—Ya regresé —Warren golpeó ligeramente la mesa con sus palmas para tomar asiento del lado contrario al de Will.

—¿No tienes que trabajar?

—Si quieres que me vaya puedes decírmelo, no soy de los que ruegan —comentó levantando una ceja con una pequeña sonrisa.

Will sintió sus mejillas enrojecer por la vergüenza.

—No es eso lo que quería decir —dijo rápidamente pensando que Warren genuinamente lo había malinterpretado.

—Cálmate solo bromeo —mantenía la sonrisa en sus labios— ¿Ya pensaste en qué vas a hacer?

—No, ni siquiera soy capaz de poner en orden las cosas en mi vida; quiero hablar con mamá pero cómo lo haré sin tener a mi padre cerca —tomó su cabeza un tanto desesperado.

Warren se inclinó sobre la mesa para tomar las manos de Will y bajarlas a la mesa, debía dejar de sobrepensar las cosas y mantener la calma; sin embargo, no se lo iba a decir directamente, lo que Will menos necesitaba era que lo hicieran sentir culpable por sus emociones.

—Creo que deberías ir por algo más sencillo ¿Qué te parece Layla?

—Oh... Cierto —apretó sus labios, había olvidado por completo la discusión que tuvo con Layla justamente por centrarse demasiado en la situación con sus padres—. Debería hablar con ella primero —afirmó—, aunque hay un pequeño problema con eso...

—No puedo negar que lo esperaba, sería demasiado bueno si fuera tan sencillo de resolver ¿Cuál es el problema?

—En realidad son dos, el primero es que no sé que tan enojada esté conmigo luego de las cosas que le dije —el remordimiento se apoderó de Will en ese momento—, fui demasiado despreciable, le dije cosas que realmente no pensaba —hizo una mueca de disgusto hacia si mismo—. Por otro lado, no sé como acercarme para hablarle, ir a la escuela no es una opción; no por ahora.

—Y también es tu vecina —agregó Warren recostandose contra el asiento mientras observaba las luces del techo.

—Y también es mi vecina —reafirmó Will, un suspiro escapó de sus labios.

Hubo silencio por unos segundos y después de ese lapso, sin dejar de mirar el techo, Warren habló.

—¿Qué te parece si hablan aquí?

—¿Aquí? —Will le dirigió la mirada un tanto confuso.

—No pueden hablar en la escuela, ni en tu casa, ni en casa de ella y claramente tampoco en mi casa —explicó Warren mientras contaba con sus dedos los lugares—. Mañana le hablo en la escuela, la trato de convencer para que venga y pueden sentarse a hablar con calma.

—Sí... Sí, creo que ese es un buen plan —Will se abrazaba a su estómago, sintiéndolo revuelto, solo esperaba que Layla quisiera perdonarlo, él realmente no sabría que hacer si pierde su amistad.

La mano de Warren se colocó sobre la mesa, mostrando la palma; Will la observó por unos segundos y posteriormente miró a Warren quien le mostraba una sonrisa cálida, volvió su mirada a la mano, se movió ligeramente y entonces entendió lo que Warren quería decirle sin realmente decirlo.

Colocó su mano sobre la del otro chico, sintiendo como Warren la "atrapaba", acariciando ligeramente su mano con su pulgar, transmitiendole esa calma que solo él era capaz de hacerle sentir.

OH FATHER, PLEASE FATHER | will x warrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora