Capítulo 28: Fingir a través de mucho negro

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HIJOS DE LA NOCHE

HIJO DE LA LUNA

CAPÍTULO 28: FINGIR A TRAVÉS DE MUCHO NEGRO

Dormimos con los Ainsworth esa noche. Iris dijo que era lo mejor porque no sabíamos qué serían capaces de hacer los Lawson, por lo que teníamos que estar alertas y juntos. Nadie reprochó nada porque el cansancio físico y emocional se apoderó de nosotros apenas entramos a la casa. En especial de mí, por alguna razón.

Los mayores pusieron un tendido en la sala y movieron un par de muebles para que descansáramos todos en un mismo sitio, como niños pequeños en una pijamada. La mayoría nos quedamos dormidos en el preciso instante en que nuestra cabeza chocó con la almohada y nos cubrimos con mantas; yo dormí entre Aylan y Donovan, quien acabó espalda contra espalda con Víctor que abrazaba a Ryuu.

Iris e Ethan no durmieron, o al menos no mucho, por vigilarnos y hablar entre ellos.

—Tienes que decírselo a tu primo y a James —dijo él, acariciando el brazo izquierdo de su pareja por sobre su pijama invernal—. Necesitas hacerlo por ti misma porque, si Karlav se los dice, no creo que se lo tomen muy bien...

—Luego —prometió.

Sus ojos hinchados estaban cerrados mientras se apoyaba contra el pecho de Ethan para arrullarse con su respiración y el leve latir de su corazón. La sala estaba iluminada por las luces de colores producidas por los dos difusores que pusieron en una mesita, los cuales la inundaron de un rico aroma a lavanda y naranja.

—No hay un "luego", Iris —casi no hablaba, pero lo hacía cuando era muy necesario—. Han decidido dejar su amistad de lado para probar su suerte en algo que ni siquiera está comprobado por James, ¡de seguro ni a él se le pasó por la cabeza esa posibilidad! —Alterado, relamió sus labios y su expresión se suavizó—. Decidieron que una morirá y, al igual que tú, ella no querrá hacerlo.

Si su esposa en algún momento se encontraba moribunda, ambos tendrían que recurrir a los candidatos para suplentes de líder y sublíder para que Crystal no ganara; de lo contrario, quién sabe qué ocurriría con el clan Ainsworth.

—¿Podrías no verlo así? —Susurró Iris.

Ethan se molestó un poco al verla tan relajada aun sabiendo las terribles consecuencias del patético trato que hizo con la Lawson, frunció el ceño y se negó a mirarla cuando ella notó su enojo a base de sus hilos.

—Estaremos bien, amor —enternecida por su actuar, rio y le tomó de las mejillas para forzarlo a mirarla—. Yo estaré bien. No permitiremos que nada, ni nadie, nos separe. Intentaré que nadie sufra.

—Eso es imposible.

—Muchos de nosotros burlamos a la muerte volviéndonos vampiros, ¿por qué no lo haríamos de nuevo? Te recuerdo que tú mismo estabas un paso más allá que para acá cuando te transformé —su voz se oyó tan tranquila como de costumbre que el hombre se vio en la necesidad de suavizar su expresión casi al instante.

Era inútil pelear al estar en una situación tan crítica.

Iris era su líder y su esposa, así que, con mayor razón, requería confiar en ella.

—Es diferente —agregó de todas formas—. Era humano. Ustedes ya son vampiras, si una muere sería esperar a la reencarnación. Si hay cuello, no hay vuelta atrás.

—¿Cuándo comenzaste a hablar como Víc? ¿Eh?

Si bien Lilium rio otra vez, en esa ocasión se puso a pensar mejor las cosas y el punto al que quería llegar Ethan. Como líderes del clan, era un criterio importante confiar en el otro y, esa vez, era demasiado necesario.

Hijo de la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora