La vida no siempre es color de rosa, yo soy la prueba de ello.
Nací en una familia pobre en los ángeles, USA.
Mi padre siempre estuvo envuelto en problemas, pero jamás había escalado a más, al menso no hasta ese día.
El día en el que una pandilla rival, terminó disparando en contra de nuestra casa, acabando con la vida de mis padres.
Era hijo de una persona con muchos enemigos, por lo que tuve que mendigar en la calle, no tenía a dónde acudir.
La poca familia que tenía, no me querían ver, asustados por los problemas que podría traer, solo por ser hijo de mi padre.
Estuve vagando durante días, semanas y meses. Ya había olvidado lo que era el calor fraternal, siendo obligado a sufrir desde muy chico.
Solo pude robar la comida que podía, todo por poder seguir viviendo un día más.
Ya no quería vivir esta vida, pero no tenía muchas opciones, le tenía miedo a la muerte.
No fue hasta ese día, en el cual tuve una idea que cambiaría mi vida.
Comer y correr, era algo que ya se había hecho normal en mi vida, pero aquella ves fue atrapado.
Tenía delante de mí a los empleados del local, regañándome pos mis acciones, querían ver a mis padres.
Ojala tuviera unos, hace muchos que los había perdido, tal ves no tendría esta vida de ser así.
-¿¡Nos escuchas mocoso!?
Un empleado me golpeó, por mi débil estado físico, culpa de la poca nutrición que tenía, terminé siendo enviado hacia el suelo.
BLAM*
La sangre recorría mi nariz, estaba sangrando, aunque el olor de mi sangre era algo que olfateaba todos los días.
No era nada nuevo, ya tenía muchas heridas en mi cuerpo por ello, algunas personas buscaban la escusa para desquitarse.
Y que mejor que un niño sin padres, nadie se iba a preocupar de lo que pasara con el.
O al menos eso pensé, hasta que de repente escuché una fuerte cachetada.
SLAP*
-¿¡Que crees que le haces!?
Levante la mirada, solo por meta curiosidad, viendo a una mujer bastante joven y con una apariencia distinta.
Parecía ser asiática, posiblemente sea la dueña, sus características y la forma en la que la ven me lo dice.
-P-pero jefa… el…
-¡Solo es un niño! ¡Dios mío!
La mujer se acercó a mí, limpiando con una servilleta la sangre que corría por mi nariz.
Ella acarició mi mentón, mirándome con un rostro apenado y comprensible.
Por alguna razón, esa mirada tan sincera me calmo, aunque también hizo que bajara la guardia.
-Niño, dime ¿Dónde están tus padres?
-…
Agache la cabeza, no quería hablar de eso, solo con esa acción la mujer se dio cuenta de mi estado.
Sentí como la mujer acariciaba mi cabello, su tacto era amable y cálido, se podría decir que era agradable.
-Oye… ¿estas lleno?
-Y-yo…
-Creo que no, sólo con una sopa no podrías estarlo, estas en los huesos.
No quería ser tanta molestia, por eso solo había pedido una sopa, si hubiera pedido algo más entonces no podría haber corrido.
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Konosuba : ¡Bendito sea el Monarca! - Parte 2
FanfictionEl Despertar que traería un cambio. Luego de su resurrección Kazuma finalmente volvería a su origen, su forma más pura. El odio y el miedo regresaron hacia el mortal, una nueva era inicio. El amor y el odio, la felicidad y al tristeza, la vida y la...