Konosuba : ¡Bendito sea el Monarca! - Parte 2

Camino del Héroe

*Autor : Cap calmado y sereno, ya mucha guerra *

A través del frondoso bosque.

Kyoya Mitsurugi seguía con su largo viaje, ya con más de 4 meses desde que este había iniciado.

Pero sin importar cuanto fuera su esfuerzo, el ya había llegado al límite del ser humano hace tiempo.

No podía superar aquella barrera que impida su crecimiento, ese era el límite puesto sobre su cuerpo y alma.

-Ya ha pasado mucho tiempo.

Mientras caminaba con las riendas de su caballo en mano, pensaba en su situación actual.

Ya había exprimido todo el poder de la espada que se le había encomendado, pero sin Gram en mano, aún se sentía incompleto.

‘No es que no me agrade la espada, es buena, pero no es cómoda.’

Desenfundo la espada sagrada que se le había otorgado por Aqua, quien la desbloqueo para que se sacara su 100%.

Concentro un ligero aire de mana en la hoja, levantándola por encima de su hombro.

Bajo la punta en forma diagonal, causando un gran barrido de fuerza y presión mágica en dicha dirección.

¡Bishun!

Fue tal la fuerza que se ejerció en la espada, que incluso había logrado cortar limpiamente todos los árboles hasta el final del bosque.

Actualmente Mitsurugi había logrado llegar al mismo nivel de un rey, pero sabía que eso no podía ser suficiente.

Habían pasado 2 meses desde la última noticia que habían llegado a él, estás siendo referentes a Kazuma.

El sólo pensar la abismal diferencia entre sus poderes, solo fue algo que aumentó su determinación en ser más fuerte.

Pero sin importar cuanto entrenará o se esforzada, no lograba ir más allá.

-Es injusto, yo también quiero ser la reencarnación de algo poderoso.

Pero Mitsurugi solo dejo escapar un suspiro frustrado, sabiendo que no sería bueno solo reclamar por su situación actual.

‘Solo me queda seguir adelante.’

Ya con el camino despejado por su tajo, Mitsurugi se monto nuevamente en su corcel.

Siguió guiándose de sus instintos, dirigiéndose hacia ninguna ubicación en particular.

***

Entre un prado bastante denso, había una aldea pequeña.

Lamentablemente esta aldea estaba siendo atacada por monstruos, defendida únicamente por sus habitantes.

-¡Maldición!

Un aldeano estaba dando cortes con una muy oxidada espada, aunque sin lograr mucho.

-¡Hay más llegando por la zona del almacén!

-¡Que no se coman la comida! ¡No sobreviviremos ni un solo mes sin ella!

Aunque los monstruos no eran bastante fuertes, para simples granjeros eran un gran reto.

Una niña estaba corriendo con fechas para su padre, pero por la situación ella se terminó por tropezar.

Blam

-¡Ay!

Todas las flechas cayeron, provocando un gran sonido que llamó la atención de un grupo de duendes.